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Columnista - 10 diciembre, 2016

Seguridad Alimentaria 2050

Durante el proceso de paz con las Farc, el debate sobre el acuerdo: Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral, estuvo marcado en la distribución de la tierra, reestructuración de la burocracia sectorial, el tema de los baldíos y de la formalización de la pequeña propiedad. Esta situación coyuntural del país, enmarcada en debilidades […]

Durante el proceso de paz con las Farc, el debate sobre el acuerdo: Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral, estuvo marcado en la distribución de la tierra, reestructuración de la burocracia sectorial, el tema de los baldíos y de la formalización de la pequeña propiedad. Esta situación coyuntural del país, enmarcada en debilidades institucionales, inobserva la realidad mundial, que transita en el escenario sobre la política agroalimentaria y la bioeconomía.

El futuro de los alimentos es un espacio disputado, con varias ideas opuestas sobre cómo el futuro va a evolucionar. La población humana en crecimiento, con un aumento significativo de la clase media mundial, será el motor de la creciente demanda. Históricamente, el aumento de la riqueza ha dado lugar a cambios en los patrones de consumo, especialmente más carne y otros alimentos que consumen muchos recursos como el queso y los huevos.
Así como hay incertidumbre sobre cómo evolucionará la demanda mundial de alimentos, igualmente dilema sobre cómo evolucionará la producción. Corinna Hawkes, Directora del Centre for Food Policy en la Universidad de la Ciudad de Londres y parte del Consejo Mundial Futuro en Agricultura y Seguridad, considera imperioso realizar cambios en el sistema alimentario mundial, pues, no es solo cuestión de producir más alimentos, sino de producir alimentos saludables y asegurarse de que lleguen a la gente que más los necesita.

La consideración de Corinna Hawkes, es consecuente con el desplazamiento de la demanda, en virtud del aumento de la población mundial. Los pronósticos de varias organizaciones, incluida la OCDE, dan razón de 9.300 millones en 2050. La “clase media global” de la que hoy hacen parte 1.800 millones de personas pasará a tener 4.800 millones en 2050. La tendencia de crecimiento poblacional, impactará la demanda mundial de comida, con repercusión en hábitos de consumo, especialmente, en productos de origen animal, situación que tiene relación directa con los desafíos del cambio climático.

El reto del post-acuerdo con las Farc, constituye un punto de partida en el proceso de construir nación y sociedad, que necesariamente requiere trascender del cálculo político. En ese marco tampoco se pueden soslayar las irrupciones globales en materia alimentaria y crecimiento poblacional. Es pertinente redefinir el documento CONPES Social 113 de marzo de 2008, que estableció la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PSAN – 2012-2019) y determinó como una de las estrategias, la necesidad de construir y ejecutar un Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PNSAN).

Formalización de la propiedad rural es una acción íntimamente ligada a la política agraria, instrumento concreto del espíritu institucional para resolver los problemas estructurales del campo colombiano. Está en el tapete la seguridad alimentaria del presente, asimismo, la de los 63 millones de habitantes (proyecciones de las Naciones Unidas) que tendrá Colombia en el año 2050.

Columnista
10 diciembre, 2016

Seguridad Alimentaria 2050

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

Durante el proceso de paz con las Farc, el debate sobre el acuerdo: Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral, estuvo marcado en la distribución de la tierra, reestructuración de la burocracia sectorial, el tema de los baldíos y de la formalización de la pequeña propiedad. Esta situación coyuntural del país, enmarcada en debilidades […]


Durante el proceso de paz con las Farc, el debate sobre el acuerdo: Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral, estuvo marcado en la distribución de la tierra, reestructuración de la burocracia sectorial, el tema de los baldíos y de la formalización de la pequeña propiedad. Esta situación coyuntural del país, enmarcada en debilidades institucionales, inobserva la realidad mundial, que transita en el escenario sobre la política agroalimentaria y la bioeconomía.

El futuro de los alimentos es un espacio disputado, con varias ideas opuestas sobre cómo el futuro va a evolucionar. La población humana en crecimiento, con un aumento significativo de la clase media mundial, será el motor de la creciente demanda. Históricamente, el aumento de la riqueza ha dado lugar a cambios en los patrones de consumo, especialmente más carne y otros alimentos que consumen muchos recursos como el queso y los huevos.
Así como hay incertidumbre sobre cómo evolucionará la demanda mundial de alimentos, igualmente dilema sobre cómo evolucionará la producción. Corinna Hawkes, Directora del Centre for Food Policy en la Universidad de la Ciudad de Londres y parte del Consejo Mundial Futuro en Agricultura y Seguridad, considera imperioso realizar cambios en el sistema alimentario mundial, pues, no es solo cuestión de producir más alimentos, sino de producir alimentos saludables y asegurarse de que lleguen a la gente que más los necesita.

La consideración de Corinna Hawkes, es consecuente con el desplazamiento de la demanda, en virtud del aumento de la población mundial. Los pronósticos de varias organizaciones, incluida la OCDE, dan razón de 9.300 millones en 2050. La “clase media global” de la que hoy hacen parte 1.800 millones de personas pasará a tener 4.800 millones en 2050. La tendencia de crecimiento poblacional, impactará la demanda mundial de comida, con repercusión en hábitos de consumo, especialmente, en productos de origen animal, situación que tiene relación directa con los desafíos del cambio climático.

El reto del post-acuerdo con las Farc, constituye un punto de partida en el proceso de construir nación y sociedad, que necesariamente requiere trascender del cálculo político. En ese marco tampoco se pueden soslayar las irrupciones globales en materia alimentaria y crecimiento poblacional. Es pertinente redefinir el documento CONPES Social 113 de marzo de 2008, que estableció la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PSAN – 2012-2019) y determinó como una de las estrategias, la necesidad de construir y ejecutar un Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PNSAN).

Formalización de la propiedad rural es una acción íntimamente ligada a la política agraria, instrumento concreto del espíritu institucional para resolver los problemas estructurales del campo colombiano. Está en el tapete la seguridad alimentaria del presente, asimismo, la de los 63 millones de habitantes (proyecciones de las Naciones Unidas) que tendrá Colombia en el año 2050.