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Comunidad - 19 mayo, 2017

El Paraíso lleno de aguas residuales

Por estar ubicado en una zona de alto riesgo, este barrio del oriente de Valledupar no cuenta el sistema de alcantarillado y sus habitantes instalaron uno artesanal que genera múltiples problemas.

Este es el alcantarillado artesanal con el que han sobrevivido 40 años los habitantes de El Paraíso. Foto: Leonardo Alvarado 
Este es el alcantarillado artesanal con el que han sobrevivido 40 años los habitantes de El Paraíso. Foto: Leonardo Alvarado 

El Paraíso está situado en la margen derecha del río Guatapurí, donde los habitantes llevan 40 años sin saber que es tener servicio de alcantarillado. “Hemos vivido toda la vida con un alcantarillado artesanal, el cual nos hace más mal que bien”, dijo Sadis Castillejo, presidenta de la Junta de Acción Comunal, JAC.

La líder comunitaria dijo a este medio de comunicación que la comunidad sufre debido a los malos olores de las aguas residuales que recorren por las calles empedradas.

“La razón de esta emergencia sanitaria es que este sector, conformado a partir de invasiones en la margen derecha del río y considerado como zona de alto riesgo, no cuenta con alcantarillado. En la zona solo hay una tubería instalada de manera artesanal para la evacuación de las aguas negras y desechos de las viviendas”, explicó Sadis.

La presidenta de la JAC dijo además que la acequia del sector está taponada y por ello el agua se ha desbordado hacia las calles.

Los residentes denunciaron que en época de lluvia el problema se agudiza. “Ya hemos enviado pliego de peticiones a Emdupar, a la oficina de Obras Públicas. Lo que nos preocupa es que ahora en invierno se desborde la acequia e inicie el reguero de excremento por las calles”, agregó la líder comunitaria.

El Paraíso que actualmente tiene alrededor de 500 casas, sufre por diferentes problemas de saneamiento básico y esto sumado a que los gobiernos municipales no pueden invertir en esta zona de alto riesgo, hace que la comunidad pierda la esperanza de respirar allí un aire puro.

Por Sara Maestre DiazGranados

 

Comunidad
19 mayo, 2017

El Paraíso lleno de aguas residuales

Por estar ubicado en una zona de alto riesgo, este barrio del oriente de Valledupar no cuenta el sistema de alcantarillado y sus habitantes instalaron uno artesanal que genera múltiples problemas.


Este es el alcantarillado artesanal con el que han sobrevivido 40 años los habitantes de El Paraíso. Foto: Leonardo Alvarado 
Este es el alcantarillado artesanal con el que han sobrevivido 40 años los habitantes de El Paraíso. Foto: Leonardo Alvarado 

El Paraíso está situado en la margen derecha del río Guatapurí, donde los habitantes llevan 40 años sin saber que es tener servicio de alcantarillado. “Hemos vivido toda la vida con un alcantarillado artesanal, el cual nos hace más mal que bien”, dijo Sadis Castillejo, presidenta de la Junta de Acción Comunal, JAC.

La líder comunitaria dijo a este medio de comunicación que la comunidad sufre debido a los malos olores de las aguas residuales que recorren por las calles empedradas.

“La razón de esta emergencia sanitaria es que este sector, conformado a partir de invasiones en la margen derecha del río y considerado como zona de alto riesgo, no cuenta con alcantarillado. En la zona solo hay una tubería instalada de manera artesanal para la evacuación de las aguas negras y desechos de las viviendas”, explicó Sadis.

La presidenta de la JAC dijo además que la acequia del sector está taponada y por ello el agua se ha desbordado hacia las calles.

Los residentes denunciaron que en época de lluvia el problema se agudiza. “Ya hemos enviado pliego de peticiones a Emdupar, a la oficina de Obras Públicas. Lo que nos preocupa es que ahora en invierno se desborde la acequia e inicie el reguero de excremento por las calles”, agregó la líder comunitaria.

El Paraíso que actualmente tiene alrededor de 500 casas, sufre por diferentes problemas de saneamiento básico y esto sumado a que los gobiernos municipales no pueden invertir en esta zona de alto riesgo, hace que la comunidad pierda la esperanza de respirar allí un aire puro.

Por Sara Maestre DiazGranados