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Columnista - 16 junio, 2018

Recta final presidencial

El nuevo presidente de la Republica enfrentará grandes retos como los de consolidar la implementación de los acuerdos de paz, disminuir el desempleo y los indicadores de desigualdad, y enfrentar los desafíos del cambio climático, es indudable que hemos sobrepasado unas barreras que parecían inquebrantables hace unos años, y el camino hacia la prosperidad, no […]

El nuevo presidente de la Republica enfrentará grandes retos como los de consolidar la implementación de los acuerdos de paz, disminuir el desempleo y los indicadores de desigualdad, y enfrentar los desafíos del cambio climático, es indudable que hemos sobrepasado unas barreras que parecían inquebrantables hace unos años, y el camino hacia la prosperidad, no obstante difícil, con la finalización del conflicto con las FARC, parece ahora más despejado en el marco histórico del país. Sin embargo, hacer modificaciones al acuerdo de paz, en torno a la justicia y que el narcotráfico no sea condonable, pone en evidencia los interpuestos del Centro Democrático de cara al futuro del país.

El marco propositivo de Iván Duque también incluye la reducción de la tributación para incentivar la generación de empleo, la cadena perpetua para violadores y asesinos de menores, la unificación de las altas cortes a un solo tribunal y reducir el congreso. Estas iniciativas tienen sensibilidad de aprobación, sobre todo, por la cercanía que tendría el ejecutivo con el legislativo.

De su parte, Gustavo Petro, caminó el país divulgando sus propuestas, populistas para el Centro Democrático, pero lógicas para quienes estudiamos las tendencias en las que se viene moviendo el mundo. Diversificar la economía para limitar la dependencia de la extracción petrolera y carbonífera y valorizar el sector agropecuario mediante la agroindustrializacion es simplemente un adeudo del país y una oportunidad para ofrecer al mundo superpoblado. Naturalmente, este proceso debe ser gradual no intempestivo ni arrogante. También propone Petro, la educación gratuita, invertir el sistema de salud, defender el acuerdo de paz y quitarle el poder al congreso para elegir entes judiciales, como el fiscal y magistrados, no son propuestas desproporcionadas deben ser materializadas.

Las propuestas de Duque y Petro, en el ejercicio del gobierno como presidente, deben concebir el sueño de un país con empresas pujantes, sociales y ambientalmente responsables, que conquisten los mercados internacionales con bienes y servicios de alto valor agregado e innovación. Un país integrado a la economía mundial con una infraestructura y un entorno de competitividad que transforme las ideas en negocios, los negocios en empleo, el empleo en más ingresos, y por ende, en menor pobreza y mayor bienestar y progreso social. Un país que confíe y sienta orgullo por las instituciones del Estado. Unas instituciones que cumplan a cabalidad compromisos ineludibles de gestión pública como la transparencia, la equidad, el pluralismo, la eficiencia, la eficacia, la austeridad, y la intolerancia absoluta con la corrupción. Un estado que procure la convergencia de las capacidades de desarrollo regional y abra y consolide espacios en que los ciudadanos participan en la construcción del bienestar de toda la sociedad. (Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2010- 2014)

Más que posturas ideológicas, marcadas por las diferencias de modelos económicos, que ampliaron la polarización en la que entraron a jugar los miedos de la “venezolanizacion” y la sombra del expresidente Uribe, el nuevo gobierno debe trabajar sobre lo fundamental interpretando el principio fundamental de la tercera vía: el mercado hasta donde sea posible y el Estado hasta donde sea necesario.

@LuchoDiaz12

Columnista
16 junio, 2018

Recta final presidencial

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

El nuevo presidente de la Republica enfrentará grandes retos como los de consolidar la implementación de los acuerdos de paz, disminuir el desempleo y los indicadores de desigualdad, y enfrentar los desafíos del cambio climático, es indudable que hemos sobrepasado unas barreras que parecían inquebrantables hace unos años, y el camino hacia la prosperidad, no […]


El nuevo presidente de la Republica enfrentará grandes retos como los de consolidar la implementación de los acuerdos de paz, disminuir el desempleo y los indicadores de desigualdad, y enfrentar los desafíos del cambio climático, es indudable que hemos sobrepasado unas barreras que parecían inquebrantables hace unos años, y el camino hacia la prosperidad, no obstante difícil, con la finalización del conflicto con las FARC, parece ahora más despejado en el marco histórico del país. Sin embargo, hacer modificaciones al acuerdo de paz, en torno a la justicia y que el narcotráfico no sea condonable, pone en evidencia los interpuestos del Centro Democrático de cara al futuro del país.

El marco propositivo de Iván Duque también incluye la reducción de la tributación para incentivar la generación de empleo, la cadena perpetua para violadores y asesinos de menores, la unificación de las altas cortes a un solo tribunal y reducir el congreso. Estas iniciativas tienen sensibilidad de aprobación, sobre todo, por la cercanía que tendría el ejecutivo con el legislativo.

De su parte, Gustavo Petro, caminó el país divulgando sus propuestas, populistas para el Centro Democrático, pero lógicas para quienes estudiamos las tendencias en las que se viene moviendo el mundo. Diversificar la economía para limitar la dependencia de la extracción petrolera y carbonífera y valorizar el sector agropecuario mediante la agroindustrializacion es simplemente un adeudo del país y una oportunidad para ofrecer al mundo superpoblado. Naturalmente, este proceso debe ser gradual no intempestivo ni arrogante. También propone Petro, la educación gratuita, invertir el sistema de salud, defender el acuerdo de paz y quitarle el poder al congreso para elegir entes judiciales, como el fiscal y magistrados, no son propuestas desproporcionadas deben ser materializadas.

Las propuestas de Duque y Petro, en el ejercicio del gobierno como presidente, deben concebir el sueño de un país con empresas pujantes, sociales y ambientalmente responsables, que conquisten los mercados internacionales con bienes y servicios de alto valor agregado e innovación. Un país integrado a la economía mundial con una infraestructura y un entorno de competitividad que transforme las ideas en negocios, los negocios en empleo, el empleo en más ingresos, y por ende, en menor pobreza y mayor bienestar y progreso social. Un país que confíe y sienta orgullo por las instituciones del Estado. Unas instituciones que cumplan a cabalidad compromisos ineludibles de gestión pública como la transparencia, la equidad, el pluralismo, la eficiencia, la eficacia, la austeridad, y la intolerancia absoluta con la corrupción. Un estado que procure la convergencia de las capacidades de desarrollo regional y abra y consolide espacios en que los ciudadanos participan en la construcción del bienestar de toda la sociedad. (Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2010- 2014)

Más que posturas ideológicas, marcadas por las diferencias de modelos económicos, que ampliaron la polarización en la que entraron a jugar los miedos de la “venezolanizacion” y la sombra del expresidente Uribe, el nuevo gobierno debe trabajar sobre lo fundamental interpretando el principio fundamental de la tercera vía: el mercado hasta donde sea posible y el Estado hasta donde sea necesario.

@LuchoDiaz12