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Columnista - 3 febrero, 2017

Los músicos más costosos

En alguna oportunidad escribí un artículo sobre lo difícil y costoso que resulta para un compositor participar en el Festival de la Leyenda Vallenata, especialmente si no reside en Valledupar, porque hacer la maqueta de la canción, ensayarla suficientemente y luego costear a cada uno de los músicos que la interpretan durante el marco del […]

En alguna oportunidad escribí un artículo sobre lo difícil y costoso que resulta para un compositor participar en el Festival de la Leyenda Vallenata, especialmente si no reside en Valledupar, porque hacer la maqueta de la canción, ensayarla suficientemente y luego costear a cada uno de los músicos que la interpretan durante el marco del evento, constituye un presupuesto significativo.
Eso ha hecho que solo puedan concursar en el Festival Vallenato aquellos compositores e intérpretes que tengan los recursos o consigan patrocinadores para hacerlo, es decir, el festival en cierta medida se ha vuelto elitista.

Pero la cosa ha ido pasando de castaño oscuro, porque tengo información fidedigna de que en vísperas de la edición 50, Rey de Reyes, que se realizará próximamente, el costo de los músicos acompañantes, es decir cajero, guacharaquero, vocalista, corista, guitarrista, se ha incrementado estrepitosamente, al punto de que un Rey Vallenato que quiera hacerse acompañar de un cajero o guacharaquero de esos que llaman “cotizados” debe tener un presupuesto superior a veinte millones de pesos, solo para tener una nómina con músicos de cierto prestigio; es fácil entender que eso constituye un gran obstáculo, insuperable en muchos casos, para la participación de muchos acordeonistas, máxime cuando ese “precio” no está supeditado al triunfo de los mismos.

Sabemos que hay reyes vallenatos, tanto en acordeón profesional como en canción inédita, que no tienen tantas afugias económicas y que pueden financiar su participación, pero también hay otros, que, como decía mi abuela, están “pilando por el afrecho”, y posiblemente eso les impida su participación; pues bien, esos son los que tienen dificultad en contratar a sus acompañantes, porque hoy algunos músicos están cobrando hasta diez millones de pesos por acompañar durante los tres o cuatro días del festival a un Rey Vallenato; eso, a mi juicio, es exorbitante.

Claro que aquí me dirán los economistas, sencillamente es la aplicación del principio básico conocido como la ley de la oferta y la demanda; no son muchos los cajeros y guacharaqueros con nombre y experticia suficiente en esas lides; en cambio, si son muchos los acordeoneros reyes vallenatos que desean participar en la edición Rey de Reyes número 50.

El asunto es que aquellos buenos Reyes que no tengan los recursos para contratar a los buenos, famosos y ahora costosos músicos, van a quedar en inferioridad de condiciones respecto a aquellos que tengan los recursos necesarios para sufragar esas sumas, exageradas a mi manera de ver.

Buscándole algún tipo de solución a este problema, pienso en el sistema que se emplea con los participantes en el concurso de piqueria, a quienes se les pone en la tarima un conjunto de planta que los acompaña a todos; entiendo que en este caso es materialmente imposible, pero se puede pensar en varias bases de músicos o en alguna otra forma en igualdad de condiciones y que no sea el factor económico el que incline la balanza.

Columnista
3 febrero, 2017

Los músicos más costosos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

En alguna oportunidad escribí un artículo sobre lo difícil y costoso que resulta para un compositor participar en el Festival de la Leyenda Vallenata, especialmente si no reside en Valledupar, porque hacer la maqueta de la canción, ensayarla suficientemente y luego costear a cada uno de los músicos que la interpretan durante el marco del […]


En alguna oportunidad escribí un artículo sobre lo difícil y costoso que resulta para un compositor participar en el Festival de la Leyenda Vallenata, especialmente si no reside en Valledupar, porque hacer la maqueta de la canción, ensayarla suficientemente y luego costear a cada uno de los músicos que la interpretan durante el marco del evento, constituye un presupuesto significativo.
Eso ha hecho que solo puedan concursar en el Festival Vallenato aquellos compositores e intérpretes que tengan los recursos o consigan patrocinadores para hacerlo, es decir, el festival en cierta medida se ha vuelto elitista.

Pero la cosa ha ido pasando de castaño oscuro, porque tengo información fidedigna de que en vísperas de la edición 50, Rey de Reyes, que se realizará próximamente, el costo de los músicos acompañantes, es decir cajero, guacharaquero, vocalista, corista, guitarrista, se ha incrementado estrepitosamente, al punto de que un Rey Vallenato que quiera hacerse acompañar de un cajero o guacharaquero de esos que llaman “cotizados” debe tener un presupuesto superior a veinte millones de pesos, solo para tener una nómina con músicos de cierto prestigio; es fácil entender que eso constituye un gran obstáculo, insuperable en muchos casos, para la participación de muchos acordeonistas, máxime cuando ese “precio” no está supeditado al triunfo de los mismos.

Sabemos que hay reyes vallenatos, tanto en acordeón profesional como en canción inédita, que no tienen tantas afugias económicas y que pueden financiar su participación, pero también hay otros, que, como decía mi abuela, están “pilando por el afrecho”, y posiblemente eso les impida su participación; pues bien, esos son los que tienen dificultad en contratar a sus acompañantes, porque hoy algunos músicos están cobrando hasta diez millones de pesos por acompañar durante los tres o cuatro días del festival a un Rey Vallenato; eso, a mi juicio, es exorbitante.

Claro que aquí me dirán los economistas, sencillamente es la aplicación del principio básico conocido como la ley de la oferta y la demanda; no son muchos los cajeros y guacharaqueros con nombre y experticia suficiente en esas lides; en cambio, si son muchos los acordeoneros reyes vallenatos que desean participar en la edición Rey de Reyes número 50.

El asunto es que aquellos buenos Reyes que no tengan los recursos para contratar a los buenos, famosos y ahora costosos músicos, van a quedar en inferioridad de condiciones respecto a aquellos que tengan los recursos necesarios para sufragar esas sumas, exageradas a mi manera de ver.

Buscándole algún tipo de solución a este problema, pienso en el sistema que se emplea con los participantes en el concurso de piqueria, a quienes se les pone en la tarima un conjunto de planta que los acompaña a todos; entiendo que en este caso es materialmente imposible, pero se puede pensar en varias bases de músicos o en alguna otra forma en igualdad de condiciones y que no sea el factor económico el que incline la balanza.