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Editorial - 22 febrero, 2017

Suerte guajira

Enigmática, exuberante, mágica y hermosa Guajira. Tierra inspiradora de canciones y versos que describen sus virtudes naturales, la belleza de sus mujeres y también su sufrimiento. En el departamento de La Guajira viven más de 900 mil personas que pertenecen a varias culturas indígenas, árabe y criolla. Es multilingüe y pluricultural, en este territorio habitan […]

Enigmática, exuberante, mágica y hermosa Guajira. Tierra inspiradora de canciones y versos que describen sus virtudes naturales, la belleza de sus mujeres y también su sufrimiento.

En el departamento de La Guajira viven más de 900 mil personas que pertenecen a varias culturas indígenas, árabe y criolla. Es multilingüe y pluricultural, en este territorio habitan cinco grupos indígenas (wayuu, kinqui, ika, kogui y wiwa). La etnia wayuu representa el 38 % de la población del departamento, teniendo en cuenta que es una población binacional.

Esta es La Guajira que en adelante –y se estima que por tres años- será manejada desde Bogotá porque sus dirigentes y gobernantes no pudieron hacerlo. Gran bofetada para la clase política, especialmente para la que ponía y quitaba gobernantes, que dejaron un departamento a la deriva para que otros tomaran las riendas.

El Consejo Nacional de Política Económica y Social –Conpes- tomó la mejor decisión en esta coyuntura tan nefasta para La Guajira. Es una lección para todos los guajiros que comenzaron el año con el alcalde de la capital, Riohacha, y su gobernador presos.

Quitarles el manejo de los millonarios recursos de la salud, educación y agua potable, tres sensibles sectores que en territorio guajiro no despegan, es un buen ensayo. Si los indicadores de estos sectores cambian y avanzan para beneficio de las comunidades, entonces quedará demostrada la incapacidad de sus gobernantes. Ojalá no sea peor el remedio que la enfermedad.

Entre los guajiros esta decisión deja un mal sabor, pero son más de 780 mil millones los que están en juego y son esos recursos los que podrán mejorar la calidad de vida de esta población.

La frase “un manejo transparente a los dineros que transfiere la Nación a ese departamento”, expresada en un comunicado oficial de la Casa de Nariño, manda un profundo mensaje. Ahora deben los guajiros ser veedores en la implementación del Plan de Desempeño acordado en el Conpes.

Solo saber que el Departamento no ha ejecutado las transferencias para agua de las vigencias 2010, 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015 por cerca de 39.101 millones de pesos a pesar de las necesidades y que actualmente se encuentren suspendidos 17 proyectos de agua por parte de la Gobernación y las alcaldías no han nombrado interventorías, tiene sentido esta decisión. Algo debe pasar en La Guajira.

Los equipos élites de los ministerios Salud, Educación y Vivienda, que trabajarán junto con las autoridades locales para implementar mecanismos de contratación competitivos, mejorar la calidad de los servicios y acelerar las inversiones en curso, tiene un gran reto. Suerte guajira.

Editorial
22 febrero, 2017

Suerte guajira

Enigmática, exuberante, mágica y hermosa Guajira. Tierra inspiradora de canciones y versos que describen sus virtudes naturales, la belleza de sus mujeres y también su sufrimiento. En el departamento de La Guajira viven más de 900 mil personas que pertenecen a varias culturas indígenas, árabe y criolla. Es multilingüe y pluricultural, en este territorio habitan […]


Enigmática, exuberante, mágica y hermosa Guajira. Tierra inspiradora de canciones y versos que describen sus virtudes naturales, la belleza de sus mujeres y también su sufrimiento.

En el departamento de La Guajira viven más de 900 mil personas que pertenecen a varias culturas indígenas, árabe y criolla. Es multilingüe y pluricultural, en este territorio habitan cinco grupos indígenas (wayuu, kinqui, ika, kogui y wiwa). La etnia wayuu representa el 38 % de la población del departamento, teniendo en cuenta que es una población binacional.

Esta es La Guajira que en adelante –y se estima que por tres años- será manejada desde Bogotá porque sus dirigentes y gobernantes no pudieron hacerlo. Gran bofetada para la clase política, especialmente para la que ponía y quitaba gobernantes, que dejaron un departamento a la deriva para que otros tomaran las riendas.

El Consejo Nacional de Política Económica y Social –Conpes- tomó la mejor decisión en esta coyuntura tan nefasta para La Guajira. Es una lección para todos los guajiros que comenzaron el año con el alcalde de la capital, Riohacha, y su gobernador presos.

Quitarles el manejo de los millonarios recursos de la salud, educación y agua potable, tres sensibles sectores que en territorio guajiro no despegan, es un buen ensayo. Si los indicadores de estos sectores cambian y avanzan para beneficio de las comunidades, entonces quedará demostrada la incapacidad de sus gobernantes. Ojalá no sea peor el remedio que la enfermedad.

Entre los guajiros esta decisión deja un mal sabor, pero son más de 780 mil millones los que están en juego y son esos recursos los que podrán mejorar la calidad de vida de esta población.

La frase “un manejo transparente a los dineros que transfiere la Nación a ese departamento”, expresada en un comunicado oficial de la Casa de Nariño, manda un profundo mensaje. Ahora deben los guajiros ser veedores en la implementación del Plan de Desempeño acordado en el Conpes.

Solo saber que el Departamento no ha ejecutado las transferencias para agua de las vigencias 2010, 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015 por cerca de 39.101 millones de pesos a pesar de las necesidades y que actualmente se encuentren suspendidos 17 proyectos de agua por parte de la Gobernación y las alcaldías no han nombrado interventorías, tiene sentido esta decisión. Algo debe pasar en La Guajira.

Los equipos élites de los ministerios Salud, Educación y Vivienda, que trabajarán junto con las autoridades locales para implementar mecanismos de contratación competitivos, mejorar la calidad de los servicios y acelerar las inversiones en curso, tiene un gran reto. Suerte guajira.