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Columnista - 15 mayo, 2018

Ley de residentes ¡Ya!

Convertirse en médico especialista en Colombia es quizás uno de los mayores retos para quien labora en el campo de la salud. Ya no es suficiente con tener vocación, debido a que desde el primer día y a lo largo de todo el proceso, existen obstáculos en el camino para quienes aspiran alcanzar los más […]

Convertirse en médico especialista en Colombia es quizás uno de los mayores retos para quien labora en el campo de la salud. Ya no es suficiente con tener vocación, debido a que desde el primer día y a lo largo de todo el proceso, existen obstáculos en el camino para quienes aspiran alcanzar los más altos niveles de educación en medicina.

Competir con miles de estudiantes por un cupo en universidades públicas o pagar millones en privadas son solo los primeros peñones en los caminos de un médico. Adicionalmente, al culminar la carrera, se exige un año de servicio social obligatorio y quienes no son exonerados o consiguen una plaza por conveniencia, favor o recomendación, son ubicados en sitios con salarios irrisorios, sin implementos básicos y con gerencias llenas de pillaje y rapiña.

Para los que aún conservan la vocación y cuyo propósito va más allá de la medicina general, la especialización es quizás el obstáculo más grande que se atraviesa en su camino. Miles de médicos generales se presentan anualmente para competir por las pocas plazas ofertadas, algunas de las cuales se encuentran ya comprometidas por favores políticos y económicos. Para los pocos que alcanzan a acceder al postgrado, el panorama económico es desalentador.

Se calcula que en nuestro país existen cerca de 5.000 residentes, quienes además de pagar la matrícula de su especialidad, deben costear con alimentación, vivienda, seguridad social y pólizas, en especialidades que pueden durar entre tres y cuatro años y tienen un valor de 15 a 25 millones de pesos anuales.

Un estudio realizado por la Organización Panamericana de la Salud en 14 países de la región muestra que el ingreso en promedio de un médico residente está entre dos y cinco millones de pesos mensuales, en comparación con el millón de pesos mensuales que reciben unos cuantos cobijados por becas irregulares en nuestro país.

Frente a esta problemática se radicó por parte de la representante a la Cámara, Sara Piedrahita un proyecto de ley por medio de cual se crea el Fondo Nacional de Residencias Médicas y se reglamenta el Sistema de Residencias Médicas en Colombia, que se encuentra a un paso de ser aprobada en el Congreso de la República.

Dicha ponencia, busca instaurar el pago de por lo menos tres salarios mínimos para los residentes médicos, seguridad social, prestaciones sociales, límite en los costos de matrícula y que el residente pueda tener un contrato laboral con las instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada. De acuerdo a los ponentes, los recursos provendrían del dinero disponible en el fondo de los premios y loterías que no se han adjudicado y con recursos del presupuesto nacional, dineros destinados a financiar el programa de becas crédito y aportes de las IPS en las que los residentes realicen su especialización.

Es imperativo la aprobación de este proyecto de ley, puesto que se trata de profesionales con título y experiencia, los cuales prestan un servicio al mismo tiempo que reciben formación académica, exponiéndose a riesgos laborales y legales y corriendo con gastos de educación, vivienda y seguridad profesional.

Columnista
15 mayo, 2018

Ley de residentes ¡Ya!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Ivan Castro Lopez

Convertirse en médico especialista en Colombia es quizás uno de los mayores retos para quien labora en el campo de la salud. Ya no es suficiente con tener vocación, debido a que desde el primer día y a lo largo de todo el proceso, existen obstáculos en el camino para quienes aspiran alcanzar los más […]


Convertirse en médico especialista en Colombia es quizás uno de los mayores retos para quien labora en el campo de la salud. Ya no es suficiente con tener vocación, debido a que desde el primer día y a lo largo de todo el proceso, existen obstáculos en el camino para quienes aspiran alcanzar los más altos niveles de educación en medicina.

Competir con miles de estudiantes por un cupo en universidades públicas o pagar millones en privadas son solo los primeros peñones en los caminos de un médico. Adicionalmente, al culminar la carrera, se exige un año de servicio social obligatorio y quienes no son exonerados o consiguen una plaza por conveniencia, favor o recomendación, son ubicados en sitios con salarios irrisorios, sin implementos básicos y con gerencias llenas de pillaje y rapiña.

Para los que aún conservan la vocación y cuyo propósito va más allá de la medicina general, la especialización es quizás el obstáculo más grande que se atraviesa en su camino. Miles de médicos generales se presentan anualmente para competir por las pocas plazas ofertadas, algunas de las cuales se encuentran ya comprometidas por favores políticos y económicos. Para los pocos que alcanzan a acceder al postgrado, el panorama económico es desalentador.

Se calcula que en nuestro país existen cerca de 5.000 residentes, quienes además de pagar la matrícula de su especialidad, deben costear con alimentación, vivienda, seguridad social y pólizas, en especialidades que pueden durar entre tres y cuatro años y tienen un valor de 15 a 25 millones de pesos anuales.

Un estudio realizado por la Organización Panamericana de la Salud en 14 países de la región muestra que el ingreso en promedio de un médico residente está entre dos y cinco millones de pesos mensuales, en comparación con el millón de pesos mensuales que reciben unos cuantos cobijados por becas irregulares en nuestro país.

Frente a esta problemática se radicó por parte de la representante a la Cámara, Sara Piedrahita un proyecto de ley por medio de cual se crea el Fondo Nacional de Residencias Médicas y se reglamenta el Sistema de Residencias Médicas en Colombia, que se encuentra a un paso de ser aprobada en el Congreso de la República.

Dicha ponencia, busca instaurar el pago de por lo menos tres salarios mínimos para los residentes médicos, seguridad social, prestaciones sociales, límite en los costos de matrícula y que el residente pueda tener un contrato laboral con las instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada. De acuerdo a los ponentes, los recursos provendrían del dinero disponible en el fondo de los premios y loterías que no se han adjudicado y con recursos del presupuesto nacional, dineros destinados a financiar el programa de becas crédito y aportes de las IPS en las que los residentes realicen su especialización.

Es imperativo la aprobación de este proyecto de ley, puesto que se trata de profesionales con título y experiencia, los cuales prestan un servicio al mismo tiempo que reciben formación académica, exponiéndose a riesgos laborales y legales y corriendo con gastos de educación, vivienda y seguridad profesional.