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Editorial - 14 marzo, 2018

Obras con final feliz

El fin de la inversión pública es ejecutar los dineros en beneficios dirigidos a la población, representada en obras, infraestructura, servicios, desarrollo de proyectos productivos, incentivo en la creación y desarrollo de empresas, promoción de las actividades comerciales, generación de empleo, protección de derechos fundamentales, y mejoramiento de la calidad de vida en general. La […]

El fin de la inversión pública es ejecutar los dineros en beneficios dirigidos a la población, representada en obras, infraestructura, servicios, desarrollo de proyectos productivos, incentivo en la creación y desarrollo de empresas, promoción de las actividades comerciales, generación de empleo, protección de derechos fundamentales, y mejoramiento de la calidad de vida en general.

La comunidad recibe agradecida cada obra que tiene un final feliz, que llega a resolver un problema, como los hospitales, los colegios, los parques, los proyectos de vivienda.

Por eso alentamos a los gobernantes a velar por cada inversión que inicien, para que tenga un final feliz. El llamado que hizo la semana pasada el contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, al gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, busca precisamente exhortar al mandatario para que las obras del Hospital Regional de Aguachica José David Padilla Villafañe queden inconclusas. Este es un proyecto que en cuatro años ha recibido inversión por valor de $ 57.596 millones, incluyendo dos adiciones al contrato de obra, y aun la comunidad sigue sin ver la entrada en funcionamiento del Hospital que debió ser entregada hace 36 meses. Seguramente el mensaje fue bien recibido por el gobernante de los cesarenses y hará todo lo posible para que el contratista termine la construcción de este hospital, Aguachica lo necesita.

En ese sentido, registramos complacidos las visitas que esta semana hizo el Gobernador a otras obras que también tienen una inversión significativa del presupuesto del departamento, especialmente provenientes de las regalías, como son el edificio Bioclimático de Corpocesar y la Universidad Nacional.

En su recorrido por las dos obras constató que van por buen camino. En el caso de la Universidad Nacional tiene un avance del 90 % y la obra podrían entregarla a finales del mes de abril, pues han superado los problemas presentados en “la conocida ruta crítica como la biblioteca y los laboratorios”, la cual informaron en un boletín de prensa, se encuentran en su etapa final, así como los escenarios donde están terminando detalles y para la próxima semana tienen programada la instalación de grama y adecuación de jardines.

Por su parte, el edificio bioclimático donde funcionará Corpocesar, registra un avance de ejecución del 95 % en áreas administrativas y operativas, lo mismo que el componente bioclimatizado, obra que también debe estar lista para el mes de abril. Esta obra que inicio en el año 2009 debe tener un final feliz, porque será un modelo de arquitectura bioclimática a nivel nacional, así fue pensado hace casi diez años.

Entre todos, gobernantes y ciudadanía, velemos para que las inversiones con dineros públicos lleguen a un buen final y se pongan al servicio de la gente.

Editorial
14 marzo, 2018

Obras con final feliz

El fin de la inversión pública es ejecutar los dineros en beneficios dirigidos a la población, representada en obras, infraestructura, servicios, desarrollo de proyectos productivos, incentivo en la creación y desarrollo de empresas, promoción de las actividades comerciales, generación de empleo, protección de derechos fundamentales, y mejoramiento de la calidad de vida en general. La […]


El fin de la inversión pública es ejecutar los dineros en beneficios dirigidos a la población, representada en obras, infraestructura, servicios, desarrollo de proyectos productivos, incentivo en la creación y desarrollo de empresas, promoción de las actividades comerciales, generación de empleo, protección de derechos fundamentales, y mejoramiento de la calidad de vida en general.

La comunidad recibe agradecida cada obra que tiene un final feliz, que llega a resolver un problema, como los hospitales, los colegios, los parques, los proyectos de vivienda.

Por eso alentamos a los gobernantes a velar por cada inversión que inicien, para que tenga un final feliz. El llamado que hizo la semana pasada el contralor General de la República, Edgardo Maya Villazón, al gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, busca precisamente exhortar al mandatario para que las obras del Hospital Regional de Aguachica José David Padilla Villafañe queden inconclusas. Este es un proyecto que en cuatro años ha recibido inversión por valor de $ 57.596 millones, incluyendo dos adiciones al contrato de obra, y aun la comunidad sigue sin ver la entrada en funcionamiento del Hospital que debió ser entregada hace 36 meses. Seguramente el mensaje fue bien recibido por el gobernante de los cesarenses y hará todo lo posible para que el contratista termine la construcción de este hospital, Aguachica lo necesita.

En ese sentido, registramos complacidos las visitas que esta semana hizo el Gobernador a otras obras que también tienen una inversión significativa del presupuesto del departamento, especialmente provenientes de las regalías, como son el edificio Bioclimático de Corpocesar y la Universidad Nacional.

En su recorrido por las dos obras constató que van por buen camino. En el caso de la Universidad Nacional tiene un avance del 90 % y la obra podrían entregarla a finales del mes de abril, pues han superado los problemas presentados en “la conocida ruta crítica como la biblioteca y los laboratorios”, la cual informaron en un boletín de prensa, se encuentran en su etapa final, así como los escenarios donde están terminando detalles y para la próxima semana tienen programada la instalación de grama y adecuación de jardines.

Por su parte, el edificio bioclimático donde funcionará Corpocesar, registra un avance de ejecución del 95 % en áreas administrativas y operativas, lo mismo que el componente bioclimatizado, obra que también debe estar lista para el mes de abril. Esta obra que inicio en el año 2009 debe tener un final feliz, porque será un modelo de arquitectura bioclimática a nivel nacional, así fue pensado hace casi diez años.

Entre todos, gobernantes y ciudadanía, velemos para que las inversiones con dineros públicos lleguen a un buen final y se pongan al servicio de la gente.