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Columnista - 13 enero, 2017

Tulipanes vallenatos

Beatriz Sarquis, joven vallenata con raíces en El Banco, Magdalena, residenciada  en  Valledupar, recibió una inesperada llamada de su prima Clara Pontón, quien se fue a vivir a la lejana Holanda, país conocido como la floristería del mundo, ya que en sus tierras en época de verano  cultivan bellos  y extensos territorios de flores tulipán, lo […]

Beatriz Sarquis, joven vallenata con raíces en El Banco, Magdalena, residenciada  en  Valledupar, recibió una inesperada llamada de su prima Clara Pontón, quien se fue a vivir a la lejana Holanda, país conocido como la floristería del mundo, ya que en sus tierras en época de verano  cultivan bellos  y extensos territorios de flores tulipán, lo que le ha merecido el reconocimiento mundial.

Pontón  le pidió a Clara que la fuera a visitar al país de la naranja mecánica, como también es conocido este país por el color del uniforme de su selección de fútbol, que en 1974 en Alemania maravilló al mundo con su fútbol total de la mano del técnico Rinus Mitchell y el volante Johan Cruyff.

Sarquis aceptó emocionada la invitación de su amiga Clara para ir al viejo continente, plan que no estaba ni en el más inalcanzable de sus sueños. La bella y joven llegó a Holanda, donde dura una temporada fortaleciendo los lazos familiares con su pariente.

Allá entabla relación sentimental con el holandés Rael Vam Balem, arquitecto de los más apetecidos profesionalmente en su país y resto de países bajos, quien quedó impactado con la personalidad y belleza  latina. A la despedida por su regreso al Valle, hubo promesas de proseguir la relación a través de llamadas e internet, así sucedió.

Sus estudios en el Sena Valledupar permitieron a la joven adquirir confianza con su  profesor de contaduría Mario Guerra Gutiérrez, quien le facilitaba la comunicación a través de su computador, al carecer ella de este equipo.

Rael Vam Balen viene a Valledupar en busca de Beatriz, Mario Guerra Gutiérrez, con su incipiente inglés le sirve de anfitrión y  guía en el Valle. El holandés y la vallenata se casan y van a vivir a Europa,  nace un hijo y el holandés adopta un hijo de Sarquis, de una unión anterior, y vive con ellos en Holanda.

Largo tiempo después, Mario Guerra Gutiérrez recibió a comienzos del año anterior una invitación para visitar Holanda de parte  Vam y su esposa Beatriz, quien es cuñada de Guerra, hermana de su compañera, Rosalba Sarquis.

Mario y Rosalba emprendieron viaje a finales del año pasado, los europeos quedaron sorprendidos por la decisión de viajar en pleno invierno en el viejo mundo. Mario argumenta querer vivir esa experiencia, friolenta.

Hicieron escala en Londres,  los viajeros  se emocionaron por lo galáctico del aeropuerto londinense y su alta circulación aérea, cada dos minutos llega y sale un avión.

Cuarenta minutos después llegaron a Rotterdam, fueron recibidos con flores tulipán, ellos ofrecieron productos criollos, queso, café arhuaco y panela atanquera.

Admiraron la arquitectura de Alemania, Inglaterra, Bélgica  y la ubicación territorial de Holanda por estar por debajo del nivel mar, sus tres ríos, que no tienen acceso al mar son bifurcados en miles de canales por todo el país y sus aguas movidas por potentes turbinas, rol que asumieron en reemplazo de los molinos medievales.

Los tulipanes vallenatos regresaron a ritmo de Casachoch, los tulipanes holandeses calientan el invierno con la gota fría.

Columnista
13 enero, 2017

Tulipanes vallenatos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Celso Guerra Gutiérrez

Beatriz Sarquis, joven vallenata con raíces en El Banco, Magdalena, residenciada  en  Valledupar, recibió una inesperada llamada de su prima Clara Pontón, quien se fue a vivir a la lejana Holanda, país conocido como la floristería del mundo, ya que en sus tierras en época de verano  cultivan bellos  y extensos territorios de flores tulipán, lo […]


Beatriz Sarquis, joven vallenata con raíces en El Banco, Magdalena, residenciada  en  Valledupar, recibió una inesperada llamada de su prima Clara Pontón, quien se fue a vivir a la lejana Holanda, país conocido como la floristería del mundo, ya que en sus tierras en época de verano  cultivan bellos  y extensos territorios de flores tulipán, lo que le ha merecido el reconocimiento mundial.

Pontón  le pidió a Clara que la fuera a visitar al país de la naranja mecánica, como también es conocido este país por el color del uniforme de su selección de fútbol, que en 1974 en Alemania maravilló al mundo con su fútbol total de la mano del técnico Rinus Mitchell y el volante Johan Cruyff.

Sarquis aceptó emocionada la invitación de su amiga Clara para ir al viejo continente, plan que no estaba ni en el más inalcanzable de sus sueños. La bella y joven llegó a Holanda, donde dura una temporada fortaleciendo los lazos familiares con su pariente.

Allá entabla relación sentimental con el holandés Rael Vam Balem, arquitecto de los más apetecidos profesionalmente en su país y resto de países bajos, quien quedó impactado con la personalidad y belleza  latina. A la despedida por su regreso al Valle, hubo promesas de proseguir la relación a través de llamadas e internet, así sucedió.

Sus estudios en el Sena Valledupar permitieron a la joven adquirir confianza con su  profesor de contaduría Mario Guerra Gutiérrez, quien le facilitaba la comunicación a través de su computador, al carecer ella de este equipo.

Rael Vam Balen viene a Valledupar en busca de Beatriz, Mario Guerra Gutiérrez, con su incipiente inglés le sirve de anfitrión y  guía en el Valle. El holandés y la vallenata se casan y van a vivir a Europa,  nace un hijo y el holandés adopta un hijo de Sarquis, de una unión anterior, y vive con ellos en Holanda.

Largo tiempo después, Mario Guerra Gutiérrez recibió a comienzos del año anterior una invitación para visitar Holanda de parte  Vam y su esposa Beatriz, quien es cuñada de Guerra, hermana de su compañera, Rosalba Sarquis.

Mario y Rosalba emprendieron viaje a finales del año pasado, los europeos quedaron sorprendidos por la decisión de viajar en pleno invierno en el viejo mundo. Mario argumenta querer vivir esa experiencia, friolenta.

Hicieron escala en Londres,  los viajeros  se emocionaron por lo galáctico del aeropuerto londinense y su alta circulación aérea, cada dos minutos llega y sale un avión.

Cuarenta minutos después llegaron a Rotterdam, fueron recibidos con flores tulipán, ellos ofrecieron productos criollos, queso, café arhuaco y panela atanquera.

Admiraron la arquitectura de Alemania, Inglaterra, Bélgica  y la ubicación territorial de Holanda por estar por debajo del nivel mar, sus tres ríos, que no tienen acceso al mar son bifurcados en miles de canales por todo el país y sus aguas movidas por potentes turbinas, rol que asumieron en reemplazo de los molinos medievales.

Los tulipanes vallenatos regresaron a ritmo de Casachoch, los tulipanes holandeses calientan el invierno con la gota fría.