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Judicial - 13 marzo, 2017

Con tortura y a golpes habrían ultimado recluso de la Judicial

Dos hipótesis manejan los organismos de seguridad sobre la muerte del interno de la Cárcel Judicial de Valledupar, Keinner José Devoz Rangel, natural del municipio de La Jagua de Ibirico, Cesar, y residente en el barrio Galán de Valledupar, trasladado por los guardianes del Inpec al Hospital Rosario Pumarejo de López de esta capital.

Dos hipótesis manejan los organismos de seguridad sobre la muerte del interno de la Cárcel Judicial de Valledupar, Keinner José Devoz Rangel, natural del municipio de La Jagua de Ibirico, Cesar, y residente en el barrio Galán de Valledupar, trasladado por los guardianes del Inpec al Hospital Rosario Pumarejo de López de esta capital.

De acuerdo al reporte de los médicos que lo atendieron en la mañana de este domingo, el joven de 24 años llegó sin signos vitales al centro asistencial.

Según su compañera sentimental Yulibeth Bolaño, ella se enteró del fallecimiento ayer cuando realizaba la fila en el centro carcelario para ingresar, aunque la noche anterior había dialogado con él por teléfono y le había prometido que iría a visitarlo temprano.

Inicialmente, le advirtieron que había tenido un percance y que sería por una sobredosis, lo que fue descartado de inmediato debido a que presentó heridas en el cuello, la cara y en otras partes del cuerpo, como si lo hubieran torturado. “A mi esposo me lo mataron porque a él lo venían extorsionado otros presos para que no lo siguieran golpeando. Diariamente teníamos que entregar entre 20, 50 y hasta $100.000 en un punto del barrio La Nevada para que lo dejaran quieto. Eso lo sabían los guardianes y no hicieron lo posible por aislarlo de ellos y no lo hubieran asesinado”, explicó la mujer quien no dejaba de llorar en los pasillos del hospital al conocer la nefasta noticia sobre la muerte de su compañero sentimental.

Devoz Rangel, llevaba cerca de dos años de estar recluido en el centro carcelario por el delito de hurto y según sus familiares, lo pusieron preso por el hurto de un celular mediante raponazo.
El comandante operativo de la Policía Cesar, teniente coronel Luis Dájiver Pérez Ramírez, dijo que el interno tenía antecedentes y anotaciones penales por los delitos de hurto calificado, porte ilegal de arma y de estupefaciente.

Señaló que adelantan las investigaciones para esclarecer lo sucedido. “No podemos anticipar qué le pudo provocar la muerte al interno, estamos a la espera de los resultados que entrega Medicina Legal para saber las verdaderas causa de su fallecimiento”, explicó el oficial.

Demanda a un dragoneante

La progenitora del interno denunció ante los medios de comunicación que hace unos tres meses un dragoneante del Inpec de la Judicial lo agredió física y verbalmente, hasta el punto de haberle fracturado un brazo por la disputa de una gorra. “Este caso lo denuncié ante la Fiscalía y hasta el momento no me han contestado, ni han llamado al miembro del Inpec a declarar sobre el particular”, declaró la mujer.

Escenas desgarradoras de dolor se vivieron en la sala de urgencias por parte de sus familiares que se acercaron a ese lugar al conocer la noticia. Pidieron públicamente a uno de los guardianes que custodiaba al cadáver que dijera la verdad y que ellos tenían la culpa de lo sucedido.

El comandante operativo de la Policía Cesar, teniente coronel Luis Dájiver Pérez Ramírez, dijo que el interno tenía antecedentes y anotaciones penales por los delitos de hurto calificado, porte ilegal de arma y de estupefaciente.

Por Abdel Martínez Pérez

Judicial
13 marzo, 2017

Con tortura y a golpes habrían ultimado recluso de la Judicial

Dos hipótesis manejan los organismos de seguridad sobre la muerte del interno de la Cárcel Judicial de Valledupar, Keinner José Devoz Rangel, natural del municipio de La Jagua de Ibirico, Cesar, y residente en el barrio Galán de Valledupar, trasladado por los guardianes del Inpec al Hospital Rosario Pumarejo de López de esta capital.


Dos hipótesis manejan los organismos de seguridad sobre la muerte del interno de la Cárcel Judicial de Valledupar, Keinner José Devoz Rangel, natural del municipio de La Jagua de Ibirico, Cesar, y residente en el barrio Galán de Valledupar, trasladado por los guardianes del Inpec al Hospital Rosario Pumarejo de López de esta capital.

De acuerdo al reporte de los médicos que lo atendieron en la mañana de este domingo, el joven de 24 años llegó sin signos vitales al centro asistencial.

Según su compañera sentimental Yulibeth Bolaño, ella se enteró del fallecimiento ayer cuando realizaba la fila en el centro carcelario para ingresar, aunque la noche anterior había dialogado con él por teléfono y le había prometido que iría a visitarlo temprano.

Inicialmente, le advirtieron que había tenido un percance y que sería por una sobredosis, lo que fue descartado de inmediato debido a que presentó heridas en el cuello, la cara y en otras partes del cuerpo, como si lo hubieran torturado. “A mi esposo me lo mataron porque a él lo venían extorsionado otros presos para que no lo siguieran golpeando. Diariamente teníamos que entregar entre 20, 50 y hasta $100.000 en un punto del barrio La Nevada para que lo dejaran quieto. Eso lo sabían los guardianes y no hicieron lo posible por aislarlo de ellos y no lo hubieran asesinado”, explicó la mujer quien no dejaba de llorar en los pasillos del hospital al conocer la nefasta noticia sobre la muerte de su compañero sentimental.

Devoz Rangel, llevaba cerca de dos años de estar recluido en el centro carcelario por el delito de hurto y según sus familiares, lo pusieron preso por el hurto de un celular mediante raponazo.
El comandante operativo de la Policía Cesar, teniente coronel Luis Dájiver Pérez Ramírez, dijo que el interno tenía antecedentes y anotaciones penales por los delitos de hurto calificado, porte ilegal de arma y de estupefaciente.

Señaló que adelantan las investigaciones para esclarecer lo sucedido. “No podemos anticipar qué le pudo provocar la muerte al interno, estamos a la espera de los resultados que entrega Medicina Legal para saber las verdaderas causa de su fallecimiento”, explicó el oficial.

Demanda a un dragoneante

La progenitora del interno denunció ante los medios de comunicación que hace unos tres meses un dragoneante del Inpec de la Judicial lo agredió física y verbalmente, hasta el punto de haberle fracturado un brazo por la disputa de una gorra. “Este caso lo denuncié ante la Fiscalía y hasta el momento no me han contestado, ni han llamado al miembro del Inpec a declarar sobre el particular”, declaró la mujer.

Escenas desgarradoras de dolor se vivieron en la sala de urgencias por parte de sus familiares que se acercaron a ese lugar al conocer la noticia. Pidieron públicamente a uno de los guardianes que custodiaba al cadáver que dijera la verdad y que ellos tenían la culpa de lo sucedido.

El comandante operativo de la Policía Cesar, teniente coronel Luis Dájiver Pérez Ramírez, dijo que el interno tenía antecedentes y anotaciones penales por los delitos de hurto calificado, porte ilegal de arma y de estupefaciente.

Por Abdel Martínez Pérez