A José Antonio Daza Castillo lo capturaron policías en el barrio Villa del Rosario, al suroriente de Valledupar, que al notar su actitud sospechosa lo requisaron y le encontraron una pistola, por lo que de inmediato fue trasladado a la Unidad de Reacción Inmediata, URI, de la Fiscalía.

Sin embargo, el arma incautada la noche del sábado, resultó ser de juguete y el fiscal de turno no tenía motivos para mantenerlo detenido, pero al verificar en la base de datos del Sistema Penal Oral Acusatorio, SPOA, encontró que tenía una orden de captura por el delito de violencia intrafamiliar y un varias anotaciones de capturas por porte de estupefacientes.

Ayer, al presentarlo ante el Juzgado Segundo Penal Municipal de Valledupar con funciones de control de garantías ambulante Bacrim, al Palacio de Justicia llegaron los padres del capturado y contrario a lo que normalmente ocurre en estos casos, no tenían intención de abogar por la libertad de su hijo.
“Prefiero ver a mi hijo en una cárcel que en el cementerio”, dijo Danilo Daza Gutiérrez, de 59 años, quien angustiado, les pidió al fiscal y al juez que aplicaran todo el peso de la ley.

En ese mismo sentido se pronunció Luz Marbel Castillo, la inconsolable madre de José Antonio, que aseguró ante las autoridades que su hijo está perdido en las drogas y la delincuencia.
“Hace pocos días, a la vuelta de la casa atracó a una muchacha y lo encontré discutiendo con el papá porque no quería devolver el bolso que se robó, nos amenaza cuando le decimos algo”, afirmó la mujer cuya denuncia envió a su propio hijo a la cárcel.

Ella trabaja como empleada doméstica, su esposo está desempleado y teme que su hijo cumpla la amenaza hecha a través de un mensaje de texto.
“Yo misma lo entrego porque él quiere atentar contra mi vida, me dijo en un mensaje que apenas a él lo soltaran, entre dos horas o tres días, me mataba”, dijo entre lágrimas.

Por último hizo una reflexión sobre la crisis por la que está pasando su familia. “A las madres les digo que si están trabajando estén pendientes de sus hijos, que no les pase lo mismo que me está pasando a mí, que dejé de atender la casa por el trabajo”, expresó.
De ser hallado culpable su hijo de 23 años, recibiría una pena de seis años, tiempo en el que estará más tranquila al tenerlo encerrado y no expuesto a morir en su vida criminal.

Por Redacción Judicial / EL PILÓN