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Columnista - 18 enero, 2018

Moldes opuestos

Desde lo mas simple, como un plato de comida tradicional, bailes, vestimentas, comportamientos determinados por patrones de tradición generacionales; todas estas singularidades propias del desarrollo humano han definido nuestra cultura, tanto es que existen algunos elementos, los cuales han sido definidos y conceptualizados para lograr una descripción exacta de lo que somos en algunas zonas […]

Desde lo mas simple, como un plato de comida tradicional, bailes, vestimentas, comportamientos determinados por patrones de tradición generacionales; todas estas singularidades propias del desarrollo humano han definido nuestra cultura, tanto es que existen algunos elementos, los cuales han sido definidos y conceptualizados para lograr una descripción exacta de lo que somos en algunas zonas o territorios georefenciados.

Si la sociedad de los hombres y mujeres fuese un cumulo de actos determinados y descritos por investigadores o sociólogos, nuestros días fuesen tan predecibles que la muerte, la vejez o la enfermedad no produjera en nosotros al menos una insinuación de temor. Esa constante de evolución y luchas que se han librado en los diferentes capítulos de la historia política, social, económica, religiosa, cultural, han sido los ingredientes que han logrado todas esas expresiones de Libertad, una palabra que durante el siglo pasado y me atrevo a decir que durante este tampoco, ha tenido el privilegio de desarrollarse en sociedades que oprimen y restringen a sus ciudadanos.

Tomando como ejemplo para ilustrar algunas de las situaciones hostiles en la historia antigua y contemporánea, la situación para las personas que han luchado por creencias religiosas y que han tenido que pagar con sus vidas las hazañas de defender esos postulados generacionales.

La celebración en estos días de fiestas de carnaval puede que para muchas personas es solo disfrutar, de pronto otras prefieren alejarse respetando o no la Libertad, que los demás tienen de celebrar una fiesta que nació en Grecia y que adoraba dioses falsos como lo ha sostenido la iglesia de generación en generación. La religión constituye para la humanidad una fuente de existencia y determinación, la más importante para mi, aunque para otras personas medios de dominación.

La globalización de nuestros días apareció con la Internet, para nuestros colonizadores los océanos, ya que los puertos del Mediterráneo, Atlántico, el Pacifico son la fuente y motor de la economía mundial, sin lugar a dudas nuestra cultura proviene de lejanías continentales que se unen entre los estrechos lazos de puertos abiertos sin fronteras. Fronteras que han dividido a pueblos vecinos por la constante contienda y concentración de poder.

El ejercicio de la actividad política como desarrollo de la sociedad, es necesaria para defender a las personas de los abusos y excesos de ese poder que emana del pueblo, como reza en los estamentos constitucionales de nuestro país, pero que en estos días, pareciera mas bien gozar de incredulidad , desconfianza desde las personas hacia algunos o mayoría de candidatos; en las contiendas electorales latinoamericanas pareciera que se repitiera el circulo vicioso a la hora de ejercer el derecho al sufragio, me refiero al porcentaje tan elevado de investigaciones y sentenciados por procesos de responsabilidad penal o disciplinaria por parte de nuestra clase política, al momento de ejercer el poder representativo.

Lo cierto es que pareciéramos que con nuestras voluntades pretendiéramos cambiar al mundo que ya ha sido amoldado y amasado por antepasados llenos de parámetros, paradigmas, estereotipos comportamentales, los cuales obstruyen una idea de desarrollo humano en busca del equilibrio, la convivencia, reconciliación y sobre todo el derecho que nos asiste a todos de respetar los derechos de quien tenemos en frente o al lado. Tener claro que tan complejo han sido las luchas por defender lo que creemos nos corresponde, resulta a veces necesario para darnos cuenta que todo en nuestras vidas tienen una razón de ser y que nada fue otorgado por merecerlo.

Columnista
18 enero, 2018

Moldes opuestos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Luis Blanco Calderón

Desde lo mas simple, como un plato de comida tradicional, bailes, vestimentas, comportamientos determinados por patrones de tradición generacionales; todas estas singularidades propias del desarrollo humano han definido nuestra cultura, tanto es que existen algunos elementos, los cuales han sido definidos y conceptualizados para lograr una descripción exacta de lo que somos en algunas zonas […]


Desde lo mas simple, como un plato de comida tradicional, bailes, vestimentas, comportamientos determinados por patrones de tradición generacionales; todas estas singularidades propias del desarrollo humano han definido nuestra cultura, tanto es que existen algunos elementos, los cuales han sido definidos y conceptualizados para lograr una descripción exacta de lo que somos en algunas zonas o territorios georefenciados.

Si la sociedad de los hombres y mujeres fuese un cumulo de actos determinados y descritos por investigadores o sociólogos, nuestros días fuesen tan predecibles que la muerte, la vejez o la enfermedad no produjera en nosotros al menos una insinuación de temor. Esa constante de evolución y luchas que se han librado en los diferentes capítulos de la historia política, social, económica, religiosa, cultural, han sido los ingredientes que han logrado todas esas expresiones de Libertad, una palabra que durante el siglo pasado y me atrevo a decir que durante este tampoco, ha tenido el privilegio de desarrollarse en sociedades que oprimen y restringen a sus ciudadanos.

Tomando como ejemplo para ilustrar algunas de las situaciones hostiles en la historia antigua y contemporánea, la situación para las personas que han luchado por creencias religiosas y que han tenido que pagar con sus vidas las hazañas de defender esos postulados generacionales.

La celebración en estos días de fiestas de carnaval puede que para muchas personas es solo disfrutar, de pronto otras prefieren alejarse respetando o no la Libertad, que los demás tienen de celebrar una fiesta que nació en Grecia y que adoraba dioses falsos como lo ha sostenido la iglesia de generación en generación. La religión constituye para la humanidad una fuente de existencia y determinación, la más importante para mi, aunque para otras personas medios de dominación.

La globalización de nuestros días apareció con la Internet, para nuestros colonizadores los océanos, ya que los puertos del Mediterráneo, Atlántico, el Pacifico son la fuente y motor de la economía mundial, sin lugar a dudas nuestra cultura proviene de lejanías continentales que se unen entre los estrechos lazos de puertos abiertos sin fronteras. Fronteras que han dividido a pueblos vecinos por la constante contienda y concentración de poder.

El ejercicio de la actividad política como desarrollo de la sociedad, es necesaria para defender a las personas de los abusos y excesos de ese poder que emana del pueblo, como reza en los estamentos constitucionales de nuestro país, pero que en estos días, pareciera mas bien gozar de incredulidad , desconfianza desde las personas hacia algunos o mayoría de candidatos; en las contiendas electorales latinoamericanas pareciera que se repitiera el circulo vicioso a la hora de ejercer el derecho al sufragio, me refiero al porcentaje tan elevado de investigaciones y sentenciados por procesos de responsabilidad penal o disciplinaria por parte de nuestra clase política, al momento de ejercer el poder representativo.

Lo cierto es que pareciéramos que con nuestras voluntades pretendiéramos cambiar al mundo que ya ha sido amoldado y amasado por antepasados llenos de parámetros, paradigmas, estereotipos comportamentales, los cuales obstruyen una idea de desarrollo humano en busca del equilibrio, la convivencia, reconciliación y sobre todo el derecho que nos asiste a todos de respetar los derechos de quien tenemos en frente o al lado. Tener claro que tan complejo han sido las luchas por defender lo que creemos nos corresponde, resulta a veces necesario para darnos cuenta que todo en nuestras vidas tienen una razón de ser y que nada fue otorgado por merecerlo.