Ayer se llevó a cabo una mesa de trabajo para conocer los avances de las actividades contempladas en el contrato entre la Gobernación y Universidad Nacional, cuyo objeto es realizar estudios y diseños arquitectónicos para la intervención urbanística y paisajista en el humedal del barrio María Camila.

Este contrato busca combatir los múltiples problemas ambientales que afectan al humedal y apunta a la conservación de especies, así como la flora y la fauna del lugar situado en la parte posterior del barrio, ubicado en el suroccidente de Valledupar.

Este es uno de los pocos humedales de la capital del Cesar, el otro se ubica en la parte baja del cerro La Popa, en el barrio El Eneal, que los últimos años son afectados por la expansión urbana y el cambio climático.
En María Camila se hará una inversión de 109 millones de pesos para en máximo tres meses contar con la carta de navegación que requiere la administración departamental en los trabajos de infraestructura a futuro.

Ramona Peñaranda, vecino del humedal, expresó que el sitio actualmente es aprovechado por consumidores de sustancias alucinógenas, especialmente en las noches y por eso espera con ansias la ejecución de este proyecto, que le cambiará la cara al sector.

El secretario de Ambiente Departamental, Andrés Arturo Fernández, señaló que buscará la recuperación total del humedal y que el proyecto se basa en una recomendación que recibió en el Jardín Botánico de la isla de San Andrés.

“Solicitamos unos estudios hidráulicos, así también para conocer qué especies de árboles están plantadas, se hará una reserva aviaria para la llegada de aves, de igual manera trataremos de que el humedal en tiempo de verano no se seque, por eso buscaremos su alimentación y puede ser con la construcción de un pozo profundo. Se construirá un mirador de 12 metros de alto para que los estudiantes y la comunidad en general pueda llegar y aprender sobre ecología y biología”, advirtió Fernández.

El humedal de María Camila actualmente tiene inconvenientes como: reducción de área natural producida por presión causada por el crecimiento urbanístico, llegada de aguas residuales de conexiones ilegales, ingreso sin mayor control de sedimentos y residuos sólidos, entre otros que aparecen en un estudio hecho por la Contraloría Municipal de Valledupar.

Por Jennifer Polo / EL PILÓN