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Editorial - 13 junio, 2017

Qué no muera la ciénaga de Santa Isabel

La imagen de la ciénaga del corregimiento de Santa Isabel, jurisdicción del municipio de Curumaní en el departamento del Cesar, es la fiel copia de la decadencia del medio ambiente, aquel que con tanto ahínco defendemos como bandera editorial de EL PILÓN. La visita que hicimos a este cuerpo de agua que hace algunos años […]

La imagen de la ciénaga del corregimiento de Santa Isabel, jurisdicción del municipio de Curumaní en el departamento del Cesar, es la fiel copia de la decadencia del medio ambiente, aquel que con tanto ahínco defendemos como bandera editorial de EL PILÓN.

La visita que hicimos a este cuerpo de agua que hace algunos años era de 50 hectáreas, nos permitió comprobar que la gestión ambiental en el Cesar no ha sido suficiente para defender y recuperar nuestras riquezas.

La ciénaga de Santa Isabel que hoy solo se reduce a 26 hectáreas, es un lodazal, llena de maleza que le hace daño, tanto que desplazó la tarulla para ir convirtiendo la zona en potreros. La pesca de la que vivían hace tres décadas es pasado, el presente es nefasto y el futuro podrían ser mejor sí se consiguen los 25 mil millones de pesos que se requieren para hacer los trabajos que permitirían que el río Anime deje de llevar sedimentación y que las concesiones sean tan dañinas, tal vez porque no tienen el control suficiente de las autoridades ambientales.

Da tristeza observar esta ciénaga en su ocaso y preocupa que los problemas ambientales crezcan tanto y solo actúen cuando el paciente está en estado comatoso, como es el caso. Es claro que en el caso de Santa Isabel faltó previsión para abordar el problema cuando apenas comenzaba, no era necesario esperar que la ciénaga estuviera muriendo para actuar.

Hoy se puede salvar. La comunidad de Santa Isabel puede pedir la recuperación de la ciénaga como medida de reparación colectiva, si tenemos en cuenta que sufrieron los estragos del conflicto armado. ¿Qué dice la Unidad de Víctimas del Cesar? También puede el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, que tanta atención le ha puesto a la ciénaga de Zapatosa, presentar un proyecto ante los Ocad (Órganos Colegiados de Administración y Decisión) para obtener los 25 millones del Sistema General de Regalías. ¿Si nos gastamos 50 mil millones en un estadio, como no invertir 25 mil millones en un tesoro ecológico? Mientras Corpocesar se ocupa de controlar las concesiones que le quitan el agua al río Anime.

Sí se recupera la ciénaga, los habitantes de Santa Isabel podrán pensar en el proyecto ecoturístico con el que siempre han soñado, el Cesar tiene suficientes recursos ambientales para potencializar el turismo: Ciénaga San Marcos, ciénaga de Zapatosa, para mencionar algunos. Es el momento de pensar en verde.

Editorial
13 junio, 2017

Qué no muera la ciénaga de Santa Isabel

La imagen de la ciénaga del corregimiento de Santa Isabel, jurisdicción del municipio de Curumaní en el departamento del Cesar, es la fiel copia de la decadencia del medio ambiente, aquel que con tanto ahínco defendemos como bandera editorial de EL PILÓN. La visita que hicimos a este cuerpo de agua que hace algunos años […]


La imagen de la ciénaga del corregimiento de Santa Isabel, jurisdicción del municipio de Curumaní en el departamento del Cesar, es la fiel copia de la decadencia del medio ambiente, aquel que con tanto ahínco defendemos como bandera editorial de EL PILÓN.

La visita que hicimos a este cuerpo de agua que hace algunos años era de 50 hectáreas, nos permitió comprobar que la gestión ambiental en el Cesar no ha sido suficiente para defender y recuperar nuestras riquezas.

La ciénaga de Santa Isabel que hoy solo se reduce a 26 hectáreas, es un lodazal, llena de maleza que le hace daño, tanto que desplazó la tarulla para ir convirtiendo la zona en potreros. La pesca de la que vivían hace tres décadas es pasado, el presente es nefasto y el futuro podrían ser mejor sí se consiguen los 25 mil millones de pesos que se requieren para hacer los trabajos que permitirían que el río Anime deje de llevar sedimentación y que las concesiones sean tan dañinas, tal vez porque no tienen el control suficiente de las autoridades ambientales.

Da tristeza observar esta ciénaga en su ocaso y preocupa que los problemas ambientales crezcan tanto y solo actúen cuando el paciente está en estado comatoso, como es el caso. Es claro que en el caso de Santa Isabel faltó previsión para abordar el problema cuando apenas comenzaba, no era necesario esperar que la ciénaga estuviera muriendo para actuar.

Hoy se puede salvar. La comunidad de Santa Isabel puede pedir la recuperación de la ciénaga como medida de reparación colectiva, si tenemos en cuenta que sufrieron los estragos del conflicto armado. ¿Qué dice la Unidad de Víctimas del Cesar? También puede el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, que tanta atención le ha puesto a la ciénaga de Zapatosa, presentar un proyecto ante los Ocad (Órganos Colegiados de Administración y Decisión) para obtener los 25 millones del Sistema General de Regalías. ¿Si nos gastamos 50 mil millones en un estadio, como no invertir 25 mil millones en un tesoro ecológico? Mientras Corpocesar se ocupa de controlar las concesiones que le quitan el agua al río Anime.

Sí se recupera la ciénaga, los habitantes de Santa Isabel podrán pensar en el proyecto ecoturístico con el que siempre han soñado, el Cesar tiene suficientes recursos ambientales para potencializar el turismo: Ciénaga San Marcos, ciénaga de Zapatosa, para mencionar algunos. Es el momento de pensar en verde.