Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 12 febrero, 2013

¿Qué tan culpable es Drummond?

Por Gonzalo Arzuza La historia de la contaminación ambiental por el vertimiento de varias toneladas de carbón al mar de parte de la multinacional  Drummond es cíclica, y aunque  no solo es esta empresa carbonera la que contamina accidental o arbitrariamente, pues también  están Cerromatoso,  El Cerrejón y muchas más, deja ver que el problema […]

Por Gonzalo Arzuza

La historia de la contaminación ambiental por el vertimiento de varias toneladas de carbón al mar de parte de la multinacional  Drummond es cíclica, y aunque  no solo es esta empresa carbonera la que contamina accidental o arbitrariamente, pues también  están Cerromatoso,  El Cerrejón y muchas más, deja ver que el problema es que en Colombia no hay una política ambiental coherente y aunque esta  es trasversal a la infraestructura, el manejo agrario y el de la explotación minero energético, no existe un manejo coordinado entre estas.

 

Hay un traslape o dualidad de funciones  por parte del Ministerio del Medio Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales y de las demás oficinas como la de Licencias Ambientales que parece funcionaran cada una por su lado sin un mismo derrotero. Pero la suspensión de la licencia provisional de Drummond es contundente. Hasta ahora estamos avanzado en un tema que muchos otros países nos llevan delantera.

El cargue y descargue de carbón  en alta mar no debería existir en el país desde julio del año 2010,  en agosto del 2007 se decretó que a partir del 2010 deberían estar acondicionados  los puertos para el cargue directo, este gobierno  les dio una  prórroga hasta el 2014 para el inicio del cargue directo del carbón al barco  por banda trasportadora encapsulada, lo cual minimizaría los riegos de contaminación.

 

El método de cargue por barcaza que se emplea actualmente en altamar, es riesgoso y con altas posibilidades de contaminar, pero a pesar de estar tan cerca de la costa, no hubo la vigilancia necesaria y esperada por parte de las autoridades ni por parte de la empresa carbonera para evitar el accidente. La Contraloría General se pronunció  hace tres meses con respecto a Drummond  y dijo que había irregularidades en el trasporte al descubierto, igual pasaba con el manejo de las aguas, además que  las barcazas utilizadas para el trasporte del carbón no tenían las especificaciones necesarias para su funcionamiento y las autoridades ambientales no hicieron nada; pero tampoco los mecanismos de control ciudadano ni las famosas audiencias ambientales funcionaron.

 

Como país debemos aprovechar el momento donde los precios internacionales de los minerales están bien cotizados, lo que hace necesario tener unas reglas claras en el manejo ambiental, para que las empresas explotadores de los recursos adquieran responsabilidades, siguiendo protocolos de contingencia rigurosamente, mitigando impactos ambientales, sociales y laborales. Hay países de los cuales deberíamos aprender como Chile y Perú.

 

Drummond es tan culpable como el Estado Colombiano que ha permitido la explotación del carbón y de los diferentes minerales sin la vigilancia y control ambiental necesarias para la sostenibilidad ecológica y social de nuestra región, estos accidentes que han ocurrido en otras ocasiones sin el conocimiento de la opinión pública, no pueden volver a ocurrir. Los derechos ambientales son para garantizar los derechos humanos, tenemos que exigir que se apliquen los estándares de seguridad ambiental de primera  y no del tercer mundo.

Columnista
12 febrero, 2013

¿Qué tan culpable es Drummond?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gonzalo Arzuza

Por Gonzalo Arzuza La historia de la contaminación ambiental por el vertimiento de varias toneladas de carbón al mar de parte de la multinacional  Drummond es cíclica, y aunque  no solo es esta empresa carbonera la que contamina accidental o arbitrariamente, pues también  están Cerromatoso,  El Cerrejón y muchas más, deja ver que el problema […]


Por Gonzalo Arzuza

La historia de la contaminación ambiental por el vertimiento de varias toneladas de carbón al mar de parte de la multinacional  Drummond es cíclica, y aunque  no solo es esta empresa carbonera la que contamina accidental o arbitrariamente, pues también  están Cerromatoso,  El Cerrejón y muchas más, deja ver que el problema es que en Colombia no hay una política ambiental coherente y aunque esta  es trasversal a la infraestructura, el manejo agrario y el de la explotación minero energético, no existe un manejo coordinado entre estas.

 

Hay un traslape o dualidad de funciones  por parte del Ministerio del Medio Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales y de las demás oficinas como la de Licencias Ambientales que parece funcionaran cada una por su lado sin un mismo derrotero. Pero la suspensión de la licencia provisional de Drummond es contundente. Hasta ahora estamos avanzado en un tema que muchos otros países nos llevan delantera.

El cargue y descargue de carbón  en alta mar no debería existir en el país desde julio del año 2010,  en agosto del 2007 se decretó que a partir del 2010 deberían estar acondicionados  los puertos para el cargue directo, este gobierno  les dio una  prórroga hasta el 2014 para el inicio del cargue directo del carbón al barco  por banda trasportadora encapsulada, lo cual minimizaría los riegos de contaminación.

 

El método de cargue por barcaza que se emplea actualmente en altamar, es riesgoso y con altas posibilidades de contaminar, pero a pesar de estar tan cerca de la costa, no hubo la vigilancia necesaria y esperada por parte de las autoridades ni por parte de la empresa carbonera para evitar el accidente. La Contraloría General se pronunció  hace tres meses con respecto a Drummond  y dijo que había irregularidades en el trasporte al descubierto, igual pasaba con el manejo de las aguas, además que  las barcazas utilizadas para el trasporte del carbón no tenían las especificaciones necesarias para su funcionamiento y las autoridades ambientales no hicieron nada; pero tampoco los mecanismos de control ciudadano ni las famosas audiencias ambientales funcionaron.

 

Como país debemos aprovechar el momento donde los precios internacionales de los minerales están bien cotizados, lo que hace necesario tener unas reglas claras en el manejo ambiental, para que las empresas explotadores de los recursos adquieran responsabilidades, siguiendo protocolos de contingencia rigurosamente, mitigando impactos ambientales, sociales y laborales. Hay países de los cuales deberíamos aprender como Chile y Perú.

 

Drummond es tan culpable como el Estado Colombiano que ha permitido la explotación del carbón y de los diferentes minerales sin la vigilancia y control ambiental necesarias para la sostenibilidad ecológica y social de nuestra región, estos accidentes que han ocurrido en otras ocasiones sin el conocimiento de la opinión pública, no pueden volver a ocurrir. Los derechos ambientales son para garantizar los derechos humanos, tenemos que exigir que se apliquen los estándares de seguridad ambiental de primera  y no del tercer mundo.