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Columnista - 2 diciembre, 2016

¡Ojo con un capitanejazo!

Esta columna es un tutifruti de frutas agrias, porque los temas que en ella trato de pronto no son agradables para las autoridades respectivas, pero lo hago con el propósito de que se corrijan sus falencias. Comencemos con el limón: en estos días las redes sociales y los canales televisivos vieron como dos choferes irresponsables […]

Esta columna es un tutifruti de frutas agrias, porque los temas que en ella trato de pronto no son agradables para las autoridades respectivas, pero lo hago con el propósito de que se corrijan sus falencias.

Comencemos con el limón: en estos días las redes sociales y los canales televisivos vieron como dos choferes irresponsables y suicidas, con el beneplácito de sus inconsecuentes pasajeros tratan de atravesar las turbulentas aguas del río San Ramón en Codazzi, son dos Toyotas, una hembra y un macho como se les conoce aquí, la camioneta logra pasar y el campero con once personas adentro se lo lleva el río, pero logran salir ilesos en su inmensa mayoría.

Esos choferes, plenamente identificados, deben de meterlos presos por irresponsables y por atentar contra su vida y la de sus pasajeros, pero nada pasa y la historia se repite hasta cuando haya una tragedia. ¿Y saben qué?, esa misma irresponsabilidad y situación la están repitiendo docena de padres de familia que llevan a sus hijos al Colegio La Sierra e indígenas arhuacos que llevan a los suyos a su Centro Educativo, que atrevidamente cruzan el arroyo El Capitanejo crecido y las busetas y buses repletos de infantes hacen lo mismo.

Dios no lo quiera, qué tal una creciente súbita e inesperada cuando lo están cruzando, a mí me dio miedo y me devolví, pero los que andan en Toyotas de cualquier gama creen que a ellos no les pasa nada y no se acuerdan que una Power que era más poderosa, más grande y más fuerte que cualquier Toyota, el río Cesar la tiró patas arriba y Don Erasmo Lacouture, propietario y conductor, pereció ahogado en sus aguas. No se confíen, cuidado con un Capitanejazo, este es un aviso para que la Gobernación, la Alcaldía o el Ministerio de Transporte se apersonen de este problema y rápidamente, aprovechando las bases que están construidas con recursos particulares, procedan a instalar al menos un puente militar para que los que por allí pasan, lo hagan con seguridad, especialmente los arhuacos que viven en el pueblito, Ikarwa que es el nombre indígena de Los Besotes, una pequeña población de 400 a 500 habitantes, todos de la etnia arhuaca, donde tienen su colegio, puesto de salud y una oficina administrativa llamada Kankurua, pues ellos también sufren los rigores de las crecientes de este arroyo. Ahora que comienza el verano es la época, antes que se produzcan desgracias irreparables.

Otra fruta, Grosella: hay un cajero electrónico en la ciudad que le llaman el Horno Crematorio, donde he visto desmayarse o tirarse al piso a varios viejos que se encuentran haciendo cola bajo un sol que a cualquiera asa y no ha habido forma que sus directivos se conduelan de su clientela, haciéndole una pequeña modificación y dejándolo adentro, tal como han hecho otros Bancos, especialmente el BBVA y ahí sí con aire acondicionado, sin sol y más seguridad. Creemos que la indolencia es central, de Bogotá, pues ya son varias las veces y años que les he puesto la inquietud a sus directivos locales y siempre me dicen que eso se define en Bogotá. Si no digo el nombre del Banco, no he dicho nada y es una denuncia sin ninguna gracia: se trata de Colpatria de la Gobernación. Qué indolencia con su clientela.

Otra fruta, Mango Biche: qué vamos a hacer con los cientos de lotes enmontados, que ya parecen selvas, en donde se reproducen zancudos, sapos y serpientes, ya es hora de que sus propietarios, casi siempre muy ricos, que los tienen de engorde se comporten bien con sus vecinos y procedan a limpiarlos tanto en la parte interna como en los andenes que ya están desaparecidos por la invasión del sucio. Doctora Sandra Cujia, es hora de que se haga sentir e imparta órdenes a sus Inspectores para que actúen con mano dura.

Otra frutica, Mandarina Agria: Emdupar, ¡pero sorpresa! Se acabó el espacio, que vaina, pero nos vemos el viernes entrante, porque el tema al igual que el Rosario Pumarejo de López, es interesante.

Columnista
2 diciembre, 2016

¡Ojo con un capitanejazo!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Esta columna es un tutifruti de frutas agrias, porque los temas que en ella trato de pronto no son agradables para las autoridades respectivas, pero lo hago con el propósito de que se corrijan sus falencias. Comencemos con el limón: en estos días las redes sociales y los canales televisivos vieron como dos choferes irresponsables […]


Esta columna es un tutifruti de frutas agrias, porque los temas que en ella trato de pronto no son agradables para las autoridades respectivas, pero lo hago con el propósito de que se corrijan sus falencias.

Comencemos con el limón: en estos días las redes sociales y los canales televisivos vieron como dos choferes irresponsables y suicidas, con el beneplácito de sus inconsecuentes pasajeros tratan de atravesar las turbulentas aguas del río San Ramón en Codazzi, son dos Toyotas, una hembra y un macho como se les conoce aquí, la camioneta logra pasar y el campero con once personas adentro se lo lleva el río, pero logran salir ilesos en su inmensa mayoría.

Esos choferes, plenamente identificados, deben de meterlos presos por irresponsables y por atentar contra su vida y la de sus pasajeros, pero nada pasa y la historia se repite hasta cuando haya una tragedia. ¿Y saben qué?, esa misma irresponsabilidad y situación la están repitiendo docena de padres de familia que llevan a sus hijos al Colegio La Sierra e indígenas arhuacos que llevan a los suyos a su Centro Educativo, que atrevidamente cruzan el arroyo El Capitanejo crecido y las busetas y buses repletos de infantes hacen lo mismo.

Dios no lo quiera, qué tal una creciente súbita e inesperada cuando lo están cruzando, a mí me dio miedo y me devolví, pero los que andan en Toyotas de cualquier gama creen que a ellos no les pasa nada y no se acuerdan que una Power que era más poderosa, más grande y más fuerte que cualquier Toyota, el río Cesar la tiró patas arriba y Don Erasmo Lacouture, propietario y conductor, pereció ahogado en sus aguas. No se confíen, cuidado con un Capitanejazo, este es un aviso para que la Gobernación, la Alcaldía o el Ministerio de Transporte se apersonen de este problema y rápidamente, aprovechando las bases que están construidas con recursos particulares, procedan a instalar al menos un puente militar para que los que por allí pasan, lo hagan con seguridad, especialmente los arhuacos que viven en el pueblito, Ikarwa que es el nombre indígena de Los Besotes, una pequeña población de 400 a 500 habitantes, todos de la etnia arhuaca, donde tienen su colegio, puesto de salud y una oficina administrativa llamada Kankurua, pues ellos también sufren los rigores de las crecientes de este arroyo. Ahora que comienza el verano es la época, antes que se produzcan desgracias irreparables.

Otra fruta, Grosella: hay un cajero electrónico en la ciudad que le llaman el Horno Crematorio, donde he visto desmayarse o tirarse al piso a varios viejos que se encuentran haciendo cola bajo un sol que a cualquiera asa y no ha habido forma que sus directivos se conduelan de su clientela, haciéndole una pequeña modificación y dejándolo adentro, tal como han hecho otros Bancos, especialmente el BBVA y ahí sí con aire acondicionado, sin sol y más seguridad. Creemos que la indolencia es central, de Bogotá, pues ya son varias las veces y años que les he puesto la inquietud a sus directivos locales y siempre me dicen que eso se define en Bogotá. Si no digo el nombre del Banco, no he dicho nada y es una denuncia sin ninguna gracia: se trata de Colpatria de la Gobernación. Qué indolencia con su clientela.

Otra fruta, Mango Biche: qué vamos a hacer con los cientos de lotes enmontados, que ya parecen selvas, en donde se reproducen zancudos, sapos y serpientes, ya es hora de que sus propietarios, casi siempre muy ricos, que los tienen de engorde se comporten bien con sus vecinos y procedan a limpiarlos tanto en la parte interna como en los andenes que ya están desaparecidos por la invasión del sucio. Doctora Sandra Cujia, es hora de que se haga sentir e imparta órdenes a sus Inspectores para que actúen con mano dura.

Otra frutica, Mandarina Agria: Emdupar, ¡pero sorpresa! Se acabó el espacio, que vaina, pero nos vemos el viernes entrante, porque el tema al igual que el Rosario Pumarejo de López, es interesante.