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Columnista - 9 noviembre, 2017

El recurso hídrico del municipio de Valledupar

Es preciso comenzar este artículo manifestando que la ordenación de una cuenca tiene por objeto principal el planeamiento del uso y manejo sostenible de recursos naturales renovables, de manera que se consiga mantener o restablecer un adecuado equilibrio entre el aprovechamiento económico de tales recursos y particularmente de los recursos hídricos. Hecha esta introducción, no […]

Es preciso comenzar este artículo manifestando que la ordenación de una cuenca tiene por objeto principal el planeamiento del uso y manejo sostenible de recursos naturales renovables, de manera que se consiga mantener o restablecer un adecuado equilibrio entre el aprovechamiento económico de tales recursos y particularmente de los recursos hídricos. Hecha esta introducción, no nos cabe otra cosa que preguntarnos ¿Será que el Plan de Ordenación y Manejo de la subcuenca del río Guatapurí como abastecedora (PONCA), habrá superado por lo menos tres etapas de las cinco fases establecidas para su ordenación? ¿Será que la parte crucial para este Plan, como es la concertación con las comunidades indígenas se habrá realizado? En fin, cómo anda este decisivo plan de rescate de esta fuente que enmarca la supervivencia de los habitantes de la ciudad de Valledupar. Lo anterior teniendo en cuenta que el mayor representante hídrico de agua potable de Valledupar es este río.

Otro ítem que debemos recordar es reseñar que el señor alcalde del municipio de Valledupar como primera autoridad de policía, vale decir, con el apoyo de la Policía Nacional y en coordinación con las demás entidades del Sistema Nacional Ambiental (SINA), le corresponde en materia ambiental ejercer funciones de control y vigilancia del medio ambiente y los recursos naturales renovables (Ley 1333 del 21 de Julio de 2009), con el fin de velar por el cumplimiento de los deberes del Estado y de los particulares en materia ambiental y de proteger el derecho constitucional a un ambiente sano.

Digamos también que en esta subcuenca alta y media del río Guatapurí, en los corregimientos de Atanquez, Guatapurí y Chemesquemena, por lo que hemos observado, notamos, por ejemplo, en la parte norte de los cerros denominados Seiminin, Donarúa, cerro Tayrona y un amplio entorno, se puede constatar que se encuentran severamente deforestados y erosionados. Los habitantes de la región exponen su preocupación al respecto y ya hablan de lo que puede ser el cambio climático cuando arrecie un poco más, manifiestan que otrora en su región se sentía o experimentaba la influencia del páramo de la Nevada, pero en la actualidad se observa otro paisaje observando que el rio Guatapurí presenta significativamente disminución de su caudal y se reflejan las acciones antrópicas (del hombre), o sea, colonos e indígenas.

NOTA: Nuestros ríos no pueden seguir siendo una caneca de basura, no pueden seguir recibiendo la carga contaminante de las poblaciones que se ubican en sus orillas como sucede con el rio Cesar desde su nacimiento y cuanto pasa cerca de Valledupar recibe la mayor carga contaminante que le ha matado su vida, hasta llegar a la Ciénaga de Zapatosa, el vaso de agua más importante de Colombia. ¡Qué horror!

*Especializado en gestión ambiental.

Por Hernán Maestre Martínez

 

Columnista
9 noviembre, 2017

El recurso hídrico del municipio de Valledupar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Es preciso comenzar este artículo manifestando que la ordenación de una cuenca tiene por objeto principal el planeamiento del uso y manejo sostenible de recursos naturales renovables, de manera que se consiga mantener o restablecer un adecuado equilibrio entre el aprovechamiento económico de tales recursos y particularmente de los recursos hídricos. Hecha esta introducción, no […]


Es preciso comenzar este artículo manifestando que la ordenación de una cuenca tiene por objeto principal el planeamiento del uso y manejo sostenible de recursos naturales renovables, de manera que se consiga mantener o restablecer un adecuado equilibrio entre el aprovechamiento económico de tales recursos y particularmente de los recursos hídricos. Hecha esta introducción, no nos cabe otra cosa que preguntarnos ¿Será que el Plan de Ordenación y Manejo de la subcuenca del río Guatapurí como abastecedora (PONCA), habrá superado por lo menos tres etapas de las cinco fases establecidas para su ordenación? ¿Será que la parte crucial para este Plan, como es la concertación con las comunidades indígenas se habrá realizado? En fin, cómo anda este decisivo plan de rescate de esta fuente que enmarca la supervivencia de los habitantes de la ciudad de Valledupar. Lo anterior teniendo en cuenta que el mayor representante hídrico de agua potable de Valledupar es este río.

Otro ítem que debemos recordar es reseñar que el señor alcalde del municipio de Valledupar como primera autoridad de policía, vale decir, con el apoyo de la Policía Nacional y en coordinación con las demás entidades del Sistema Nacional Ambiental (SINA), le corresponde en materia ambiental ejercer funciones de control y vigilancia del medio ambiente y los recursos naturales renovables (Ley 1333 del 21 de Julio de 2009), con el fin de velar por el cumplimiento de los deberes del Estado y de los particulares en materia ambiental y de proteger el derecho constitucional a un ambiente sano.

Digamos también que en esta subcuenca alta y media del río Guatapurí, en los corregimientos de Atanquez, Guatapurí y Chemesquemena, por lo que hemos observado, notamos, por ejemplo, en la parte norte de los cerros denominados Seiminin, Donarúa, cerro Tayrona y un amplio entorno, se puede constatar que se encuentran severamente deforestados y erosionados. Los habitantes de la región exponen su preocupación al respecto y ya hablan de lo que puede ser el cambio climático cuando arrecie un poco más, manifiestan que otrora en su región se sentía o experimentaba la influencia del páramo de la Nevada, pero en la actualidad se observa otro paisaje observando que el rio Guatapurí presenta significativamente disminución de su caudal y se reflejan las acciones antrópicas (del hombre), o sea, colonos e indígenas.

NOTA: Nuestros ríos no pueden seguir siendo una caneca de basura, no pueden seguir recibiendo la carga contaminante de las poblaciones que se ubican en sus orillas como sucede con el rio Cesar desde su nacimiento y cuanto pasa cerca de Valledupar recibe la mayor carga contaminante que le ha matado su vida, hasta llegar a la Ciénaga de Zapatosa, el vaso de agua más importante de Colombia. ¡Qué horror!

*Especializado en gestión ambiental.

Por Hernán Maestre Martínez