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Publirreportaje - 18 mayo, 2016

SOCIEDAD COLOMBIANA DE CIRUGIA PLASTICA SECCIONAL TAYRONA

Los Cirujanos Plásticos del capítulo Tayrona conformado por los departamentos del Cesar Magdalena y Guajira, manifestamos nuestro respaldo a la Doctora Damaris Romero y expresamos nuestra solidaridad como gremio, ante la Justicia.

Los Cirujanos Plásticos del capítulo Tayrona conformado por los departamentos del Cesar Magdalena y Guajira, manifestamos nuestro respaldo a la Doctora Damaris Romero y expresamos nuestra solidaridad como gremio, ante la Justicia.

Es nuestra preocupación la manera y el manejo mediático que se le ha dado a este caso en concreto, el de la joven KATIUSKA MENDOZA, quien falleció mientras estaba siendo intervenida quirúrgicamente por nuestra colega la Doctora DAMARIS ROMERO, en la ciudad de Valledupar. Los hechos acaecidos en dicha cirugía son de conocimiento público y consideramos que no hay nexo de causalidad entre el actuar de nuestra colega y el evento adverso. La información, sin embargo, está siendo tergiversada por los medios de comunicación que, como todos conocemos, son proclives al conocido “amarillismo”.

Debido al caso en cuestión, a nuestra colega se le surtió un proceso ético, del cual salió absuelta, como estábamos seguros que sería y como debía serlo. La Doctora Romero fue eximida de toda responsabilidad ética en sala plena del Tribunal Nacional de Ética Médica.

No obstante, se inició un proceso penal y este último 16 de febrero se realizó la audiencia de imputación de cargos por parte de la Fiscalía, siendo sometida al escarnio público de manera injusta.

Es absurdo escuchar que el señor Fiscal diga que la profesión médica es un ejercicio altamente peligroso cuando nuestra profesión es Ética y Humanística.

La Fiscalía, ante los medios de comunicación, la señala como médica negligente, afirmación esta que disputa con la sentencia absolutoria proferida por el máximo Tribunal Nacional de Ética Médica.

Nos pronunciamos frente a estas injusticias, a las cuales nos podemos ver abocados en cualquier momento otro de nuestros miembros, por lo que consideramos es la oportunidad de sentar un precedente y prevenir que se siga incurriendo en este tipo de conductas lesivas, las cuales consideramos en pleno:

1. Es una apología a la violencia contra el gremio y particularmente contra nuestra colega, la Doctora Damaris Romero. Es de conocimiento de ustedes el grado de violencia que se vive en el país, y particularmente los departamentos del Cesar y Guajira, donde se observan altos estos índices.

2. Daño al buena nombre de la profesional involucrada en este lamentable hecho, y así conculcando este derecho fundamenta al que todos los seres humano tenemos derecho.

3. Se ha presumido que la responsabilidad del médico es de resultado, y esto no es cierto. Lo que sí es cierto es que el médico deberá poner todo su conocimiento científico y capacidad de trabajo al servicio del paciente para que los resultados sean los mejores. También es cierto que es inherente a todo procedimiento quirúrgico complicaciones que tienen injerencia en el resultado final.

4.No es nuestra intención frenar la labor de los medios de comunicación, pero si que se solicite, por el buen nombre de nuestra colega, que toda información se ajuste a la verdad, y para esto lo prudente es que se espere sea proferido un fallo y que no se asuma anticipadamente una condena penal y de esta forma evitar una condena por la ciudadanía, como es lo que ha sucedido con el caso en cuestión.

Cuando al final del proceso se declare inocente, como estamos seguros que así será, el daño ya está materializado, daño este que es imposible reparar debido a la aleatoriedad respecto a que el acceso a la información no es previsible, de tal manera que las personas que obtienen una información hoy, no serán las mismas que obtengan la información contraria respecto a ese mismo tema, mañana, y así el buen nombre de nuestra colega quedará deteriorado. Buen nombre que como es de conocimiento público, lo ha logrado atendiendo los principios de la ética médica, su buena conducta, y para subrayar, su excelente preparación científica. Y lo peor, el manejo inadecuado no solo repercute en su vida en particular, sino en su núcleo familiar y en las personas que sentimos un elevado aprecio por Damaris.

Además de todas la repercusiones negativas anteriormente dichas, también somos temerosos de la incidencia que pueda tener el mal manejo de la información en la decisión judicial.

Para terminar, es esta la oportunidad para rechazar la tendencia de querer señalar, culpar al cirujano como responsable de toda falla del equipo quirúrgico, esto es injusto, debido que durante el acto operatorio direccionamos toda nuestra atención al procedimiento quirúrgico propiamente dicho, y nos aislamos del entorno con el propósito de obtener el mejor resultado para nuestro paciente.

Además sabemos que los cirujanos desarrollamos la cualidad denominada gran resistencia mental que consiste en separar todo pensamiento, sensación o creencia que le perturbe en la materialización de su objetivo quirurgico. El cirujano se concentra y delega confiado, el cuidado de su paciente, en lo relacionado a la anestesia y control de funciones vitales en el anestesiólogo, profesional de igual categoría.

BALMIRO CARRILLO MAESTRE
PRESIDENTE SECCIONAL TAYRONA

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18 mayo, 2016

SOCIEDAD COLOMBIANA DE CIRUGIA PLASTICA SECCIONAL TAYRONA

Los Cirujanos Plásticos del capítulo Tayrona conformado por los departamentos del Cesar Magdalena y Guajira, manifestamos nuestro respaldo a la Doctora Damaris Romero y expresamos nuestra solidaridad como gremio, ante la Justicia.


Los Cirujanos Plásticos del capítulo Tayrona conformado por los departamentos del Cesar Magdalena y Guajira, manifestamos nuestro respaldo a la Doctora Damaris Romero y expresamos nuestra solidaridad como gremio, ante la Justicia.

Es nuestra preocupación la manera y el manejo mediático que se le ha dado a este caso en concreto, el de la joven KATIUSKA MENDOZA, quien falleció mientras estaba siendo intervenida quirúrgicamente por nuestra colega la Doctora DAMARIS ROMERO, en la ciudad de Valledupar. Los hechos acaecidos en dicha cirugía son de conocimiento público y consideramos que no hay nexo de causalidad entre el actuar de nuestra colega y el evento adverso. La información, sin embargo, está siendo tergiversada por los medios de comunicación que, como todos conocemos, son proclives al conocido “amarillismo”.

Debido al caso en cuestión, a nuestra colega se le surtió un proceso ético, del cual salió absuelta, como estábamos seguros que sería y como debía serlo. La Doctora Romero fue eximida de toda responsabilidad ética en sala plena del Tribunal Nacional de Ética Médica.

No obstante, se inició un proceso penal y este último 16 de febrero se realizó la audiencia de imputación de cargos por parte de la Fiscalía, siendo sometida al escarnio público de manera injusta.

Es absurdo escuchar que el señor Fiscal diga que la profesión médica es un ejercicio altamente peligroso cuando nuestra profesión es Ética y Humanística.

La Fiscalía, ante los medios de comunicación, la señala como médica negligente, afirmación esta que disputa con la sentencia absolutoria proferida por el máximo Tribunal Nacional de Ética Médica.

Nos pronunciamos frente a estas injusticias, a las cuales nos podemos ver abocados en cualquier momento otro de nuestros miembros, por lo que consideramos es la oportunidad de sentar un precedente y prevenir que se siga incurriendo en este tipo de conductas lesivas, las cuales consideramos en pleno:

1. Es una apología a la violencia contra el gremio y particularmente contra nuestra colega, la Doctora Damaris Romero. Es de conocimiento de ustedes el grado de violencia que se vive en el país, y particularmente los departamentos del Cesar y Guajira, donde se observan altos estos índices.

2. Daño al buena nombre de la profesional involucrada en este lamentable hecho, y así conculcando este derecho fundamenta al que todos los seres humano tenemos derecho.

3. Se ha presumido que la responsabilidad del médico es de resultado, y esto no es cierto. Lo que sí es cierto es que el médico deberá poner todo su conocimiento científico y capacidad de trabajo al servicio del paciente para que los resultados sean los mejores. También es cierto que es inherente a todo procedimiento quirúrgico complicaciones que tienen injerencia en el resultado final.

4.No es nuestra intención frenar la labor de los medios de comunicación, pero si que se solicite, por el buen nombre de nuestra colega, que toda información se ajuste a la verdad, y para esto lo prudente es que se espere sea proferido un fallo y que no se asuma anticipadamente una condena penal y de esta forma evitar una condena por la ciudadanía, como es lo que ha sucedido con el caso en cuestión.

Cuando al final del proceso se declare inocente, como estamos seguros que así será, el daño ya está materializado, daño este que es imposible reparar debido a la aleatoriedad respecto a que el acceso a la información no es previsible, de tal manera que las personas que obtienen una información hoy, no serán las mismas que obtengan la información contraria respecto a ese mismo tema, mañana, y así el buen nombre de nuestra colega quedará deteriorado. Buen nombre que como es de conocimiento público, lo ha logrado atendiendo los principios de la ética médica, su buena conducta, y para subrayar, su excelente preparación científica. Y lo peor, el manejo inadecuado no solo repercute en su vida en particular, sino en su núcleo familiar y en las personas que sentimos un elevado aprecio por Damaris.

Además de todas la repercusiones negativas anteriormente dichas, también somos temerosos de la incidencia que pueda tener el mal manejo de la información en la decisión judicial.

Para terminar, es esta la oportunidad para rechazar la tendencia de querer señalar, culpar al cirujano como responsable de toda falla del equipo quirúrgico, esto es injusto, debido que durante el acto operatorio direccionamos toda nuestra atención al procedimiento quirúrgico propiamente dicho, y nos aislamos del entorno con el propósito de obtener el mejor resultado para nuestro paciente.

Además sabemos que los cirujanos desarrollamos la cualidad denominada gran resistencia mental que consiste en separar todo pensamiento, sensación o creencia que le perturbe en la materialización de su objetivo quirurgico. El cirujano se concentra y delega confiado, el cuidado de su paciente, en lo relacionado a la anestesia y control de funciones vitales en el anestesiólogo, profesional de igual categoría.

BALMIRO CARRILLO MAESTRE
PRESIDENTE SECCIONAL TAYRONA

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