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Comunidad - 14 junio, 2017

Los estancos están acabando con la tranquilidad de los habitantes de La Roca

La comunidad del barrio La Roca está agotada por el alto volumen de la música que ponen en los establecimientos nocturnos que se han ubicado en la carrera 41. Los residentes aseguran que este problema inició desde el año 2015.

 La carrera 41 está llena de establecimientos nocturnos que según los habitantes de La Roca, les ha quitado la tranquilidad.
La carrera 41 está llena de establecimientos nocturnos que según los habitantes de La Roca, les ha quitado la tranquilidad.

La comunidad del barrio La Roca está agotada por el alto volumen de la música que ponen en los establecimientos nocturnos que se han ubicado en la carrera 41. Los residentes aseguran que este problema inició desde el año 2015.

Según denunció la comunidad, estos establecimientos no respetan las leyes y de lunes a lunes tienen que dormir con el alto volumen de música. “No es que no estemos de acuerdo con que haya estancos, estamos en desacuerdo es con la bulla, en que no respetan que esto es una zona residencial y que los borrachos irrespeten nuestro sector”, expresó uno de los habitantes que decidió omitir su nombre por miedo a represalias.

Los moradores denunciaron que además del alto volumen, tienen que soportar la invasión del espacio público porque las mesas y sillas de los establecimientos son ubicadas en el sendero peatonal.

Una vecina del sector aseveró que le cuesta dificultad salir de su vivienda por las noches o los fines de semanas en horas del día porque la terraza de su casa es convertida en parqueadero de motocicletas. “Si uno va hasta el establecimiento a buscar al dueño del vehículo se molesta porque está en estado de embriaguez, opino que cada dueño debe de establecer reglas a sus consumidores para poder tener una sana convivencia”, expresó la denunciante.

Otro de los problemas, según la comunidad, que se ha registrado a raíz del funcionamiento de los estancos es la delincuencia. “No se puede transitar por la 41 a las 10 de la noche, eso es un peligro constante, da miedo porque está llena de motos sin placas y la Policía no hace nada”, dijo la comunidad.

La drogadicción, otro mal

“No sabemos si en esos establecimientos vendan drogas, pero lo cierto es que los que van ahí consumen”, denunciaron los residentes.

Botellas, cigarrillos, tabacos de marihuana, bolsas de sustancias psicoactivas y excrementos son dejados en las puertas de las casas de los sectores cercanos a los establecimientos nocturnos.

La comunidad aseguró que es normal ver a menores de edad consumiendo alucinógenos. “Por todas las calles se ven las bolsas donde vienen las drogas empacadas, yo he encontrado condones usados en la terraza de mi casa, esto es una falta de respeto, mis hijas viven secuestradas en mi vivienda porque no las dejo salir, esto es un peligro constante”, dijo un morador.

Una vecina denunció que está cansada de los malos olores en su casa porque los drogadictos y borrachos hacen las necesidades fisiológicas en su terraza. “Me tocó desalojar un cuarto porque el olor a marihuana y a orín era insoportable”, aseguró la mujer que dijo estar desesperada por esta problemática.

 

 

Comunidad
14 junio, 2017

Los estancos están acabando con la tranquilidad de los habitantes de La Roca

La comunidad del barrio La Roca está agotada por el alto volumen de la música que ponen en los establecimientos nocturnos que se han ubicado en la carrera 41. Los residentes aseguran que este problema inició desde el año 2015.


 La carrera 41 está llena de establecimientos nocturnos que según los habitantes de La Roca, les ha quitado la tranquilidad.
La carrera 41 está llena de establecimientos nocturnos que según los habitantes de La Roca, les ha quitado la tranquilidad.

La comunidad del barrio La Roca está agotada por el alto volumen de la música que ponen en los establecimientos nocturnos que se han ubicado en la carrera 41. Los residentes aseguran que este problema inició desde el año 2015.

Según denunció la comunidad, estos establecimientos no respetan las leyes y de lunes a lunes tienen que dormir con el alto volumen de música. “No es que no estemos de acuerdo con que haya estancos, estamos en desacuerdo es con la bulla, en que no respetan que esto es una zona residencial y que los borrachos irrespeten nuestro sector”, expresó uno de los habitantes que decidió omitir su nombre por miedo a represalias.

Los moradores denunciaron que además del alto volumen, tienen que soportar la invasión del espacio público porque las mesas y sillas de los establecimientos son ubicadas en el sendero peatonal.

Una vecina del sector aseveró que le cuesta dificultad salir de su vivienda por las noches o los fines de semanas en horas del día porque la terraza de su casa es convertida en parqueadero de motocicletas. “Si uno va hasta el establecimiento a buscar al dueño del vehículo se molesta porque está en estado de embriaguez, opino que cada dueño debe de establecer reglas a sus consumidores para poder tener una sana convivencia”, expresó la denunciante.

Otro de los problemas, según la comunidad, que se ha registrado a raíz del funcionamiento de los estancos es la delincuencia. “No se puede transitar por la 41 a las 10 de la noche, eso es un peligro constante, da miedo porque está llena de motos sin placas y la Policía no hace nada”, dijo la comunidad.

La drogadicción, otro mal

“No sabemos si en esos establecimientos vendan drogas, pero lo cierto es que los que van ahí consumen”, denunciaron los residentes.

Botellas, cigarrillos, tabacos de marihuana, bolsas de sustancias psicoactivas y excrementos son dejados en las puertas de las casas de los sectores cercanos a los establecimientos nocturnos.

La comunidad aseguró que es normal ver a menores de edad consumiendo alucinógenos. “Por todas las calles se ven las bolsas donde vienen las drogas empacadas, yo he encontrado condones usados en la terraza de mi casa, esto es una falta de respeto, mis hijas viven secuestradas en mi vivienda porque no las dejo salir, esto es un peligro constante”, dijo un morador.

Una vecina denunció que está cansada de los malos olores en su casa porque los drogadictos y borrachos hacen las necesidades fisiológicas en su terraza. “Me tocó desalojar un cuarto porque el olor a marihuana y a orín era insoportable”, aseguró la mujer que dijo estar desesperada por esta problemática.