Evaluar es bueno si es para alcanzar mejores resultados, sobretodo en educación, ya que lo que no se evalúa no se mejora. En Colombia ya todo el sistema educativo tiene mediciones para conocer, diagnosticar y planear acciones que permitan acercarse a estándares mundiales que exigen cada vez más rigor para entrar en el club de los países desarrollados.

Existen muchas pruebas de evaluación del sistema educativo colombiano, que se realizan a través del Icfes, como son las Pruebas Saber Pro, correspondientes a la educación superior, y Saber 11. Estas pruebas tienen un rigor en su aplicación y cadena de custodia que solo se manejan por compañías de seguridad. El aplicador o jefe de salón solo las recibe unos diez minutos antes de entregárselas al evaluado, en este caso los estudiantes, quienes previamente ya han sido notificados del sitio y hora donde realizará su prueba y no sabe ni quién lo controlará en ese proceso.

En esta aplicación se traen hasta dactilocopistas para evitar la suplantación. Finalizada la prueba, inmediatamente los cuestionarios y las hojas respuestas son recogidas con extrema seguridad y entregadas a la respectiva compañía de custodia. Eso es garantía de la seriedad. Los resultados de esas pruebas, son muy poco cuestionados y la mayoría de las universidades los admiten sin discusión alguna.

Caso contrario ocurre con las Pruebas Saber que se aplican a los grados tercero, quinto y noveno, llamadas Pruebas Saber 359. La rigurosidad de la aplicación como la primera no existe. Estas pruebas son recibidas por los establecimientos educativos días antes y están a merced de cada establecimiento educativo sin control y seriedad. Después de aplicada la prueba y sin cadena de custodia, los establecimientos educativos tienen hasta una semana para hacer llegar a la Secretaría de Educación las hojas de respuestas, siendo peor el caso de las zonas rurales.

Hay muchos establecimientos educativos que sostienen su seriedad y valores, y reciben esta evaluación como beneficio de inventario para mejorar, más que figurar en los medios de comunicación como los mejores. Pero es tanta la discrepancia en los resultados, que hay colegios que tanto en tercero como en quinto grado de primaria todos o en su mayoría sus estudiantes obtienen 500 puntos de 500. Esos genios hoy deben estar cursando cuarto y sexto grado y deben estar reventando lectura y matemáticas a la lata. Ojalá sea real esta situación por el bien de la educación.

Pero peor es lo que presenta el Ministerio de Educación Nacional-MEN- en su promovido Índice Sintético de Calidad Educativa-ISCE. Se contradice con el mismo Icfes siendo de su misma matriz. En cuanto a los promedios de las Pruebas Saber 359, según el Icfes en la prueba de matemáticas del grado tercero el promedio de Colombia es 307 puntos, en el ISCE del MEN establece que el promedio es 332 puntos, siendo 25 puntos de diferencia. En lenguaje el Icfes establece como promedio de Colombia 305 puntos, el ISCE del MEN presenta 325 puntos, siendo 20 puntos de diferencia y de igual manera están los puntajes para el quinto grado. El Icfes para matemáticas de quinto grado establece un promedio para Colombia de 302 puntos, el ISCE muestra 318 puntos. En lenguaje el Icfes destaca el promedio para Colombia en 298 puntos, el ISCE del MEN establece 312 puntos. ¿Cómo se puede llamar esto?

P.D. Mejorar la calidad educativa modificando los resultados de las pruebas, es como promover estudiantes sin haber asistido a la escuela.