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Columnista - 30 noviembre, 2015

Políticos de pacotilla

Pacotilla: De poca calidad o de escaso valor. Definitivamente no hay un término más exacto para definir a la clase política costeña, políticos de pacotilla. De un desprestigiado grupo con numerosas sanciones por casos de corrupción y escasos aportes en los años 70 y 80, pasamos a una renovación que deja mucho que desear en […]

Pacotilla: De poca calidad o de escaso valor. Definitivamente no hay un término más exacto para definir a la clase política costeña, políticos de pacotilla. De un desprestigiado grupo con numerosas sanciones por casos de corrupción y escasos aportes en los años 70 y 80, pasamos a una renovación que deja mucho que desear en cuanto a capacidad y liderazgo.

El perfil del político costeño actual, tiene un alto carácter protagónico, en las urnas sacan altas votaciones, obtenidas en su mayoría con mermelada, compra de votos, fraude en la Registraduría y exagerada promoción en los medios, pero no pasa lo mismo en el recinto del congreso, donde tienen una agenda legislativa nula.

Aunque parece mentira, las mayores votaciones están en cabeza de 2 senadores costeños: “Ñoño” Elías y su ñoñomania, que no es más que una franquicia electorera para captar votantes incautos y Musa Besaile, siempre al margen en los debates importantes del Congreso. Estamos en manos de herederos de la misma clase política, Name hijo de Name, Zucardi hijo de Zucardi, Cuello hijo de Cuello, Char hijo de Char, Gnecco hijo de Gnecco, Ballesteros hijo de Ballesteros, en fin, los mismos con las mismas; Alfredo Deluque como presidente de la Cámara no se apropia de los temas neurálgicos y pasará sin pena ni gloria; da la impresión de que tuvieran miedo a expresar lo que pasa en la región. El liderazgo recae sobre Armando Benedetti, un bufón propio del realismo mágico y Jair Acuña, quien gracias a Dios renunció al Congreso. Con toda razón los cachacos se burlan de nosotros.

La costa vive una crisis originada en temas energéticos que está afectando la competitividad, es increíble como Electricaribe, con la venia del gobierno central, perjudica a los usuarios de manera reiterativa y arbitraria, generando un problema de orden social a punto de estallar y la solución de Jesús David Name es chantajear al gobierno con el plebiscito para la paz, que tipo tan audaz, no hay respeto por la dirigencia porque adolece de criterio, citan reuniones con los miembros de la CREG (Comisión de Regulación de Energía y Gas) y no llegan, nadie explica que pasó con los recursos de cargos de confiabilidad, tuvimos un ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, que se hizo el pendejo con estos temas ¿sería para proteger a las termoeléctricas? debería retirarse de la política.

El tema del gas es una burla a nuestra región, alzan los precios sin despeinarse; en el interior se benefician del gas guajiro, pero no contamos con la posibilidad de obtener gas de Cusiana; seguimos exportando gas a Venezuela, un gobierno hostil que ataca y desplaza colombianos, como Santos le teme a Maduro; no hay unidad entre los congresistas costeños, algunos mansamente firman el aumento de tarifas y después quieren retirarlas, como si los electores fuéramos bobos. En cuanto a vías, hablan del gran desarrollo pero nos imponen una insostenible carga de peajes, 7 solo para el Cesar y La Guajira, aislando a los pueblos de la provincia. Pese a las potencialidades y grandes expectativas como región, con esta clase política de pacotilla, resulta muy difícil, casi imposible.

Columnista
30 noviembre, 2015

Políticos de pacotilla

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Pacotilla: De poca calidad o de escaso valor. Definitivamente no hay un término más exacto para definir a la clase política costeña, políticos de pacotilla. De un desprestigiado grupo con numerosas sanciones por casos de corrupción y escasos aportes en los años 70 y 80, pasamos a una renovación que deja mucho que desear en […]


Pacotilla: De poca calidad o de escaso valor. Definitivamente no hay un término más exacto para definir a la clase política costeña, políticos de pacotilla. De un desprestigiado grupo con numerosas sanciones por casos de corrupción y escasos aportes en los años 70 y 80, pasamos a una renovación que deja mucho que desear en cuanto a capacidad y liderazgo.

El perfil del político costeño actual, tiene un alto carácter protagónico, en las urnas sacan altas votaciones, obtenidas en su mayoría con mermelada, compra de votos, fraude en la Registraduría y exagerada promoción en los medios, pero no pasa lo mismo en el recinto del congreso, donde tienen una agenda legislativa nula.

Aunque parece mentira, las mayores votaciones están en cabeza de 2 senadores costeños: “Ñoño” Elías y su ñoñomania, que no es más que una franquicia electorera para captar votantes incautos y Musa Besaile, siempre al margen en los debates importantes del Congreso. Estamos en manos de herederos de la misma clase política, Name hijo de Name, Zucardi hijo de Zucardi, Cuello hijo de Cuello, Char hijo de Char, Gnecco hijo de Gnecco, Ballesteros hijo de Ballesteros, en fin, los mismos con las mismas; Alfredo Deluque como presidente de la Cámara no se apropia de los temas neurálgicos y pasará sin pena ni gloria; da la impresión de que tuvieran miedo a expresar lo que pasa en la región. El liderazgo recae sobre Armando Benedetti, un bufón propio del realismo mágico y Jair Acuña, quien gracias a Dios renunció al Congreso. Con toda razón los cachacos se burlan de nosotros.

La costa vive una crisis originada en temas energéticos que está afectando la competitividad, es increíble como Electricaribe, con la venia del gobierno central, perjudica a los usuarios de manera reiterativa y arbitraria, generando un problema de orden social a punto de estallar y la solución de Jesús David Name es chantajear al gobierno con el plebiscito para la paz, que tipo tan audaz, no hay respeto por la dirigencia porque adolece de criterio, citan reuniones con los miembros de la CREG (Comisión de Regulación de Energía y Gas) y no llegan, nadie explica que pasó con los recursos de cargos de confiabilidad, tuvimos un ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, que se hizo el pendejo con estos temas ¿sería para proteger a las termoeléctricas? debería retirarse de la política.

El tema del gas es una burla a nuestra región, alzan los precios sin despeinarse; en el interior se benefician del gas guajiro, pero no contamos con la posibilidad de obtener gas de Cusiana; seguimos exportando gas a Venezuela, un gobierno hostil que ataca y desplaza colombianos, como Santos le teme a Maduro; no hay unidad entre los congresistas costeños, algunos mansamente firman el aumento de tarifas y después quieren retirarlas, como si los electores fuéramos bobos. En cuanto a vías, hablan del gran desarrollo pero nos imponen una insostenible carga de peajes, 7 solo para el Cesar y La Guajira, aislando a los pueblos de la provincia. Pese a las potencialidades y grandes expectativas como región, con esta clase política de pacotilla, resulta muy difícil, casi imposible.