Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 14 octubre, 2017

¡No era capricho ni locura!

¡Ánimo! Querido lector: Ten presente que cada día es una nueva oportunidad para sacar lo mejor de nosotros mismos e incluso para aprender de nuestras propias decepciones. No te des por vencido, sigue luchando, sé valiente y empieza de nuevo. Analiza tu vida, corrige tus errores, enmienda tus desaciertos, comenta a un sabio tus tentaciones […]

¡Ánimo! Querido lector:

Ten presente que cada día es una nueva oportunidad para sacar lo mejor de nosotros mismos e incluso para aprender de nuestras propias decepciones. No te des por vencido, sigue luchando, sé valiente y empieza de nuevo.

Analiza tu vida, corrige tus errores, enmienda tus desaciertos, comenta a un sabio tus tentaciones y con seguridad la victoria será tuya. Si caes, levántate, pero pase lo que pase no te detengas, la vida sigue y el universo avanza en su curso inexorable.

El sol sigue brillando para ti, cada mañana el rocío se derrama profusamente para que sacies tu sed, los páramos besan las nubes y en un éxtasis amoroso le roban agua para irrigar las montañas y ella desciende generosa por sus faldas dando vida a los ríos y todo lo que a su paso encuentra. Los océanos reciben sus aguas en una alianza sin par, en un matrimonio inigualable. En el ocaso de cada jornada, los rayos del sol se tornan en un plácido naranja crepuscular. Entrada la noche, ama su oscuridad, pues gracias a ella, puedes contemplar el brillo y belleza de las estrellas en el firmamento y contemplar la Luna en sus fases misteriosas.

Procura descansar pronto, trata de no trasnochar, a no ser por una estricta necesidad. Madruga e inicia a disfrutar desde muy temprano el rocío matinal que te invita al concierto de la vida. Es un nuevo día, es el único día y quizá el último día para ser feliz. Es el aquí y el ahora para ser feliz. No sufras ni te deprimas en la frustración por la heridas del pasado, no revuelvas el dolor de tus pecados y errores. Tampoco vivas en la ansiedad por la incertidumbre del futuro, no existe el mañana, no tenemos el control de lo que será. Cada día basta con su propio afán, así lo enseñó el Maestro de Maestros, Jesús de Nazaret, abandónate en la Providencia Divina, haciendo lo que a ti te corresponde: ama y déjate amar (Leer Mateo 6, 25-34).

Esta es la fiesta de la creación, es el regocijo del mundo universo hecho por Dios, que agradecido alaba a su Creador: los valles se visten de flores multicolores; el colibrí aletea emocionado chupando cada flor; buscado su néctar sublime y de flor en flor coge el aroma en el aire, como dice la canción vallenata, haciéndolas germinar para la alegría del cultivador; los peces trazan sendas por las aguas disfrutando su hábitat natural; los reptiles recorren sus caminos sin quejarse de su condición; la flora y la fauna deleitan los ojos de quien se detiene a contemplarlas; el cóndor vuela alto muy alto sin agitar sus alas, aprovechando los cálidos vientos que chocan contra ellas. Es necesario que vueles ante los problemas y obstáculos en la vida, no dejes que te tumben, hazte más fuerte y emprende tu vuelo con esos aires contrarios. Además si te lanzan piedras, con ellas construye un edificio, haz una fortaleza que te proteja y por quienes te odian o desprecian, solo ora y ámalos.

Así de bello y mucho más es el espectáculo cotidiano de la creación. Ante tanta belleza el alma se llena de paz y de fulgor. Mi ser se une a la creación y suplica a nuestro Dios que nos ayude a amar, conservar y embellecer cada día más esta su obra, fruto de su extraordinario amor.

Empieza hoy, quizá mañana sea demasiado tarde, tal vez mañana quieras disfrutar tanta hermosura y entonces habrás comprendido que tanta insistencia de mi parte, no era capricho ni locura, lo que te dijo este cura.

Dios te bendiga.
#el cura que en Cristo ríe, sufre, escribe, baila baila y goza goza.

Por Presbítero Juan Carlos Mendoza

Columnista
14 octubre, 2017

¡No era capricho ni locura!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.

¡Ánimo! Querido lector: Ten presente que cada día es una nueva oportunidad para sacar lo mejor de nosotros mismos e incluso para aprender de nuestras propias decepciones. No te des por vencido, sigue luchando, sé valiente y empieza de nuevo. Analiza tu vida, corrige tus errores, enmienda tus desaciertos, comenta a un sabio tus tentaciones […]


¡Ánimo! Querido lector:

Ten presente que cada día es una nueva oportunidad para sacar lo mejor de nosotros mismos e incluso para aprender de nuestras propias decepciones. No te des por vencido, sigue luchando, sé valiente y empieza de nuevo.

Analiza tu vida, corrige tus errores, enmienda tus desaciertos, comenta a un sabio tus tentaciones y con seguridad la victoria será tuya. Si caes, levántate, pero pase lo que pase no te detengas, la vida sigue y el universo avanza en su curso inexorable.

El sol sigue brillando para ti, cada mañana el rocío se derrama profusamente para que sacies tu sed, los páramos besan las nubes y en un éxtasis amoroso le roban agua para irrigar las montañas y ella desciende generosa por sus faldas dando vida a los ríos y todo lo que a su paso encuentra. Los océanos reciben sus aguas en una alianza sin par, en un matrimonio inigualable. En el ocaso de cada jornada, los rayos del sol se tornan en un plácido naranja crepuscular. Entrada la noche, ama su oscuridad, pues gracias a ella, puedes contemplar el brillo y belleza de las estrellas en el firmamento y contemplar la Luna en sus fases misteriosas.

Procura descansar pronto, trata de no trasnochar, a no ser por una estricta necesidad. Madruga e inicia a disfrutar desde muy temprano el rocío matinal que te invita al concierto de la vida. Es un nuevo día, es el único día y quizá el último día para ser feliz. Es el aquí y el ahora para ser feliz. No sufras ni te deprimas en la frustración por la heridas del pasado, no revuelvas el dolor de tus pecados y errores. Tampoco vivas en la ansiedad por la incertidumbre del futuro, no existe el mañana, no tenemos el control de lo que será. Cada día basta con su propio afán, así lo enseñó el Maestro de Maestros, Jesús de Nazaret, abandónate en la Providencia Divina, haciendo lo que a ti te corresponde: ama y déjate amar (Leer Mateo 6, 25-34).

Esta es la fiesta de la creación, es el regocijo del mundo universo hecho por Dios, que agradecido alaba a su Creador: los valles se visten de flores multicolores; el colibrí aletea emocionado chupando cada flor; buscado su néctar sublime y de flor en flor coge el aroma en el aire, como dice la canción vallenata, haciéndolas germinar para la alegría del cultivador; los peces trazan sendas por las aguas disfrutando su hábitat natural; los reptiles recorren sus caminos sin quejarse de su condición; la flora y la fauna deleitan los ojos de quien se detiene a contemplarlas; el cóndor vuela alto muy alto sin agitar sus alas, aprovechando los cálidos vientos que chocan contra ellas. Es necesario que vueles ante los problemas y obstáculos en la vida, no dejes que te tumben, hazte más fuerte y emprende tu vuelo con esos aires contrarios. Además si te lanzan piedras, con ellas construye un edificio, haz una fortaleza que te proteja y por quienes te odian o desprecian, solo ora y ámalos.

Así de bello y mucho más es el espectáculo cotidiano de la creación. Ante tanta belleza el alma se llena de paz y de fulgor. Mi ser se une a la creación y suplica a nuestro Dios que nos ayude a amar, conservar y embellecer cada día más esta su obra, fruto de su extraordinario amor.

Empieza hoy, quizá mañana sea demasiado tarde, tal vez mañana quieras disfrutar tanta hermosura y entonces habrás comprendido que tanta insistencia de mi parte, no era capricho ni locura, lo que te dijo este cura.

Dios te bendiga.
#el cura que en Cristo ríe, sufre, escribe, baila baila y goza goza.

Por Presbítero Juan Carlos Mendoza