Los niños que viven en el barrio La Castellana casi no juegan en el único parque que tienen a su disposición. Asegura la comunidad que el alcalde Augusto Ramírez Uhía se comprometió a arreglar la zona de juegos, pero nada que se comunica con sus moradores.

Según me contó el presidente de la Junta de Acción Comunal, Javier Olivella, una arquitecta de la comunidad diseñó una maqueta del parque y la socializaron con el mandatario municipal y aún no han tenido respuesta. “Le llevamos la maqueta, dijo que le había gustado, pero no ha dado respuesta, seguimos esperando a que aparezca”.

Noté la suciedad del parque, zapatos dañados estaban tirados en las zonas verdes, las instalaciones donde juegan los niños, están dañadas y oxidadas, sin mencionar la inseguridad que azota a esta comunidad.

Aunque sus habitantes tratan de contribuir con la poda de los árboles, es muy difícil mantenerlo limpio debido a que llegan personas de otros sectores y dejan el parque sucio. “La Junta de Acción Comunal le pasa el derecho de petición a Interaseo y ellos envían podadores, o nosotros mismos recogemos el dinero o hacemos actividades para no dejar crecer tanto los árboles, siempre están bien podados para que no vengas los “robamangos” y ladrones”, asegura el líder del barrio.

Los habitantes de La Castellana no aceptan ningún vendedor informal alrededor o dentro del parque, “se han intentado meter y vender minutos, poner venta de comidas y los hemos retirados, queremos que este parque sea tranquilo”, explicó.

Arleth Pinto, habitante de La Castellana hace siete años, me dijo que el parque debería tener cancha sintética y maquinas biosaludables para hacer ejercicios, pero por ahora les toca irse hasta la urbanización Club House. “Necesitamos que nos embellezcan nuestro parque que lo necesitamos bello, es nuestro sueño”, confesó.