En un nuevo acto de intolerancia entre vecinos, uno de ellos resultó con un trauma severo en el ojo izquierdo, al ser atacado con una piedra en el interior de su propia vivienda, hasta donde ingresó de manera violenta y destruyó varios de sus enseres en un ataque de rabia en medio de la rencilla por un celular.

El lesionado fue identificado como Bartolo Venecia Cuadrado, de 49 años, nacido en Ciénaga, Magdalena, y residente en la invasión Tierra Prometida, en el sur de Valledupar, donde tuvo que intervenir la fuerza pública.

“Yo estaba durmiendo y me desperté atendiendo el llamado de uno de mis hijos que era perseguido por un vecino para pegarle y como no lo alcanzó, se metió hasta mi casa y fue dónde intervine, no sin antes decirle qué pasaba. Sin embargo, el señor me increpó y en medio de agresiones verbales tiró una piedra y me pegó en la cara. Los médicos me ordenaron un examen de rayos equis y como resultado me salió una fractura en la región orbital lado izquierdo. Estoy a la espera del especialista, para someterme a la intervención quirúrgica, porque el caso es delicado”, aseguró Venecia Cuadrado.

Explicó que no sabe cómo se llama el vecino agresor, con quien siempre han mantenido discusiones y diferencias por un teléfono celular que “en una oportunidad le presté a su mujer y me lo dio por perdido”.

Aseguró que el vecino ingresó a su casa con un machete “para darle a mi hijo y antes de retirarse comenzó a destruir el multimueble y varios electrodomésticos que tengo en la sala, también destruyó los vidrios de las ventanas y otros elementos; y no contento con eso, se trasladó hasta la vivienda de una hermana y también arremetió contra el inmueble, averiándole varios elementos”, aseguró.

El afectado indicó que una vez le den de alta en el Hospital Rosario Pumarejo de López, denunciará penalmente al vecino agresor por los delitos de lesiones personales y violación de domicilio.

Inicialmente el lesionado recibió atención médica en el Hospital Eduardo Arredondo Daza del barrio San Martín y luego fue remitido hasta el Rosario Pumarejo de López, donde recibe la atención médica del caso.

Por Abdel Martínez Pérez