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Columnista - 29 junio, 2016

¿Será posible que la carrera séptima sea más amable?

Hace más de 15 años en esta misma columna lancé la idea de que la vía o carrera más importante de la ciudad, era la séptima o Calle del Cesar como la conocemos los vallenatos, se podría convertir en un sitio más amable, respetado y menos azaroso. Que ¿Cómo? Convirtiéndola en peatonal. No es una […]

Hace más de 15 años en esta misma columna lancé la idea de que la vía o carrera más importante de la ciudad, era la séptima o Calle del Cesar como la conocemos los vallenatos, se podría convertir en un sitio más amable, respetado y menos azaroso.

Que ¿Cómo? Convirtiéndola en peatonal. No es una locura, es simplemente una idea. ¿Cómo se imaginaría usted la séptima peatonal? Por ella circulan el lotero, el mendigo, los vendedores ambulantes, el anciano, el estudiante, nuestros amigos, nuestros visitantes y, claro, el ladrón y el matón también.

En ella se encuentran fácilmente dos amigos o amigas que dejaron de verse hace 20 años, los amantes, exjefes, excompañeros de estudio, veíamos con frecuencia a ‘Panita’ y nos tropezamos hasta con los enemigos. Los amigos de infancia se reconocen en medio del bullicio de los carros y de las dificultades para caminar por la invasión del espacio público, que son muchos. Los vendedores ambulantes, pese a las presiones muy ocasionales de la policía, sienten que les va mejor estando en su corazón. Así es ella, la carrera séptima en el centro de Valledupar.

¿Cómo me la imagino yo? A ver… yo me la imagino empedrada, adoquinada o en tablón, con materas, trinitarias, con flores y llena de gentes, con un comercio muy dinámico, con una serie de cafetines, restaurantes, que la gente sacara como mesitas, estudiantes charlando sentados en bancas de granito (para que los vándalos no las dañen), palomas picoteando en la mitad de la vía y la gente caminando sin mayores afanes. Esta peatonalización se extendería hasta la calle de los turcos y callejones aledaños.

Creo que no es una locura pero es una idea que requiere trabajo y que se puede hacer coherentemente seria. Lo que habría que hacer y es importante, sería estudiar y solucionar los problemas de circulación vehicular y al mismo tiempo solucionar los puntos álgidos como los hoteles en el sector. Por eso, lo primero que se debería hacer es un preestudio para obtener respuestas precisas y concretas. Estas simples consideraciones deberían despertar a los vallenatos que han vivido dormidos sobre la realidad futura de la ciudad. Dese amigo lector, un paseíto por la séptima y pregúntese si la quiere toda para usted o la quiere compartir con los carros, y a propósito aprovecho para decirle al gerente de Alumbrado Público que la carrera séptima en la actualidad está totalmente oscura.

Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: como todavía no se les ha solucionado el problema a los carromuleros, he venido observando cómo las calles de Valledupar se han convertido en sitios llenos de excrementos de animales. Cada animal de estos deja sus huellas de estiércol en las calles ocasionando un olor desagradable. En cualquier calle y sobre todo en el centro de la ciudad, usted se tropieza con el “paquete verde”.

La administración municipal debe tomar medidas drásticas para los carromuleros y exigirles la postura de pañales.
Este pañal podría ser un saco de fique que colgaría justo debajo del animal y quedaría amarrado al carruaje evitando que el excremento caiga en las calles de la ciudad. Hagamos la prueba señor alcalde y además restrinja la circulación de ellos por el centro ya que ocasionan muchos trancones.

POSTDATA: Felicitaciones a la Policía Nacional por su actual actuación, se les está viendo por todos los sitios de la ciudad para controlar la seguridad de la misma. En verdad se ha reducido la inseguridad.

Columnista
29 junio, 2016

¿Será posible que la carrera séptima sea más amable?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alberto Herazo P.

Hace más de 15 años en esta misma columna lancé la idea de que la vía o carrera más importante de la ciudad, era la séptima o Calle del Cesar como la conocemos los vallenatos, se podría convertir en un sitio más amable, respetado y menos azaroso. Que ¿Cómo? Convirtiéndola en peatonal. No es una […]


Hace más de 15 años en esta misma columna lancé la idea de que la vía o carrera más importante de la ciudad, era la séptima o Calle del Cesar como la conocemos los vallenatos, se podría convertir en un sitio más amable, respetado y menos azaroso.

Que ¿Cómo? Convirtiéndola en peatonal. No es una locura, es simplemente una idea. ¿Cómo se imaginaría usted la séptima peatonal? Por ella circulan el lotero, el mendigo, los vendedores ambulantes, el anciano, el estudiante, nuestros amigos, nuestros visitantes y, claro, el ladrón y el matón también.

En ella se encuentran fácilmente dos amigos o amigas que dejaron de verse hace 20 años, los amantes, exjefes, excompañeros de estudio, veíamos con frecuencia a ‘Panita’ y nos tropezamos hasta con los enemigos. Los amigos de infancia se reconocen en medio del bullicio de los carros y de las dificultades para caminar por la invasión del espacio público, que son muchos. Los vendedores ambulantes, pese a las presiones muy ocasionales de la policía, sienten que les va mejor estando en su corazón. Así es ella, la carrera séptima en el centro de Valledupar.

¿Cómo me la imagino yo? A ver… yo me la imagino empedrada, adoquinada o en tablón, con materas, trinitarias, con flores y llena de gentes, con un comercio muy dinámico, con una serie de cafetines, restaurantes, que la gente sacara como mesitas, estudiantes charlando sentados en bancas de granito (para que los vándalos no las dañen), palomas picoteando en la mitad de la vía y la gente caminando sin mayores afanes. Esta peatonalización se extendería hasta la calle de los turcos y callejones aledaños.

Creo que no es una locura pero es una idea que requiere trabajo y que se puede hacer coherentemente seria. Lo que habría que hacer y es importante, sería estudiar y solucionar los problemas de circulación vehicular y al mismo tiempo solucionar los puntos álgidos como los hoteles en el sector. Por eso, lo primero que se debería hacer es un preestudio para obtener respuestas precisas y concretas. Estas simples consideraciones deberían despertar a los vallenatos que han vivido dormidos sobre la realidad futura de la ciudad. Dese amigo lector, un paseíto por la séptima y pregúntese si la quiere toda para usted o la quiere compartir con los carros, y a propósito aprovecho para decirle al gerente de Alumbrado Público que la carrera séptima en la actualidad está totalmente oscura.

Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: como todavía no se les ha solucionado el problema a los carromuleros, he venido observando cómo las calles de Valledupar se han convertido en sitios llenos de excrementos de animales. Cada animal de estos deja sus huellas de estiércol en las calles ocasionando un olor desagradable. En cualquier calle y sobre todo en el centro de la ciudad, usted se tropieza con el “paquete verde”.

La administración municipal debe tomar medidas drásticas para los carromuleros y exigirles la postura de pañales.
Este pañal podría ser un saco de fique que colgaría justo debajo del animal y quedaría amarrado al carruaje evitando que el excremento caiga en las calles de la ciudad. Hagamos la prueba señor alcalde y además restrinja la circulación de ellos por el centro ya que ocasionan muchos trancones.

POSTDATA: Felicitaciones a la Policía Nacional por su actual actuación, se les está viendo por todos los sitios de la ciudad para controlar la seguridad de la misma. En verdad se ha reducido la inseguridad.