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Editorial - 10 febrero, 2016

Ni tanto que queme al santo…

El anuncio del comandante de la Policía en el Cesar, coronel Diego Rosero Giraldo, sobre el cambio que hará de los agentes de la institución que regulan el tránsito en Valledupar ha generado alegría y preocupación a la vez. Alegría en los ciudadanos que respetan las normas de tránsito y cumplen con su deber porque […]

El anuncio del comandante de la Policía en el Cesar, coronel Diego Rosero Giraldo, sobre el cambio que hará de los agentes de la institución que regulan el tránsito en Valledupar ha generado alegría y preocupación a la vez.

Alegría en los ciudadanos que respetan las normas de tránsito y cumplen con su deber porque al parecer llegarán policías serios que harán respetar la ley, y tristeza porque muchos dicen que ya no podrán ‘pagar por debajo de cuerda’ la mordida a los uniformados para que no les hagan comparendos o les inmovilicen los vehículos.

Pero en realidad esto lo que produce es preocupación. Por un lado por la evidente corrupción que existe en la institución y sus miembros que no la honran, pidiendo treinta, cuarenta, cincuenta mil pesos para no hacer comparendos. EL PILÓN ha recibido denuncias que dan cuenta que luego de los retenes que instalan en cualquier sector de la ciudad, los mismos policías que inmovilizaron la motocicleta o el carro, llaman y citan al afectado a determinado sitio para arreglar ‘el chico’, como popularmente le dicen.

En Valledupar es innumerable el número de vehículos que circulan sin seguro contra accidentes y con conductores sin licencia de conducción, porque el ciudadano se acostumbró a pagar para que no lo sancionen, a alimentar el monstruo de la corrupción. Y esa es la otra preocupación. ¿Qué clase de ciudadanos somos? ¿Los que preferimos sobornar a un agente de policía antes que pagar por una licencia de conducción o un seguro?

La medida anunciada por el coronel Rosero es buena porque quiere decir que están aceptando los grandes focos de corrupción que tienen en la institución, pero a la vez deja un mal sabor porque hemos estado en una ciudad a la deriva, donde ni siquiera los uniformados que deben garantizar el orden en las calles, cumplen con su tarea.

Ahora con los 27 nuevos agentes y diez mujeres adicionales que controlarán el tránsito en Valledupar, se quiere cambiar un poco la situación, incluso con el comandante de la Policía ha invitado a la ciudadanía a denunciar los casos que se presenten y a acelerar las investigaciones por soborno que ya están en curso.

¿Si los agentes que llegarán en dos semanas no dan la talla, volverán a cambiarlos? Es como la historia del hombre cuya esposa le era infiel y vendió el sofá para evitarlo.

Editorial
10 febrero, 2016

Ni tanto que queme al santo…

El anuncio del comandante de la Policía en el Cesar, coronel Diego Rosero Giraldo, sobre el cambio que hará de los agentes de la institución que regulan el tránsito en Valledupar ha generado alegría y preocupación a la vez. Alegría en los ciudadanos que respetan las normas de tránsito y cumplen con su deber porque […]


El anuncio del comandante de la Policía en el Cesar, coronel Diego Rosero Giraldo, sobre el cambio que hará de los agentes de la institución que regulan el tránsito en Valledupar ha generado alegría y preocupación a la vez.

Alegría en los ciudadanos que respetan las normas de tránsito y cumplen con su deber porque al parecer llegarán policías serios que harán respetar la ley, y tristeza porque muchos dicen que ya no podrán ‘pagar por debajo de cuerda’ la mordida a los uniformados para que no les hagan comparendos o les inmovilicen los vehículos.

Pero en realidad esto lo que produce es preocupación. Por un lado por la evidente corrupción que existe en la institución y sus miembros que no la honran, pidiendo treinta, cuarenta, cincuenta mil pesos para no hacer comparendos. EL PILÓN ha recibido denuncias que dan cuenta que luego de los retenes que instalan en cualquier sector de la ciudad, los mismos policías que inmovilizaron la motocicleta o el carro, llaman y citan al afectado a determinado sitio para arreglar ‘el chico’, como popularmente le dicen.

En Valledupar es innumerable el número de vehículos que circulan sin seguro contra accidentes y con conductores sin licencia de conducción, porque el ciudadano se acostumbró a pagar para que no lo sancionen, a alimentar el monstruo de la corrupción. Y esa es la otra preocupación. ¿Qué clase de ciudadanos somos? ¿Los que preferimos sobornar a un agente de policía antes que pagar por una licencia de conducción o un seguro?

La medida anunciada por el coronel Rosero es buena porque quiere decir que están aceptando los grandes focos de corrupción que tienen en la institución, pero a la vez deja un mal sabor porque hemos estado en una ciudad a la deriva, donde ni siquiera los uniformados que deben garantizar el orden en las calles, cumplen con su tarea.

Ahora con los 27 nuevos agentes y diez mujeres adicionales que controlarán el tránsito en Valledupar, se quiere cambiar un poco la situación, incluso con el comandante de la Policía ha invitado a la ciudadanía a denunciar los casos que se presenten y a acelerar las investigaciones por soborno que ya están en curso.

¿Si los agentes que llegarán en dos semanas no dan la talla, volverán a cambiarlos? Es como la historia del hombre cuya esposa le era infiel y vendió el sofá para evitarlo.