Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 28 octubre, 2017

Lucha anti contrabando

“¿Y ahora pa´ donde irá y ahora pa´ donde irá… a ganarse la vida Tite Socarras?”: R. Escalona M. La historia económica de Colombia, principalmente la de las regiones fronterizas, nos muestra la enorme importancia que ha tenido el contrabando en la vida social del país; en muchas zonas, como es el caso de La […]

“¿Y ahora pa´ donde irá y ahora pa´ donde irá… a ganarse la vida Tite Socarras?”: R. Escalona M.
La historia económica de Colombia, principalmente la de las regiones fronterizas, nos muestra la enorme importancia que ha tenido el contrabando en la vida social del país; en muchas zonas, como es el caso de La Guajira, el Cesar, la Costa Atlántica, en general, pero también en los santanderes, entre otras, fue una práctica permanente y sistemática el comercio ilegal, principalmente hacia o desde Venezuela y el Caribe.

A tal punto llegó el asunto que el Maestro Rafael Escalona, ese inolvidable cronista y poeta, lo supo dibujar en muchos versos de sus canciones, pero el más conocido es el que cito, dedicado a su amigo ‘Tite’ Socarrás. Pues bien, muchos pensábamos, que luego de la apertura económica, el fenómeno del contrabando se iba a acabar o a reducir. Iluso que es uno…

Hoy el contrabando sigue siendo un problema muy grande y serio para muchos sectores de la economía: el agropecuario, y en la industria los textiles y las confecciones, entre otros. Para muchos fabricantes, la ropa que llega desde la China lo hace a unos precios irrisorios a los cuales, sencillamente, no pueden competir. El problema ahora es mucho más serio y grave que en la época del Maestro Escalona. Ahora ese comercio ilegal se financia con dineros del narcotráfico y está vinculado al lavado de activos y a otros negocios ilícitos y violentos.

La semana anterior, la Dian y la Policía Fiscal y Aduanera la dieron, en Bogotá, un duro golpe a un grupo de contrabandistas de textiles, algunos de ellos ciudadanos chinos. La mercancía incautada suma más de $ 260 mil millones y llegó a más de 20 establecimientos de comercio. Ese hecho va en el camino correcto. El país tiene que seguir en una política sistemática de lucha anti-contrabando, ya que esta es una práctica que atenta contra el empleo de nuestros compatriotas, amenaza la producción nacional, genera competencia desleal y le quita ingresos al Estado, que tanto los necesita en la actual coyuntura.

Ahora, cuando se debate sobre la posibilidad de reducir los impuestos, con motivo de la campaña presidencial que se avecina, sería muy bueno que el debate se extendiera a toda la política fiscal, en general; es decir, no solo a los impuestos sino también al gasto público y a la deuda. El país tiene que mejorar la calidad del gasto, focalizarlo y atajar, insisto, venas rotas como la evasión de impuestos, el mismo contrabando y la corrupción. Ese sería el verdadero debate y a partir de las conclusiones del mismo aplicar una mano fuerte contra esos tres flagelos: elusión y evasión de impuestos, contrabando y la corrupción. La misma le representaría unos buenos ahorros al Estado y le daría señales claras al sector privado de que vale la pena invertir, trabajar y producir en el país, pagar los impuestos y –eso sí- evitar que se lo lleven los amigos de lo ajeno.

Por Carlos Maestre Maya.

 

Columnista
28 octubre, 2017

Lucha anti contrabando

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.

“¿Y ahora pa´ donde irá y ahora pa´ donde irá… a ganarse la vida Tite Socarras?”: R. Escalona M. La historia económica de Colombia, principalmente la de las regiones fronterizas, nos muestra la enorme importancia que ha tenido el contrabando en la vida social del país; en muchas zonas, como es el caso de La […]


“¿Y ahora pa´ donde irá y ahora pa´ donde irá… a ganarse la vida Tite Socarras?”: R. Escalona M.
La historia económica de Colombia, principalmente la de las regiones fronterizas, nos muestra la enorme importancia que ha tenido el contrabando en la vida social del país; en muchas zonas, como es el caso de La Guajira, el Cesar, la Costa Atlántica, en general, pero también en los santanderes, entre otras, fue una práctica permanente y sistemática el comercio ilegal, principalmente hacia o desde Venezuela y el Caribe.

A tal punto llegó el asunto que el Maestro Rafael Escalona, ese inolvidable cronista y poeta, lo supo dibujar en muchos versos de sus canciones, pero el más conocido es el que cito, dedicado a su amigo ‘Tite’ Socarrás. Pues bien, muchos pensábamos, que luego de la apertura económica, el fenómeno del contrabando se iba a acabar o a reducir. Iluso que es uno…

Hoy el contrabando sigue siendo un problema muy grande y serio para muchos sectores de la economía: el agropecuario, y en la industria los textiles y las confecciones, entre otros. Para muchos fabricantes, la ropa que llega desde la China lo hace a unos precios irrisorios a los cuales, sencillamente, no pueden competir. El problema ahora es mucho más serio y grave que en la época del Maestro Escalona. Ahora ese comercio ilegal se financia con dineros del narcotráfico y está vinculado al lavado de activos y a otros negocios ilícitos y violentos.

La semana anterior, la Dian y la Policía Fiscal y Aduanera la dieron, en Bogotá, un duro golpe a un grupo de contrabandistas de textiles, algunos de ellos ciudadanos chinos. La mercancía incautada suma más de $ 260 mil millones y llegó a más de 20 establecimientos de comercio. Ese hecho va en el camino correcto. El país tiene que seguir en una política sistemática de lucha anti-contrabando, ya que esta es una práctica que atenta contra el empleo de nuestros compatriotas, amenaza la producción nacional, genera competencia desleal y le quita ingresos al Estado, que tanto los necesita en la actual coyuntura.

Ahora, cuando se debate sobre la posibilidad de reducir los impuestos, con motivo de la campaña presidencial que se avecina, sería muy bueno que el debate se extendiera a toda la política fiscal, en general; es decir, no solo a los impuestos sino también al gasto público y a la deuda. El país tiene que mejorar la calidad del gasto, focalizarlo y atajar, insisto, venas rotas como la evasión de impuestos, el mismo contrabando y la corrupción. Ese sería el verdadero debate y a partir de las conclusiones del mismo aplicar una mano fuerte contra esos tres flagelos: elusión y evasión de impuestos, contrabando y la corrupción. La misma le representaría unos buenos ahorros al Estado y le daría señales claras al sector privado de que vale la pena invertir, trabajar y producir en el país, pagar los impuestos y –eso sí- evitar que se lo lleven los amigos de lo ajeno.

Por Carlos Maestre Maya.