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Columnista - 19 enero, 2017

Los mensajes del Papa Francisco

El Papa Francisco es un representante fidedigno de la humanidad, sus frecuentes mensajes son meritorios de imitar, porque de veras, no dejan duda alguna de su grandeza mostrada con real obediencia a los diez mandamientos, que Dios escribió con fuego en tablas de piedra y que con mil amores entregó a Moisés para  su predicación […]

El Papa Francisco es un representante fidedigno de la humanidad, sus frecuentes mensajes son meritorios de imitar, porque de veras, no dejan duda alguna de su grandeza mostrada con real obediencia a los diez mandamientos, que Dios escribió con fuego en tablas de piedra y que con mil amores entregó a Moisés para  su predicación en todo el universo.

De los tantos paradigmas del Papa Francisco he escogido dos, los cuales transcribo con el supremo interés de que por lo menos quienes los lean también reflexionen:
“No es necesario creer en Dios para ser una buena persona. En cierta forma, la idea tradicional de Dios no está actualizada. Uno puede ser espiritual pero no religioso. No es necesario ir a la iglesia y dar dinero. Para muchos, la naturaleza puede ser una iglesia. Algunas de las mejores personas en la historia no creían en Dios, mientras que muchos de los peores actos se hicieron en su nombre”.

“Siempre hay posibilidad de cambio. Estamos a tiempo de reaccionar y transformar. Modificar y cambiar. Convertir lo que nos está destruyendo como pueblo, lo que nos está degradando como humanidad.”

Estos dos mensajes del Papa Francisco los he traído a colación, porque pareciera están calando en la humanidad hastiada de su degradación y, en realidad, reitero yo, nunca es tarde para reaccionar, pues aún estamos a tiempo de corregir y penar en su debida forma las acciones destructoras de la ética y la moral, y qué, en quíntuples, nos han inculcado los antivalores que ya tienen a la humanidad al borde del cataclismo final.

Mañana se posesiona, nada menos que, Donald Trump, como presidente de Estados Unidos, sin duda alguna el país más poderoso del mundo. Y pese a la bajísima popularidad del nuevo presidente de marras, en algunas partes cuenta con simpatizantes de la misma calaña, entre estos tenemos a Vladímir Putin el presidente de Rusia, a Nicolás Maduro, quien sigue siendo importante por la riqueza petrolera de Venezuela, cuya dirigencia opositora, por inepta no ha sido capaz de destituirlo de su cargo. Lo más grave es que a Donald Trump lo respaldan líderes de las diferentes ideologías políticas.

Aquí en Colombia no puedo dejar de resaltar el empeño (aunque  con escepticismo por el enquistamiento visceral de la corrupción administrativa a lo largo y ancho del país, auspiciada por el Congreso, el poder ejecutivo y la rama judicial) de la Contraloría en cabeza del doctor Edgardo Maya Villazón, en buena hora apoyado por el fiscal Néstor Humberto Martínez y el procurador Fernando Carrillo Flórez, ya los dos primeros han mostrado sus correctas intenciones y firmezas, la esperanza es que el último no desentone y en caso tal de que su adhesión sea cierta, ninguno de los tres desfallezca, para lo cual son indispensables las denuncias oportunas de la ciudadanía.

José Romero Churio

Columnista
19 enero, 2017

Los mensajes del Papa Francisco

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

El Papa Francisco es un representante fidedigno de la humanidad, sus frecuentes mensajes son meritorios de imitar, porque de veras, no dejan duda alguna de su grandeza mostrada con real obediencia a los diez mandamientos, que Dios escribió con fuego en tablas de piedra y que con mil amores entregó a Moisés para  su predicación […]


El Papa Francisco es un representante fidedigno de la humanidad, sus frecuentes mensajes son meritorios de imitar, porque de veras, no dejan duda alguna de su grandeza mostrada con real obediencia a los diez mandamientos, que Dios escribió con fuego en tablas de piedra y que con mil amores entregó a Moisés para  su predicación en todo el universo.

De los tantos paradigmas del Papa Francisco he escogido dos, los cuales transcribo con el supremo interés de que por lo menos quienes los lean también reflexionen:
“No es necesario creer en Dios para ser una buena persona. En cierta forma, la idea tradicional de Dios no está actualizada. Uno puede ser espiritual pero no religioso. No es necesario ir a la iglesia y dar dinero. Para muchos, la naturaleza puede ser una iglesia. Algunas de las mejores personas en la historia no creían en Dios, mientras que muchos de los peores actos se hicieron en su nombre”.

“Siempre hay posibilidad de cambio. Estamos a tiempo de reaccionar y transformar. Modificar y cambiar. Convertir lo que nos está destruyendo como pueblo, lo que nos está degradando como humanidad.”

Estos dos mensajes del Papa Francisco los he traído a colación, porque pareciera están calando en la humanidad hastiada de su degradación y, en realidad, reitero yo, nunca es tarde para reaccionar, pues aún estamos a tiempo de corregir y penar en su debida forma las acciones destructoras de la ética y la moral, y qué, en quíntuples, nos han inculcado los antivalores que ya tienen a la humanidad al borde del cataclismo final.

Mañana se posesiona, nada menos que, Donald Trump, como presidente de Estados Unidos, sin duda alguna el país más poderoso del mundo. Y pese a la bajísima popularidad del nuevo presidente de marras, en algunas partes cuenta con simpatizantes de la misma calaña, entre estos tenemos a Vladímir Putin el presidente de Rusia, a Nicolás Maduro, quien sigue siendo importante por la riqueza petrolera de Venezuela, cuya dirigencia opositora, por inepta no ha sido capaz de destituirlo de su cargo. Lo más grave es que a Donald Trump lo respaldan líderes de las diferentes ideologías políticas.

Aquí en Colombia no puedo dejar de resaltar el empeño (aunque  con escepticismo por el enquistamiento visceral de la corrupción administrativa a lo largo y ancho del país, auspiciada por el Congreso, el poder ejecutivo y la rama judicial) de la Contraloría en cabeza del doctor Edgardo Maya Villazón, en buena hora apoyado por el fiscal Néstor Humberto Martínez y el procurador Fernando Carrillo Flórez, ya los dos primeros han mostrado sus correctas intenciones y firmezas, la esperanza es que el último no desentone y en caso tal de que su adhesión sea cierta, ninguno de los tres desfallezca, para lo cual son indispensables las denuncias oportunas de la ciudadanía.

José Romero Churio