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Columnista - 18 mayo, 2017

Entre madres, violencia y abusos

En este mes conmemoramos una fecha especial, donde rendimos un merecido homenaje al ser escogido por Dios para que en su vientre engendrara su obra maestra, su escultura más maravillosa, un ser que solo proyecta y brinda bondad, comprensión, apoyo y amor, ese ser que se convirtió en el tesoro más preciado de nuestras vidas […]

En este mes conmemoramos una fecha especial, donde rendimos un merecido homenaje al ser escogido por Dios para que en su vientre engendrara su obra maestra, su escultura más maravillosa, un ser que solo proyecta y brinda bondad, comprensión, apoyo y amor, ese ser que se convirtió en el tesoro más preciado de nuestras vidas es nuestra madre.

La madre siempre tiene el tiempo, las atenciones y las palabras necesarias para nuestros momentos de dificultad o alegría, de su corazón siempre germina amor y cariño, su sacrificio y abnegación por sus hijos es invaluable por eso afirmamos que es la representación de Dios mismo en nuestras vidas.

Por ello en esta fecha la llenamos de atenciones, regalos y manifestaciones de aprecio y amor, se convierte en el centro de nuestro universo, pero paradójicamente pasada la fecha en muchas ocasiones toda esas manifestaciones se extinguen y guardamos todos esos sentimientos en los anaqueles de nuestros recuerdos, pero ella sin reproche sigue brindándonos todo su inmenso amor.

Trascurrido el tiempo volvemos a nuestra cruel realidad, nos encontramos con las dolorosas noticias del maltrato y/o asesinato de una mujer, sí, de ese ser maravilloso y especial que Dios encomendó para dar vida, iluminar nuestra existencia y brindarnos su amor, muchos pagan con golpes, abusos y agravios olvidándose que puede ser su madre.

Así mismo conocemos de la barbarie y sevicia con que un depravado abusó de un menor, dañándole su vida, arrancándole su inocencia y hasta cegándole su vida, nos llénanos de indignación, frustración e impotencia, no podemos entender como un ser humano puede cometer tantos vejámenes contra los niños, a los que Dios gracia debemos felicidad, ternura y se convierten en el pilar fundamental para que la mujer de un paso inmenso a la inmortalidad, se convierta en madre y nosotros homenajeamos y llenamos de congratulaciones por su día.

Nos despertamos con grandes escándalos de corrupción, el desangre del erario público y el apoderamiento de grandes recursos, los responsables sin el más mínimo reproche justifican su proceder, sin importar el dolor y tristeza de ese ser que le dio la vida, lucho y se sacrificó para educarlo, brindarle lo mejor e inculcarle principios y valores que fueran la base fundamental de su actuar.

Con fines politiqueros y mezquinos pretendemos sumir al país en una guerra sin sentido, le negamos la oportunidad a la paz, entregando la vida de gente inocente, sin importar la estela de llanto y dolor que dejamos a sus madres en su corazón, las cuales ven como el regalo más preciado brindado por Dios es arrebato de la manera más miserable por la violencia.

Debemos cambiar nuestro futuro, debemos no solo realizar demostraciones de amor para con nuestras madres, debemos actuar y proceder acorde con nuestros sentimientos, para así demostrar de verdad que las amamos, que son nuestro mayor tesoro, llenar de felicidad, ternura y amor su existencia y no contribuir para que por el contrario se convierta en tortura, angustia o tormento.

Feliz día de las Madres, Dios las bendiga todos los días de sus vidas, en especial a la mejor de todas, mi Madre.

Por Diógenes Pino Sanjur

 

Columnista
18 mayo, 2017

Entre madres, violencia y abusos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Diógenes Pino Sanjur

En este mes conmemoramos una fecha especial, donde rendimos un merecido homenaje al ser escogido por Dios para que en su vientre engendrara su obra maestra, su escultura más maravillosa, un ser que solo proyecta y brinda bondad, comprensión, apoyo y amor, ese ser que se convirtió en el tesoro más preciado de nuestras vidas […]


En este mes conmemoramos una fecha especial, donde rendimos un merecido homenaje al ser escogido por Dios para que en su vientre engendrara su obra maestra, su escultura más maravillosa, un ser que solo proyecta y brinda bondad, comprensión, apoyo y amor, ese ser que se convirtió en el tesoro más preciado de nuestras vidas es nuestra madre.

La madre siempre tiene el tiempo, las atenciones y las palabras necesarias para nuestros momentos de dificultad o alegría, de su corazón siempre germina amor y cariño, su sacrificio y abnegación por sus hijos es invaluable por eso afirmamos que es la representación de Dios mismo en nuestras vidas.

Por ello en esta fecha la llenamos de atenciones, regalos y manifestaciones de aprecio y amor, se convierte en el centro de nuestro universo, pero paradójicamente pasada la fecha en muchas ocasiones toda esas manifestaciones se extinguen y guardamos todos esos sentimientos en los anaqueles de nuestros recuerdos, pero ella sin reproche sigue brindándonos todo su inmenso amor.

Trascurrido el tiempo volvemos a nuestra cruel realidad, nos encontramos con las dolorosas noticias del maltrato y/o asesinato de una mujer, sí, de ese ser maravilloso y especial que Dios encomendó para dar vida, iluminar nuestra existencia y brindarnos su amor, muchos pagan con golpes, abusos y agravios olvidándose que puede ser su madre.

Así mismo conocemos de la barbarie y sevicia con que un depravado abusó de un menor, dañándole su vida, arrancándole su inocencia y hasta cegándole su vida, nos llénanos de indignación, frustración e impotencia, no podemos entender como un ser humano puede cometer tantos vejámenes contra los niños, a los que Dios gracia debemos felicidad, ternura y se convierten en el pilar fundamental para que la mujer de un paso inmenso a la inmortalidad, se convierta en madre y nosotros homenajeamos y llenamos de congratulaciones por su día.

Nos despertamos con grandes escándalos de corrupción, el desangre del erario público y el apoderamiento de grandes recursos, los responsables sin el más mínimo reproche justifican su proceder, sin importar el dolor y tristeza de ese ser que le dio la vida, lucho y se sacrificó para educarlo, brindarle lo mejor e inculcarle principios y valores que fueran la base fundamental de su actuar.

Con fines politiqueros y mezquinos pretendemos sumir al país en una guerra sin sentido, le negamos la oportunidad a la paz, entregando la vida de gente inocente, sin importar la estela de llanto y dolor que dejamos a sus madres en su corazón, las cuales ven como el regalo más preciado brindado por Dios es arrebato de la manera más miserable por la violencia.

Debemos cambiar nuestro futuro, debemos no solo realizar demostraciones de amor para con nuestras madres, debemos actuar y proceder acorde con nuestros sentimientos, para así demostrar de verdad que las amamos, que son nuestro mayor tesoro, llenar de felicidad, ternura y amor su existencia y no contribuir para que por el contrario se convierta en tortura, angustia o tormento.

Feliz día de las Madres, Dios las bendiga todos los días de sus vidas, en especial a la mejor de todas, mi Madre.

Por Diógenes Pino Sanjur