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General - 27 marzo, 2017

Se pierde la fruta en la Serranía y se multiplican los peces en Chiriguaná

Con acompañamiento del Programa de Desarrollo y Paz del Cesar, los campesinos diseñan estrategias de eficiencia productiva.

Gustavo Castañez explica paso a paso en las instalaciones donde se procesa el pescado, peces que son criados por la comercializadora que él gerencia.
Gustavo Castañez explica paso a paso en las instalaciones donde se procesa el pescado, peces que son criados por la comercializadora que él gerencia.

La Red de Pobladores del Cesar, integrada por campesinos, indígenas, afrodescendientes, víctimas del conflicto, entre otros habitantes de 15 municipios del departamento, hasta donde llega el trabajo del Programa de Desarrollo y Paz del Cesar, PDPC, se reunieron el pasado fin de semana en Chiriguaná para volver a lanzar el grito de alerta: necesitan apoyo y tienen potencia.

Según Davinson Troconiz Castañez, miembro de la Asociación de Productores Agroindustriales del centro del Cesar, en la serranía de Perijá se pierde el 60 % de la fruta que producen esas fértiles tierras y 25 % de la que llega a los cascos urbanos, se maltrata en los caminos empinados y destapados de la zona.

EL PILÓN ya había registrado el clamor de los habitantes de Los Encantos, corregimiento de La Paz, Cesar, que lamentaban no tener vías de acceso en buen estado para sacar la mora, frambuesa, lulo y otras frutas lastimadas, a lomo de mula o en los vehículos que suben hasta esas veredas.

“Estuvimos en San José de Oriente en donde es la misma radiografía de Poponte en Chiriguana, de Agustín Codazzi donde se pierde la mora en la Serranía, pero lógicamente que en este punto, en El Retiro, Chiriguaná, 11 horas a pie, seis horas en mula, se queda el 60 % de la fruta allá”, dice Troconiz Castañez.

El asunto es de vieja data y se ha comentado en foros, encuentros, recorridos, ante las autoridades del Cesar, pero no ha habido solución. Una de ellas fue presentada en la reunión de la Red en Chiriguaná. Con una botella en la mesa, de “Vino de uvita de lata” o corozo como se le conoce a esta fruta, los campesinos presentaron una prueba del nivel de productividad que puede dar el campo cesarense. También mostraron en el evento pulpas de fruta empacadas y selladas, resultados de la labor de la asociación que integra Troconiz Castañez y 11 familias más.
Una pulpa de fruta que se consigue en cualquier supermercado de la ciudad, que viene de otras ciudades, y de otros países inclusive, puede fácilmente según los campesinos, empacarse y venderse desde aquí, con la calidad que todo habitante del Departamento conoce de sus frutas y hortalizas.

La despulpadora

La Asociación de Productores Agroindustriales del Centro del Cesar ya tiene la máquina despulpadora, por cuenta o costo propio, con el apoyo de la Unión Europea, la Red de Pobladores y el PDPC. Con este instrumento, y en mediano plazo, los miembros de la asociación esperan dar el resultado esperado; no solo llevar la fruta desde la serranía hasta la mesa de los costeños, sino llamar la atención a los gobiernos y que el apoyo económico y técnico por fin llegue totalmente.

“Vamos a llevar una despulpadora de una tonelada lógicamente apoyada en motor generador, para luego llevar el mensaje a los entes territoriales, que se den cuenta de la potencialidad, que la balanza se inclina hacia estos sectores”, concluyó Troconiz Castañez.

Amaury Padilla, director del PDPC, explicó a EL PILÓN que gracias al contacto con el campesinado, muchos de ellos víctimas del conflicto, se ha podido encontrar una visión compartida del territorio y avance en medio de las diferencias a través de la productividad. “Queremos que la gente salga de la pobreza, todos tenemos derecho a hacerlo, vinimos a conocer experiencias concretas no solo exitosas, cómo superamos la pobreza individual, a través de las iniciativas”, puntualizó Padilla.

El logro de los chiriguaneros

Hay un dicho en esas tierras del Cesar: “En Chiriguaná la inteligencia es peste”, y con diversos aspectos que solo allí ocurren, esto se puede probar. En pozos o criaderos de peces de ese municipio, una empresa familiar ha logrado criar bagre, hecho que no se daba hace muchos años y que pocos ejemplos hay en Colombia.
El último repoblamiento de bagre – blanquillo que tuvo la ciénaga de Zapatosa fue hace 20 años, según manifestó Gustavo Castañez, gerente de la Comercializadora HCO que ha tenido este logro.

La hazaña pesquera de los Castañez en Chiriguaná está dando de qué hablar y ya tiene clientes notables en la región. Drummond y Prodeco, presentes en la reunión, observaban paso a paso la labor de los criaderos de peces como mojarra roja, tilapia, bocachico y otros.

“La Comercializadora HCO inició en 2012 con recursos propios. Somos una sociedad de siete hermanos y todo nació con una idea de `sembrar pescado para vender pescado`, y cinco años después tenemos una instalaciones y estamos en proceso de certificación”, dijo Gustavo Castañez, gerente.

Tienen 22 pozos en donde con periodicidad siembran alevinos y hoy tienen como principal comprador de pescado a la operadora de alimentos de una multinacional minera. Han diseñado escamadoras de peces y utensilios que permiten limpiar la carne, empacarla y otras tareas.

“La cantidad de kilos que estamos produciendo es cada cuatro meses sacamos unas dos o tres toneladas de pescado. Hemos tenido la idea de aprovechar los estanques que hay en la región y volvernos centro de acopio”, explicó el gerente de la comercializadora.

La cría del bagre – blanquillo es un logro para el sector piscícola de la región del Cesar y llama la atención de otros pequeños empresarios que desean seguir los pasos de los piscicultores de Chiriguaná.

Por Andrés Llamas Nova / EL PILÓN

“Estuvimos en San José de Oriente en donde es la misma radiografía de Poponte en Chiriguaná, de Codazzi se pierde la mora arriba en la Serranía, pero lógicamente que en este punto, en El Retiro, Chiriguaná, 11 horas a pie, seis horas en mula, se queda el 60 % de la fruta allá”: Davinson Troconiz Castañez.


Por Andrés Llamas Nova / EL PILÓN

General
27 marzo, 2017

Se pierde la fruta en la Serranía y se multiplican los peces en Chiriguaná

Con acompañamiento del Programa de Desarrollo y Paz del Cesar, los campesinos diseñan estrategias de eficiencia productiva.


Gustavo Castañez explica paso a paso en las instalaciones donde se procesa el pescado, peces que son criados por la comercializadora que él gerencia.
Gustavo Castañez explica paso a paso en las instalaciones donde se procesa el pescado, peces que son criados por la comercializadora que él gerencia.

La Red de Pobladores del Cesar, integrada por campesinos, indígenas, afrodescendientes, víctimas del conflicto, entre otros habitantes de 15 municipios del departamento, hasta donde llega el trabajo del Programa de Desarrollo y Paz del Cesar, PDPC, se reunieron el pasado fin de semana en Chiriguaná para volver a lanzar el grito de alerta: necesitan apoyo y tienen potencia.

Según Davinson Troconiz Castañez, miembro de la Asociación de Productores Agroindustriales del centro del Cesar, en la serranía de Perijá se pierde el 60 % de la fruta que producen esas fértiles tierras y 25 % de la que llega a los cascos urbanos, se maltrata en los caminos empinados y destapados de la zona.

EL PILÓN ya había registrado el clamor de los habitantes de Los Encantos, corregimiento de La Paz, Cesar, que lamentaban no tener vías de acceso en buen estado para sacar la mora, frambuesa, lulo y otras frutas lastimadas, a lomo de mula o en los vehículos que suben hasta esas veredas.

“Estuvimos en San José de Oriente en donde es la misma radiografía de Poponte en Chiriguana, de Agustín Codazzi donde se pierde la mora en la Serranía, pero lógicamente que en este punto, en El Retiro, Chiriguaná, 11 horas a pie, seis horas en mula, se queda el 60 % de la fruta allá”, dice Troconiz Castañez.

El asunto es de vieja data y se ha comentado en foros, encuentros, recorridos, ante las autoridades del Cesar, pero no ha habido solución. Una de ellas fue presentada en la reunión de la Red en Chiriguaná. Con una botella en la mesa, de “Vino de uvita de lata” o corozo como se le conoce a esta fruta, los campesinos presentaron una prueba del nivel de productividad que puede dar el campo cesarense. También mostraron en el evento pulpas de fruta empacadas y selladas, resultados de la labor de la asociación que integra Troconiz Castañez y 11 familias más.
Una pulpa de fruta que se consigue en cualquier supermercado de la ciudad, que viene de otras ciudades, y de otros países inclusive, puede fácilmente según los campesinos, empacarse y venderse desde aquí, con la calidad que todo habitante del Departamento conoce de sus frutas y hortalizas.

La despulpadora

La Asociación de Productores Agroindustriales del Centro del Cesar ya tiene la máquina despulpadora, por cuenta o costo propio, con el apoyo de la Unión Europea, la Red de Pobladores y el PDPC. Con este instrumento, y en mediano plazo, los miembros de la asociación esperan dar el resultado esperado; no solo llevar la fruta desde la serranía hasta la mesa de los costeños, sino llamar la atención a los gobiernos y que el apoyo económico y técnico por fin llegue totalmente.

“Vamos a llevar una despulpadora de una tonelada lógicamente apoyada en motor generador, para luego llevar el mensaje a los entes territoriales, que se den cuenta de la potencialidad, que la balanza se inclina hacia estos sectores”, concluyó Troconiz Castañez.

Amaury Padilla, director del PDPC, explicó a EL PILÓN que gracias al contacto con el campesinado, muchos de ellos víctimas del conflicto, se ha podido encontrar una visión compartida del territorio y avance en medio de las diferencias a través de la productividad. “Queremos que la gente salga de la pobreza, todos tenemos derecho a hacerlo, vinimos a conocer experiencias concretas no solo exitosas, cómo superamos la pobreza individual, a través de las iniciativas”, puntualizó Padilla.

El logro de los chiriguaneros

Hay un dicho en esas tierras del Cesar: “En Chiriguaná la inteligencia es peste”, y con diversos aspectos que solo allí ocurren, esto se puede probar. En pozos o criaderos de peces de ese municipio, una empresa familiar ha logrado criar bagre, hecho que no se daba hace muchos años y que pocos ejemplos hay en Colombia.
El último repoblamiento de bagre – blanquillo que tuvo la ciénaga de Zapatosa fue hace 20 años, según manifestó Gustavo Castañez, gerente de la Comercializadora HCO que ha tenido este logro.

La hazaña pesquera de los Castañez en Chiriguaná está dando de qué hablar y ya tiene clientes notables en la región. Drummond y Prodeco, presentes en la reunión, observaban paso a paso la labor de los criaderos de peces como mojarra roja, tilapia, bocachico y otros.

“La Comercializadora HCO inició en 2012 con recursos propios. Somos una sociedad de siete hermanos y todo nació con una idea de `sembrar pescado para vender pescado`, y cinco años después tenemos una instalaciones y estamos en proceso de certificación”, dijo Gustavo Castañez, gerente.

Tienen 22 pozos en donde con periodicidad siembran alevinos y hoy tienen como principal comprador de pescado a la operadora de alimentos de una multinacional minera. Han diseñado escamadoras de peces y utensilios que permiten limpiar la carne, empacarla y otras tareas.

“La cantidad de kilos que estamos produciendo es cada cuatro meses sacamos unas dos o tres toneladas de pescado. Hemos tenido la idea de aprovechar los estanques que hay en la región y volvernos centro de acopio”, explicó el gerente de la comercializadora.

La cría del bagre – blanquillo es un logro para el sector piscícola de la región del Cesar y llama la atención de otros pequeños empresarios que desean seguir los pasos de los piscicultores de Chiriguaná.

Por Andrés Llamas Nova / EL PILÓN

“Estuvimos en San José de Oriente en donde es la misma radiografía de Poponte en Chiriguaná, de Codazzi se pierde la mora arriba en la Serranía, pero lógicamente que en este punto, en El Retiro, Chiriguaná, 11 horas a pie, seis horas en mula, se queda el 60 % de la fruta allá”: Davinson Troconiz Castañez.


Por Andrés Llamas Nova / EL PILÓN