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Columnista - 3 enero, 2011

Se buscan candidatos

Por: Efraín Quintero Molina. Varias son las reflexiones que deja la época de navidad y  fin de año,  época  propicia para hacer un balance de todas las actividades que se han generado durante los trescientos sesenta y cinco días que acaban de  terminar.  Pensamos en la familia, en los amigos, en los aspectos sociales, políticos […]

Por: Efraín Quintero Molina.

Varias son las reflexiones que deja la época de navidad y  fin de año,  época  propicia para hacer un balance de todas las actividades que se han generado durante los trescientos sesenta y cinco días que acaban de  terminar.  Pensamos en la familia, en los amigos, en los aspectos sociales, políticos y económicos del país. Desde luego, que no pude sacarle el quite al despelote de ciudad que tenemos al frente de nuestras narices y sentimos a flor de piel los inmensos problemas que vive.
Como me hubiese gustado pedirle al niño Dios, que nos regalara un líder de “Raca mandaca”, con los pantalones bien amarraos para sacarnos  del ostracismo en que vivimos,  para poner en cintura a todos aquellos que atentan con nuestra ciudad…, pero además pedirle un hombre UNIVERSAL, capaz de proyectar nuestra ciudad con un carácter que le permita situarse dentro del mundo contemporáneo con propiedad, que dejáramos de ser tan ingenuos al creer, que el ejercicio de tapar huecos o poner arreglos navideños es sinónimo de buena gestión.  Si eso es así, ¡acabemos el baile y vámonos!
Pero no voy a caer en galimatías, quiero ser claro para que estas “REFLEXIONES” nos obliguen a pensar y dar luces para conseguir el  LIDER que necesitamos con suma urgencia y poder  emprender el camino correcto, preciso para sacar a VALLEDUPAR de la encrucijada en que se encuentra.
Pregunto: ¿Dónde están nuestros jóvenes  profesionales desplazados por la clase política, dirigente del Cesar que a todos nosotros nos costó sacrificio educarlos?.  Es increíble, pero el 90% se encuentran laborando en el sector público  o privado en otras regiones del país o en el exterior.  Todos ellos, sin excepción alguna, representan el potencial, la renovación, la oxigenación de una clase dirigente que desgraciadamente se quedó sin horizonte, que naufragó en un mar de odios y pasiones que solo beneficiaron intereses familiares. ¿Por qué no llamarlos y enseñarles el camino de la reconstrucción de nuestras instituciones, sin odios ni pasiones, sin distingos sociales, políticos o religiosos?.
No hay que demeritar a nadie, pero los “PERFILES” que actualmente manejamos para direccionar los destinos de nuestras instituciones, no alcanzan la dimensión que la ciudad y el departamento necesitan; profesionales idóneos, con maestría o doctorado que combinados con la experiencia administrativa y gerencial nos darían por lo menos un respiro de credibilidad.
No voy hablar de candidatos, simplemente quiero dejarles ese ejercicio para buscar ese líder, joven o viejo, pero que sepa articular con base en el conocimiento, un equipo donde la politiquería sea plato de segunda mesa y los intereses colectivos primen ante los individuales.
Tenemos que hacer el PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL (POT), para  establecer prioridades, así sabremos si es la represa de Besotes o mini distritos de riegos, los que necesitamos para desarrollar nuestro campo, sin ocasionar daños irreversibles a nuestro ecosistema. Si el sistema masivo de transporte que tratamos de implantar es el más adecuado para los intereses de la ciudad sin que nos contamine el aire de gases tóxicos.  El de implementar políticas educativas para conseguir que nuestra gente alcance el sentido de pertinencia y pertenencia que necesitamos por la pluriculturalidad que generan las migraciones que conforman nuestros populosos  barrios.  Todo está por hacer y esta tarea no es nada fácil, pero con imaginación y un buen equipo todo se puede.
Para terminar creo que debemos quitarnos de la cabeza el prurito de aspirar al manejo de nuestras instituciones sin antes no tener aprendido el código de ética y trasparencia, el conocimiento de la cosa pública para evitar colapsar a corto plazo.
Colofón: Los saludos de navidad y año nuevo de los aspirantes de turno en los diferentes medios de comunicación de la ciudad, no engañan al niño Dios y mucho menos a nuestra gente que al menos aprendió la lección.

Columnista
3 enero, 2011

Se buscan candidatos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Efraín Quintero Molina

Por: Efraín Quintero Molina. Varias son las reflexiones que deja la época de navidad y  fin de año,  época  propicia para hacer un balance de todas las actividades que se han generado durante los trescientos sesenta y cinco días que acaban de  terminar.  Pensamos en la familia, en los amigos, en los aspectos sociales, políticos […]


Por: Efraín Quintero Molina.

Varias son las reflexiones que deja la época de navidad y  fin de año,  época  propicia para hacer un balance de todas las actividades que se han generado durante los trescientos sesenta y cinco días que acaban de  terminar.  Pensamos en la familia, en los amigos, en los aspectos sociales, políticos y económicos del país. Desde luego, que no pude sacarle el quite al despelote de ciudad que tenemos al frente de nuestras narices y sentimos a flor de piel los inmensos problemas que vive.
Como me hubiese gustado pedirle al niño Dios, que nos regalara un líder de “Raca mandaca”, con los pantalones bien amarraos para sacarnos  del ostracismo en que vivimos,  para poner en cintura a todos aquellos que atentan con nuestra ciudad…, pero además pedirle un hombre UNIVERSAL, capaz de proyectar nuestra ciudad con un carácter que le permita situarse dentro del mundo contemporáneo con propiedad, que dejáramos de ser tan ingenuos al creer, que el ejercicio de tapar huecos o poner arreglos navideños es sinónimo de buena gestión.  Si eso es así, ¡acabemos el baile y vámonos!
Pero no voy a caer en galimatías, quiero ser claro para que estas “REFLEXIONES” nos obliguen a pensar y dar luces para conseguir el  LIDER que necesitamos con suma urgencia y poder  emprender el camino correcto, preciso para sacar a VALLEDUPAR de la encrucijada en que se encuentra.
Pregunto: ¿Dónde están nuestros jóvenes  profesionales desplazados por la clase política, dirigente del Cesar que a todos nosotros nos costó sacrificio educarlos?.  Es increíble, pero el 90% se encuentran laborando en el sector público  o privado en otras regiones del país o en el exterior.  Todos ellos, sin excepción alguna, representan el potencial, la renovación, la oxigenación de una clase dirigente que desgraciadamente se quedó sin horizonte, que naufragó en un mar de odios y pasiones que solo beneficiaron intereses familiares. ¿Por qué no llamarlos y enseñarles el camino de la reconstrucción de nuestras instituciones, sin odios ni pasiones, sin distingos sociales, políticos o religiosos?.
No hay que demeritar a nadie, pero los “PERFILES” que actualmente manejamos para direccionar los destinos de nuestras instituciones, no alcanzan la dimensión que la ciudad y el departamento necesitan; profesionales idóneos, con maestría o doctorado que combinados con la experiencia administrativa y gerencial nos darían por lo menos un respiro de credibilidad.
No voy hablar de candidatos, simplemente quiero dejarles ese ejercicio para buscar ese líder, joven o viejo, pero que sepa articular con base en el conocimiento, un equipo donde la politiquería sea plato de segunda mesa y los intereses colectivos primen ante los individuales.
Tenemos que hacer el PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL (POT), para  establecer prioridades, así sabremos si es la represa de Besotes o mini distritos de riegos, los que necesitamos para desarrollar nuestro campo, sin ocasionar daños irreversibles a nuestro ecosistema. Si el sistema masivo de transporte que tratamos de implantar es el más adecuado para los intereses de la ciudad sin que nos contamine el aire de gases tóxicos.  El de implementar políticas educativas para conseguir que nuestra gente alcance el sentido de pertinencia y pertenencia que necesitamos por la pluriculturalidad que generan las migraciones que conforman nuestros populosos  barrios.  Todo está por hacer y esta tarea no es nada fácil, pero con imaginación y un buen equipo todo se puede.
Para terminar creo que debemos quitarnos de la cabeza el prurito de aspirar al manejo de nuestras instituciones sin antes no tener aprendido el código de ética y trasparencia, el conocimiento de la cosa pública para evitar colapsar a corto plazo.
Colofón: Los saludos de navidad y año nuevo de los aspirantes de turno en los diferentes medios de comunicación de la ciudad, no engañan al niño Dios y mucho menos a nuestra gente que al menos aprendió la lección.