Por: Jaime Palmera Pineda

Con motivo de la celebración de los 463 años de la fundación de Valledupar se informó a sus habitantes sobre los “regalos” que la ciudad recibirá.

Son varias obras y como ejemplo me referiré a una, por demás bienvenida, que se encuentra en la lista de “regalos para Valledupar”: la nueva sede de la Universidad Nacional en La Paz.

No tengo la menor duda de que esta obra traerá todo el progreso educativo que conlleva su construcción y estoy de acuerdo con algunas notas de El Pilón (véanse los links anexos) pero debemos saber cuando la veremos completa. Y por completa me refiero no a la construcción de la propia sede que, según los informes de prensa, está financiada con recursos que se obtuvieron luego de las gestiones hechas por el Sr. Gobernador del Cesar con el apoyo del Sr. Gobernador de la Guajira.

Lo preocupante son las obras complementarias que pronto se deberán ejecutar: las vías de acceso, las obras de infraestructura para las aguas limpias y servidas, el servicio eléctrico, por nombrar algunas, que afectarán tanto a Valledupar como a La Paz.

Si la carretera que une los dos municipios es insuficiente en estos momentos, que solución se ha planteado para cuando se inicien las clases en la Universidad?  La doble calzada que se proyecta para unir a las dos ciudades, (http://elpilon.com.co/inicioproyectan-doble-calzada-hacia-la-paz/), cómo se relaciona con la sede de la Universidad Nacional? INVIAS, la Gobernación del Cesar y la Universidad Nacional ya definieron algo sobre ello?

Y, volviendo al título de esta nota, me pregunto si es correcto recibirlas y llamarlas regalos. Todos  los funcionarios públicos son elegidos o nombrados para servir desde su cargo y entre sus funciones están el desarrollo de las entidades que gobiernan, lo que incluye las obras necesarias para lograrlo.

Que se proyecten y construyan obras públicas no puede tomarse como un regalo para la ciudad. Es una obligación de los funcionarios, implícita en el nombramiento y que debe cumplirse de acuerdo a la ley y bajo juramento, desde el momento en que se toma posesión del cargo.

Desde otro punto de vista, quiero resaltar una idea del Sr. Alcalde de Valledupar: la posibilidad de que el desarrollo de la ciudad sea sobre la margen izquierda del Guatapurí.  Es una idea futurista a la que con mucho placer aplaudo y le doy la bienvenida. El tema es extenso y lo tratare en una próxima publicación.

Feliz 2013 para todos ustedes y que Valledupar reciba de sus gobernantes lo que ella necesita y merece sin necesidad de efemérides.