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Judicial - 21 febrero, 2013

Once años sin justicia ni paz por ´falsos positivos’

Se trata de Ana Porto Egea, una mujer de 70 años, que se gana la vida como vendedora ambulante y quien durante los últimos 11 años llora cada día al recordar el extraño asesinato de su hijo Leonardo Enrique Porto Egea.

  • Mientras en los tribunales se define la suerte de cientos de militares investigados por su participación en las ejecuciones extrajudiciales, más conocidas como ‘falsos positivos’, en el barrio Villa del Rosario de Valledupar, la madre de una de las víctimas, clama justicia por la muerte de su hijo.

Se trata de Ana Porto Egea, una mujer de 70 años, que se gana la vida como vendedora ambulante y quien durante los últimos 11 años llora cada día al recordar el extraño asesinato de su hijo Leonardo Enrique Porto Egea.

“Mi hijo era mecánico de carros y el 7 de agosto de 2002, salió a desvarar un carro en La Guajira, pero no volví a saber de él hasta 17 días después, cuando me enteré de que estaba enterrado en el Cementerio Nuevo de acá de Valledupar”, recordó.

Aunque para esta mujer los hechos que rodearon el homicidio de su hijo no están claros, según el registro de defunción, la muerte de Leonardo Enrique Porto Egea, de 21 años, ocurrió el 10 de agosto, día en que tropas del Batallón La Popa de Valledupar, reportaron cuatro guerrilleros abatidos en combate, en el corregimiento de La Mesa.

Inicialmente sólo dos de los supuestos guerrilleros fueron identificados y los otros (entre los que se encontraba Leonardo) fueron inhumados en fosas comunes mientras aparecían sus familiares.

“Pero mi hijo no era ningún guerrillero, era mecánico”, afirmó Ana.  

Las tragedias parecen haberse ensañado con esta mujer, tiempo después de  la muerte de Leonardo, otro de sus hijos perdió la vista en un accidente laboral y aunque tiene 51 años ella debe cuidarlo.

“Soy una mujer soltera, con lo poco que me ganó debo sostener a mi familia y comprar un costoso tratamiento médico porqué sufrí una trombosis”, manifestó mientras cargaba en su pecho el retrato de Leonardo, el sexto de sus 10 hijos.

Es oriunda de Ciénaga, Magdalena, pero la mayor parte de su vida ha vivido en la capital del Cesar, donde con esfuerzo crío a sus  hijos y hoy ya cuenta con 20 nietos.

Aunque no tiene certeza de quien mató a su ser querido, aseguró: “Todo se lo dejo a Dios, no guardo resentimientos”.

Sin justicia ni paz

Ante la posible participación de paramilitares en la muerte de su hijo, Ana Porto Egea, se registró como víctima en la Unidad de Justicia y Paz de Valledupar, pero ningún postulado de los frentes ‘Mártires del Cesar’ y ‘Juan Andrés Álvarez’ del bloque norte de las Auc, ha manifestado tener conocimiento sobre el crimen.

El caso del comandante

En Bogotá es investigado uno de los excomandantes del Batallón La Popa de Valledupar, coronel Plubio Hernán Mejía por dos falsos positivos registrados el segundo semestre de 2002, presuntamente con la complicidad de paramilitares. En los próximos días se conocería el fallo en contra o a favor del oficial.

En Valledupar, varios juzgados han emitido condenas por homicidio en persona protegida contra los militares que estuvieron bajo el mando de Mejía. Precisamente, ayer en el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de la capital del Cesar, se adelantaba el juicio contra 24 militares por un ‘falso positivo’, en San José de Oriente, corregimiento de La Paz, Cesar.

 

Judicial
21 febrero, 2013

Once años sin justicia ni paz por ´falsos positivos’

Se trata de Ana Porto Egea, una mujer de 70 años, que se gana la vida como vendedora ambulante y quien durante los últimos 11 años llora cada día al recordar el extraño asesinato de su hijo Leonardo Enrique Porto Egea.


  • Mientras en los tribunales se define la suerte de cientos de militares investigados por su participación en las ejecuciones extrajudiciales, más conocidas como ‘falsos positivos’, en el barrio Villa del Rosario de Valledupar, la madre de una de las víctimas, clama justicia por la muerte de su hijo.

Se trata de Ana Porto Egea, una mujer de 70 años, que se gana la vida como vendedora ambulante y quien durante los últimos 11 años llora cada día al recordar el extraño asesinato de su hijo Leonardo Enrique Porto Egea.

“Mi hijo era mecánico de carros y el 7 de agosto de 2002, salió a desvarar un carro en La Guajira, pero no volví a saber de él hasta 17 días después, cuando me enteré de que estaba enterrado en el Cementerio Nuevo de acá de Valledupar”, recordó.

Aunque para esta mujer los hechos que rodearon el homicidio de su hijo no están claros, según el registro de defunción, la muerte de Leonardo Enrique Porto Egea, de 21 años, ocurrió el 10 de agosto, día en que tropas del Batallón La Popa de Valledupar, reportaron cuatro guerrilleros abatidos en combate, en el corregimiento de La Mesa.

Inicialmente sólo dos de los supuestos guerrilleros fueron identificados y los otros (entre los que se encontraba Leonardo) fueron inhumados en fosas comunes mientras aparecían sus familiares.

“Pero mi hijo no era ningún guerrillero, era mecánico”, afirmó Ana.  

Las tragedias parecen haberse ensañado con esta mujer, tiempo después de  la muerte de Leonardo, otro de sus hijos perdió la vista en un accidente laboral y aunque tiene 51 años ella debe cuidarlo.

“Soy una mujer soltera, con lo poco que me ganó debo sostener a mi familia y comprar un costoso tratamiento médico porqué sufrí una trombosis”, manifestó mientras cargaba en su pecho el retrato de Leonardo, el sexto de sus 10 hijos.

Es oriunda de Ciénaga, Magdalena, pero la mayor parte de su vida ha vivido en la capital del Cesar, donde con esfuerzo crío a sus  hijos y hoy ya cuenta con 20 nietos.

Aunque no tiene certeza de quien mató a su ser querido, aseguró: “Todo se lo dejo a Dios, no guardo resentimientos”.

Sin justicia ni paz

Ante la posible participación de paramilitares en la muerte de su hijo, Ana Porto Egea, se registró como víctima en la Unidad de Justicia y Paz de Valledupar, pero ningún postulado de los frentes ‘Mártires del Cesar’ y ‘Juan Andrés Álvarez’ del bloque norte de las Auc, ha manifestado tener conocimiento sobre el crimen.

El caso del comandante

En Bogotá es investigado uno de los excomandantes del Batallón La Popa de Valledupar, coronel Plubio Hernán Mejía por dos falsos positivos registrados el segundo semestre de 2002, presuntamente con la complicidad de paramilitares. En los próximos días se conocería el fallo en contra o a favor del oficial.

En Valledupar, varios juzgados han emitido condenas por homicidio en persona protegida contra los militares que estuvieron bajo el mando de Mejía. Precisamente, ayer en el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de la capital del Cesar, se adelantaba el juicio contra 24 militares por un ‘falso positivo’, en San José de Oriente, corregimiento de La Paz, Cesar.