Comienzan a sonar algunos nombres como precandidatos a la Gobernación y Alcaldía. Me figuro que para la Gobernación, habrá por lo menos 20 pre-candidatos y para la Alcaldía, como es costumbre, 60 precandidatos para escoger uno. Me da risa algunos nombres de ellos. Son muy pocos los precandidatos serios y muchos de ellos son promeseros y populistas, desafortunadamente es una manera de hacer política. Le decimos “populistas” a aquellos candidatos prometedores, a los que dividen a la sociedad en ricos y pobres, a los que saben adormecer al pueblo prometiéndoles ríos de leche y miel. Dentro de esta filosofía, casi la mayoría, a excepción de algunos pocos son unos embusteros y mentirosos. Quiero hacer la salvedad que hay populismo democrático y sano, pero hay otro tipo de populismo, corrompido, malsano y dañino. El primero no hace daño, ni perjudica. Se hace con sinceridad, a veces se cumple y a veces no. En cambio el segundo se hace a sabiendas de lo que se promete no es cierto y es imposible de cumplir, y este es el peligroso y es al que hay que tenerle cuidado. Por ejemplo, si los candidatos se reúnen con los ganaderos, les anuncian mano fuerte contra la inseguridad, le proyectan años de bienandanzas aún así el ganado se esté muriendo por falta de pasto y agua, como está ocurriendo. Inclusive son capaces de prometerles que sus vacas van a engordar en 15 días y van a producir cinco veces más leche de la que producen; si se reúnen con los agricultores los rellenan de mentiras y si se reúnen con los mototaxistas les prometen que podrán hacer, deshacer, y burlar todas las medidas de la Secretaría de Tránsito. Si se reúnen con los vendedores ambulantes les prometen situarlos en plena calle. Si presiden una reunión de empleados públicos le vaticinan excelentes salarios. Si se reúnen con los vendedores de gasolina de contrabando les prometen que podrán situarse en cada esquina y finalmente si se reúnen con los “gay” les anuncian que tendrán gratuitamente supositorios de “viagra” y todo esto es populismo.
Se tiene creencia que el candidato que no sea populista no llega al poder. Desgraciadamente a nosotros nos gusta que nos ilusionen, que nos engañen, que nos anestesien, con quimeras irrealizables, esa es nuestra condición humana, así es la vida y seguiremos en las mismas. Bajo cualquier ideología el elector quiere mejor salario, vivienda, educación, salud y sobre todo la paz. Candidato que no le sirva de caja de resonancia a esos electores tienen asegurada su derrota y finalmente como les dije téngale cuidado a esos candidatos corrompidos y dañinos.
POSDATA: La Plaza Alfonso López, se está convirtiendo en el albergue de los indigentes y aprovecho para recomendarles a los agentes de policías, que por favor que los mototaxistas no suban a la plaza, hay muchos niños jugando y paseando en sus carritos.

Por Alberto Herazo Palmera