Un proceso lento, que poco a poco ha ido poniendo las cosas en su lugar, tarea nada fácil, pero que debía comenzarse para reparar el daño causado a las víctimas del conflicto armado en Colombia. Las cifras ya superan los ocho millones de personas que sufrieron los estragos de la guerra que dejaron huellas indelebles […]
Un proceso lento, que poco a poco ha ido poniendo las cosas en su lugar, tarea nada fácil, pero que debía comenzarse para reparar el daño causado a las víctimas del conflicto armado en Colombia. Las cifras ya superan los ocho millones de personas que sufrieron los estragos de la guerra que dejaron huellas indelebles en el corazón y la memoria de los colombianos, dolor que sirvió de impulso para volver a tener lo que les quitaron: la tranquilidad.
Hoy se conmemora el Día de la Memoria y Solidaridad con las víctimas del conflicto armado, una fecha que se resalta cada 9 de abril desde que se aprobó la Ley 1448 de 2011, para recordar los hechos victimizantes y a la vez para contar cómo avanzan los procesos que buscan que las comunidades se sobrepongan a la adversidad.
Para el departamento del Cesar es una oportunidad para mostrar más que los atrasos en la aplicación de la Ley de Víctimas, los resultados hasta ahora positivos. Es cierto que la agilidad de los procesos, de la reparación, de la restitución de derechos, incluso de la no repetición, no se ha dado como muchos quisieran, pero hay avances importantes que deben resaltarse, como lo que ha pasado con el corregimiento de Guacoche, norte de Valledupar, que hoy es modelo nacional de la reparación colectiva.
Un video que promocionan en las cadenas de televisión nacionales, hecho por la Unidad de Víctimas, muestra a varios guacocheros contando cómo eran antes del conflicto y cómo son ahora. Una historia positiva que pueden contar, después de haber superado sus propios conflictos como comunidad, para ponerse de acuerdo como querían el Plan de Reparación Colectiva que beneficia a los más de 2.500 habitantes, el cual les ha permitido participar en acciones de rehabilitación sicosocial, recuperación de los vínculos sociales, fortalecimiento de sus granjas y otras actividades de producción y rescate de sus costumbres.
Así como los habitantes de Guacoche, en el Cesar también trabajan por la reparación colectiva otras comunidades: indígenas, afrodescendientes, campesinas, que perdieron mucho en la guerra por culpa de grupos guerrilleros y paramilitares. Van por buen camino y dentro de poco también tendrán cosas buenas que contar.
Hoy habrá actos especiales para conmemorar el Día de las Víctimas, y el miércoles llegará a Guacoche el presidente Juan Manuel Santos para conocer este proceso. Una oportunidad para mostrarse, pero también para hablar con el mandatario de los colombianos sobre los pendientes de las víctimas del Cesar.
Un proceso lento, que poco a poco ha ido poniendo las cosas en su lugar, tarea nada fácil, pero que debía comenzarse para reparar el daño causado a las víctimas del conflicto armado en Colombia. Las cifras ya superan los ocho millones de personas que sufrieron los estragos de la guerra que dejaron huellas indelebles […]
Un proceso lento, que poco a poco ha ido poniendo las cosas en su lugar, tarea nada fácil, pero que debía comenzarse para reparar el daño causado a las víctimas del conflicto armado en Colombia. Las cifras ya superan los ocho millones de personas que sufrieron los estragos de la guerra que dejaron huellas indelebles en el corazón y la memoria de los colombianos, dolor que sirvió de impulso para volver a tener lo que les quitaron: la tranquilidad.
Hoy se conmemora el Día de la Memoria y Solidaridad con las víctimas del conflicto armado, una fecha que se resalta cada 9 de abril desde que se aprobó la Ley 1448 de 2011, para recordar los hechos victimizantes y a la vez para contar cómo avanzan los procesos que buscan que las comunidades se sobrepongan a la adversidad.
Para el departamento del Cesar es una oportunidad para mostrar más que los atrasos en la aplicación de la Ley de Víctimas, los resultados hasta ahora positivos. Es cierto que la agilidad de los procesos, de la reparación, de la restitución de derechos, incluso de la no repetición, no se ha dado como muchos quisieran, pero hay avances importantes que deben resaltarse, como lo que ha pasado con el corregimiento de Guacoche, norte de Valledupar, que hoy es modelo nacional de la reparación colectiva.
Un video que promocionan en las cadenas de televisión nacionales, hecho por la Unidad de Víctimas, muestra a varios guacocheros contando cómo eran antes del conflicto y cómo son ahora. Una historia positiva que pueden contar, después de haber superado sus propios conflictos como comunidad, para ponerse de acuerdo como querían el Plan de Reparación Colectiva que beneficia a los más de 2.500 habitantes, el cual les ha permitido participar en acciones de rehabilitación sicosocial, recuperación de los vínculos sociales, fortalecimiento de sus granjas y otras actividades de producción y rescate de sus costumbres.
Así como los habitantes de Guacoche, en el Cesar también trabajan por la reparación colectiva otras comunidades: indígenas, afrodescendientes, campesinas, que perdieron mucho en la guerra por culpa de grupos guerrilleros y paramilitares. Van por buen camino y dentro de poco también tendrán cosas buenas que contar.
Hoy habrá actos especiales para conmemorar el Día de las Víctimas, y el miércoles llegará a Guacoche el presidente Juan Manuel Santos para conocer este proceso. Una oportunidad para mostrarse, pero también para hablar con el mandatario de los colombianos sobre los pendientes de las víctimas del Cesar.