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Editorial - 8 diciembre, 2016

No juegues con la pólvora, no juegues con la vida

Las estadísticas son implacables. Muestran la realidad que a veces se quiere ignorar. En el departamento del Cesar las campañas para evitar que los niños y adultos se quemen con pólvora en la época decembrina no han podido erradicar esta práctica popular. En el año 2014 el Cesar se convirtió en el primero de la […]

Las estadísticas son implacables. Muestran la realidad que a veces se quiere ignorar. En el departamento del Cesar las campañas para evitar que los niños y adultos se quemen con pólvora en la época decembrina no han podido erradicar esta práctica popular.

En el año 2014 el Cesar se convirtió en el primero de la costa Caribe colombiana con más casos de personas quemadas con pólvora durante el periodo comprendido entre el primero de diciembre de 2014 y el 13 de enero de 2015. En ese periodo se registraron un total de 14 quemados con pólvora en la temporada navideña de 2014 y celebraciones de año nuevo 2015, según reportó el Instituto Nacional de Salud. De esas 14 personas, ocho fueron menores de edad.
En el 2015 se conoció que hubo un total de 16 personas quemadas con pólvora en Aguachica, La Jagua de Ibirico, Valledupar y La Paz. Solo entre el 31 de diciembre y el 2 de enero siete personas sufrieron quemaduras por manipular pólvora.

En estos pocos días del mes de diciembre ya registramos en nuestras páginas un quemado con pólvora, se trata de un menor de edad en el municipio de Curumaní, centro del Cesar.
El gobierno departamental presentó la estrategia “Que en esta Navidad solo estalle la alegría, prende la fiesta sin pólvora”, para alertar sobre las fatales consecuencias que deja la manipulación de la pólvora, como intoxicación con fósforo blanco, pérdida de la visión, amputación de miembros y hasta la muerte.

No es un juego, ni un capricho de las autoridades insistir en la erradicación del uso de pólvora en Navidad por parte de niños y adultos que no están preparados para hacerlo. Si bien es cierto, los juegos pirotécnicos son utilizados en grandes eventos, estos se hacen bajo la supervisión de un especialista.

La historia muestra que son los niños los más afectados por esta situación que se incrementa en el mes de diciembre con ocasión de las fiestas de velitas, Navidad y fin de año. Y las cifras nacionales no dan señas de disminución de los casos de quemados. Para la temporada de vigilancia, entre el primero de diciembre de 2015 y el 16 de enero de 2016, el Instituto Nacional de Salud a través del Sistema de Vigilancia en Salud Pública reportó 917 casos de lesiones ocasionadas por la manipulación y uso inadecuado de pólvora pirotécnica; se encontró que el 42,1 % (386/917 casos) correspondió a menores de 18 años y hubo tres muertes asociadas a pólvora, dos en el municipio de Popayán (Cauca), una en San Agustín (Huila), y una por confirmar por ingesta de fósforo blanco en Soacha (Cundinamarca).

Que este año las cifras digan otra cosa, que muestren que todas las campañas adelantadas por las alcaldías y la Gobernación del Cesar no han sido en vano.

Editorial
8 diciembre, 2016

No juegues con la pólvora, no juegues con la vida

Las estadísticas son implacables. Muestran la realidad que a veces se quiere ignorar. En el departamento del Cesar las campañas para evitar que los niños y adultos se quemen con pólvora en la época decembrina no han podido erradicar esta práctica popular. En el año 2014 el Cesar se convirtió en el primero de la […]


Las estadísticas son implacables. Muestran la realidad que a veces se quiere ignorar. En el departamento del Cesar las campañas para evitar que los niños y adultos se quemen con pólvora en la época decembrina no han podido erradicar esta práctica popular.

En el año 2014 el Cesar se convirtió en el primero de la costa Caribe colombiana con más casos de personas quemadas con pólvora durante el periodo comprendido entre el primero de diciembre de 2014 y el 13 de enero de 2015. En ese periodo se registraron un total de 14 quemados con pólvora en la temporada navideña de 2014 y celebraciones de año nuevo 2015, según reportó el Instituto Nacional de Salud. De esas 14 personas, ocho fueron menores de edad.
En el 2015 se conoció que hubo un total de 16 personas quemadas con pólvora en Aguachica, La Jagua de Ibirico, Valledupar y La Paz. Solo entre el 31 de diciembre y el 2 de enero siete personas sufrieron quemaduras por manipular pólvora.

En estos pocos días del mes de diciembre ya registramos en nuestras páginas un quemado con pólvora, se trata de un menor de edad en el municipio de Curumaní, centro del Cesar.
El gobierno departamental presentó la estrategia “Que en esta Navidad solo estalle la alegría, prende la fiesta sin pólvora”, para alertar sobre las fatales consecuencias que deja la manipulación de la pólvora, como intoxicación con fósforo blanco, pérdida de la visión, amputación de miembros y hasta la muerte.

No es un juego, ni un capricho de las autoridades insistir en la erradicación del uso de pólvora en Navidad por parte de niños y adultos que no están preparados para hacerlo. Si bien es cierto, los juegos pirotécnicos son utilizados en grandes eventos, estos se hacen bajo la supervisión de un especialista.

La historia muestra que son los niños los más afectados por esta situación que se incrementa en el mes de diciembre con ocasión de las fiestas de velitas, Navidad y fin de año. Y las cifras nacionales no dan señas de disminución de los casos de quemados. Para la temporada de vigilancia, entre el primero de diciembre de 2015 y el 16 de enero de 2016, el Instituto Nacional de Salud a través del Sistema de Vigilancia en Salud Pública reportó 917 casos de lesiones ocasionadas por la manipulación y uso inadecuado de pólvora pirotécnica; se encontró que el 42,1 % (386/917 casos) correspondió a menores de 18 años y hubo tres muertes asociadas a pólvora, dos en el municipio de Popayán (Cauca), una en San Agustín (Huila), y una por confirmar por ingesta de fósforo blanco en Soacha (Cundinamarca).

Que este año las cifras digan otra cosa, que muestren que todas las campañas adelantadas por las alcaldías y la Gobernación del Cesar no han sido en vano.