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Columnista - 26 febrero, 2017

¿Por qué dejamos de preguntarnos?

Hacer preguntas es una de las maneras más simples y poderosas para avanzar en nuestras habilidades de liderazgo y conectarnos con los equipos de trabajo. Las preguntas desafían los supuestos y nos animan a llegar más allá de lo que creemos que ya sabemos. Las buenas preguntas conducen a productos y soluciones innovadoras. Las preguntas […]

Hacer preguntas es una de las maneras más simples y poderosas para avanzar en nuestras habilidades de liderazgo y conectarnos con los equipos de trabajo. Las preguntas desafían los supuestos y nos animan a llegar más allá de lo que creemos que ya sabemos. Las buenas preguntas conducen a productos y soluciones innovadoras.

Las preguntas generan confianza. Cuando somos niños hacemos preguntas de una manera fácil, no existen pre-juicios, ni pena. La curiosidad no parece disminuir a medida que envejecemos, sin embargo como adultos, somos más cautelosos acerca de hacer preguntas. Tal vez tengamos miedo de parecer estúpido. A veces ocurre que vivimos tan a prisa para cumplir con múltiples plazos, que no nos detenemos para discutir nuestra curiosidad.

Según Warren Buffet, dos de las habilidades más preciadas en los líderes son la buena escucha y la capacidad de cuestionamiento. Los buenos líderes hacen muchas preguntas porque demuestran que valoran la curiosidad, no esperan que nadie sepa todo, y que todos sean bienvenidos a buscar.

¿Será que por la cautela los gobernantes han dejado de preguntarse acerca del desempeño de su gobierno respecto a sus promesas y metas del plan de desarrollo?. A este respecto ha hecho carrera el temor infundado que reconocer problemas y aprender de ellos es un craso error político, por este motivo son pocos los entes territoriales que hacen seguimiento (en rigor) a la gestión del plan de desarrollo y mucho menos evalúan resultados e impactos de sus programas y proyectos.

Sería natural que ante las evidencias que muestran muchos de nuestros poblados, el gobernante se preguntara: ¿Por qué hay obras que son de nunca acabar? ¿Por qué el PAE no coadyuva a disminuir la deserción escolar? ¿Por qué los planes viales no han producido el aumento en la producción agrícola? ¿Por qué el plan departamental de aguas no ha mejorado la calidad del servicio de agua potable? ¿Por qué la cobertura en educación superior no supera el 25%? ¿Por qué el índice de pobreza multidimensional no mejora? ¿Por qué la tasa de embarazos en adolescentes aumenta? ¿Cuál es el riesgo si fracasamos? ¿Qué es lo peor que puede pasar si no se hace?

También es importante que el ciudadano se haga esas preguntas y evalúe lo que muestra el modelo de gobierno y no lo que ofrece la persona. Los ciudadanos hemos caído en el juego de crear caudillos o personajes mitológicos, cuando lo único que permanece es el ente, las personas vienen y van. En el Cesar somos especialistas en mitificar personajes, que más allá de sus actos, no vale ni merece que les demos dicho estatus.

Finalmente Warren Berger escribió: “El poder de una pregunta es la manera más asertiva de chispear las ideas de avance”.

Por Roberto Carlos Núñez

Columnista
26 febrero, 2017

¿Por qué dejamos de preguntarnos?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Roberto Carlos Núñez Vega

Hacer preguntas es una de las maneras más simples y poderosas para avanzar en nuestras habilidades de liderazgo y conectarnos con los equipos de trabajo. Las preguntas desafían los supuestos y nos animan a llegar más allá de lo que creemos que ya sabemos. Las buenas preguntas conducen a productos y soluciones innovadoras. Las preguntas […]


Hacer preguntas es una de las maneras más simples y poderosas para avanzar en nuestras habilidades de liderazgo y conectarnos con los equipos de trabajo. Las preguntas desafían los supuestos y nos animan a llegar más allá de lo que creemos que ya sabemos. Las buenas preguntas conducen a productos y soluciones innovadoras.

Las preguntas generan confianza. Cuando somos niños hacemos preguntas de una manera fácil, no existen pre-juicios, ni pena. La curiosidad no parece disminuir a medida que envejecemos, sin embargo como adultos, somos más cautelosos acerca de hacer preguntas. Tal vez tengamos miedo de parecer estúpido. A veces ocurre que vivimos tan a prisa para cumplir con múltiples plazos, que no nos detenemos para discutir nuestra curiosidad.

Según Warren Buffet, dos de las habilidades más preciadas en los líderes son la buena escucha y la capacidad de cuestionamiento. Los buenos líderes hacen muchas preguntas porque demuestran que valoran la curiosidad, no esperan que nadie sepa todo, y que todos sean bienvenidos a buscar.

¿Será que por la cautela los gobernantes han dejado de preguntarse acerca del desempeño de su gobierno respecto a sus promesas y metas del plan de desarrollo?. A este respecto ha hecho carrera el temor infundado que reconocer problemas y aprender de ellos es un craso error político, por este motivo son pocos los entes territoriales que hacen seguimiento (en rigor) a la gestión del plan de desarrollo y mucho menos evalúan resultados e impactos de sus programas y proyectos.

Sería natural que ante las evidencias que muestran muchos de nuestros poblados, el gobernante se preguntara: ¿Por qué hay obras que son de nunca acabar? ¿Por qué el PAE no coadyuva a disminuir la deserción escolar? ¿Por qué los planes viales no han producido el aumento en la producción agrícola? ¿Por qué el plan departamental de aguas no ha mejorado la calidad del servicio de agua potable? ¿Por qué la cobertura en educación superior no supera el 25%? ¿Por qué el índice de pobreza multidimensional no mejora? ¿Por qué la tasa de embarazos en adolescentes aumenta? ¿Cuál es el riesgo si fracasamos? ¿Qué es lo peor que puede pasar si no se hace?

También es importante que el ciudadano se haga esas preguntas y evalúe lo que muestra el modelo de gobierno y no lo que ofrece la persona. Los ciudadanos hemos caído en el juego de crear caudillos o personajes mitológicos, cuando lo único que permanece es el ente, las personas vienen y van. En el Cesar somos especialistas en mitificar personajes, que más allá de sus actos, no vale ni merece que les demos dicho estatus.

Finalmente Warren Berger escribió: “El poder de una pregunta es la manera más asertiva de chispear las ideas de avance”.

Por Roberto Carlos Núñez