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Crónica - 29 diciembre, 2016

Lázaro, entre las matemáticas y la venta de juguetes

Desde su página en Facebook, este joven estudioso de 17 años contrata publicidad con la red social y así consigue clientes en otras partes del país.

Lázaro Reina Ramírez es un joven aplicado a los estudios, inquieto por las nuevas tecnologías y enfocado en conseguir un mejor futuro para su familia. EL PILÓN / Leonardo Alvarado.
Lázaro Reina Ramírez es un joven aplicado a los estudios, inquieto por las nuevas tecnologías y enfocado en conseguir un mejor futuro para su familia. EL PILÓN / Leonardo Alvarado.

Lázaro Reina Ramírez es un amante de las ciencias exactas, también conocidas como ciencias duras, puras o fundamentales, que se basan enteramente en la observación y experimentación como prácticas para crear conocimientos con base en el lenguaje matemático.

Este joven con apenas 17 años de edad nacido en Valledupar, pero que tiene ascendencia española, puesto que su papá Manuel Reina, nació en Sevilla, se abre un camino en la educación gracias a su gran desempeño en las pruebas Saber 11, en las que alcanzó un puntaje de 423 sobre 500 posibles. Su máxima calificación fue en matemáticas en la que obtuvo 100 de 100 puntos.

Pero no es un adolescente cualquiera, hace mucho tiempo dejó a un lado los carros, aviones, motocicletas de juguetes y a los superhéroes, para dedicarse a aprender sobre tecnología y artes, así aprendió a tocar la guitarra por internet y a mantener conceptos claros sobre las matemáticas.

Su primer sueño es ser ingeniero electrónico, pero también quiere tener una doble titulación con Ingeniería Mecánica. Ya dio los primeros pasos como fue pasar el examen de admisión en la Universidad Nacional de Colombia y salir beneficiado con la beca Roble Amarillo de la Universidad del Norte en Barranquilla. En esta selección hay estudiantes de Barranquilla, Valledupar, Malambo, Sincé, Montería, Cúcuta, Puerto Colombia, Ciénaga y otros municipios de la costa Caribe, quienes por sus excelentes promedios académicos y condiciones económicas fueron seleccionados para ser los beneficiarios del Programa de Becas y Apoyo Financiero de dicho claustro universitario.

Lázaro fue escogido en medio de un proceso riguroso de selección, luego de presentarse en una convocatoria abierta. El proceso incluyó el estudio de la solicitud de beca, pruebas psicotécnicas, pruebas de orientación profesional, entrevista personal, entre otros aspectos. Dicha beca otorga el 100% del valor de la matrícula de pregrado, el 100% del valor de la matrícula de idiomas y un auxilio para libros, fotocopias, transporte y manutención.

“Me gustan las matemáticas y además me gusta la tecnología. Es como la unión de esos dos aspectos. Hice un intensivo en Milton Ochoa, que es una academia de preicfes en Bucaramanga, pero también estudié solo en mi casa con el computador porque hay mucho material en internet. Yo aspiré a ingresar a la Universidad Nacional y en la página de la universidad hay ejemplos que te sirven mucho porque el examen de admisión para entrar en más difícil que el Icfes, entonces si uno se prepara para el examen de admisión de la Nacional con los materiales que ellos tienen ahí, el Icfes resulta mucho más fácil”, advirtió Lázaro Reina.

A pesar de que consagró su bachillerato en la Institución Educativa Hispanoamericano de Valledupar, pasó por colegios como Comfacesar y Loperena Garupal.

“Uno puede tener muchas herramientas, profesores buenísimos, el mejor preicfes, pero todo está en uno; en prepararse personalmente y ser sincero con lo que sabe y no sabe, en esforzarse uno en su casa con el cuaderno”, destacó.

Otro anhelo que tiene Reina Ramírez es estudiar una maestría en Europa y le gustaría trabajar en empresas como Tesla, Google, Intel, en diseños de dispositivos electrónicos.

Reconoce que la industria tecnológica en Colombia está atrasada. “Por eso se da la llamada fuga de cerebros, porque no hay estimulación de la industria tecnológica y todo es importado.

Valledupar es peor aún, me han dicho que la carrera en la Universidad Popular del Cesar es buena, me lo han dicho amigos que estudian ahí, pero el único mercado laboral en la ciudad es Electricaribe”, dijo.

Sobre el tabú de las matemáticas, las ecuaciones y todo lo relacionado con números, que en su gran mayoría punto y aparte para el público, Lázaro asegura que son una escalera. “Si hay un tema nuevo quiere decir que tú debes tener claro el tema anterior, porque si uno pretende aprender un tema nuevo que tiene temas anteriores se va a frustrar y le va a aparecer difícil, pero en realidad es la ausencia del conocimiento anterior, entonces a la gente no le gustan mucho las matemáticas”, indicó.

Es aficionado a la ciencia física y todo lo relacionado con las ciencias exactas, además la programación de sistemas. Su agregado es la literatura, quizás una pasión aprendida de sus padres que son filósofos, como su madre Rosa María, o sociólogo como su progenitor.

Tiene la intención de estudiar Ingeniería Electrónica y aunque tiene la beca Roble Amarillo que otorga la Universidad del Norte, su corazón late cada vez que recuerda el cupo que obtuvo para ingresar a la Universidad Nacional en Bogotá.

Según los indicadores educativos, Colombia es un país atrasado en materia de educación, solamente tiene 33 universidades certificadas en alta calidad, donde departamentos como el Cesar y La Guajira no tienen injerencia con sus instituciones de pregrado. Es por eso que Reina Ramírez no cree en los programas que brinda el Gobierno Nacional, como por ejemplo ‘Ser Pilo Paga’.

“El programa (‘Ser Pilo Paga’) se ha convertido más bien en un tema de chanchullo porque para tu acceder a la beca simplemente tienes que bajar unos grados en el Sísben, entonces la gente con dinero también puede fingir que vive en una casa que no es la suya y acceder a esas becas. Si hago trampa le estoy quitando la oportunidad a un niño que sí lo necesita. La política del Ser Pilo Paga llena de dineros a las universidades privadas y les quita el dinero que necesitan las universidades públicas”, manifestó.

Por ahora, Lázaro disfruta de sus vacaciones en compañía de su familia en el barrio San Marino, ubicado en la comuna cuatro de Valledupar.

“Muchas veces a la gente que estudia, que es ordenada, responsable, le dicen que es bobo, nerd, que es quedado, esos son errores porque en realidad cuando tienen 30 años los que disfrutan son quienes hicieron las cosas bien cuando niños. No hay que pensar en el momento, sino en futuro”, puntualizó el tercero de cinco hermanos y quien es integrante de la Orquesta Filarmónica del Cesar, en la cual interpreta el violín, bajo la dirección de Diego Rivero.

Sueños entre juguetes

El Colegio Hispanoamericano todos los años premia al estudiante con mejor puntaje en los Icfes, con la suma de un millón de pesos. Lázaro tenía la vocación de vendedor y decidió invertir ese dinero en juguetes y venderlos, así podría comprar ropa, solventar gastos y adquirir un computador que necesitaba.

“Decidí hacer parte de la Feria del Juguete, me fue bien, porque además compré dispositivos electrónicos como drones, gafas de realidad virtual y todo lo puse en venta también en mi página de Facebook”, dijo Lázaro Reina.

Aseguró que sufragar los gastos depende de los padres, pero si un hijo puede colaborar está en toda la libertad de hacerlo. “Este año hubo 120 puestos y muy llenos, generalmente la comunidad no invierte un millón como yo, sino que invierten tres o cinco millones y sus puestos se veían llenos mientras que el mío estaba vacío. Me tocó enfatizar con la atención al cliente, hablar con la gente, mostrarme más servicial, enamorarlos con cada producto que ofrecía porque eran pocos.

Fue una experiencia chévere, aprendí mucho”, señaló.

Vendió toda la mercancía, incluso hizo la estrategia de llenar un balde de juguetes y ponerles “todos a 10.000 pesos”, pero lo que más vendió fue una pista de trenes, que tenía un costo de 35.000 pesos y lo más caro fue una pistola nerf en 115.000 pesos.

Desde su página en Facebook, Lázaro contrata publicidad con la red social y así consigue clientes en otras partes del país, a donde manda productos sin cobrar el envío.

“Pude disfrutar la experiencia, no sacrifiqué mis vacaciones porque disfruté con mi primo José Francisco Cuesta Ramírez, él fue quien me ayudó en el puesto. Abríamos sobre las 7:00 de la mañana y cerrábamos tipo 8:00 de la noche. El 24 de diciembre hubo muchos clientes, la mercancía se me acabó temprano y lo que hice fue ayudar a una señora que me colaboraba y a cambio lo que hice fue vender sus productos”, contó el joven estudioso.

Tiene claro que lo suyo, por ahora, son los estudios y sacar adelante la carrera que decida estudiar. “Los negocios que yo haga no pueden llegar a ser más importantes que el estudio porque eso es lo que me apasiona, lo que me gusta; los negocios en la medida que no afecten mi rendimientos académico y mis horarios de estudio”, concluyó.

Los padres de Lázaro son Rosa María Ramírez y Manuel Reina, este último es un español que hace varios años vive en Valledupar.

“Los negocios que yo haga no pueden llegar a ser más importantes que el estudio porque eso es lo que me apasiona, lo que me gusta; los negocios en la medida que no afecten mi rendimientos académico y mis horarios de estudio”: Lázaro Reina Ramírez.

Desde su página en Facebook, Lázaro contrata publicidad con la red social y así consigue clientes en otras partes del país, a donde manda productos sin cobrar el envío.

Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]

 

Crónica
29 diciembre, 2016

Lázaro, entre las matemáticas y la venta de juguetes

Desde su página en Facebook, este joven estudioso de 17 años contrata publicidad con la red social y así consigue clientes en otras partes del país.


Lázaro Reina Ramírez es un joven aplicado a los estudios, inquieto por las nuevas tecnologías y enfocado en conseguir un mejor futuro para su familia. EL PILÓN / Leonardo Alvarado.
Lázaro Reina Ramírez es un joven aplicado a los estudios, inquieto por las nuevas tecnologías y enfocado en conseguir un mejor futuro para su familia. EL PILÓN / Leonardo Alvarado.

Lázaro Reina Ramírez es un amante de las ciencias exactas, también conocidas como ciencias duras, puras o fundamentales, que se basan enteramente en la observación y experimentación como prácticas para crear conocimientos con base en el lenguaje matemático.

Este joven con apenas 17 años de edad nacido en Valledupar, pero que tiene ascendencia española, puesto que su papá Manuel Reina, nació en Sevilla, se abre un camino en la educación gracias a su gran desempeño en las pruebas Saber 11, en las que alcanzó un puntaje de 423 sobre 500 posibles. Su máxima calificación fue en matemáticas en la que obtuvo 100 de 100 puntos.

Pero no es un adolescente cualquiera, hace mucho tiempo dejó a un lado los carros, aviones, motocicletas de juguetes y a los superhéroes, para dedicarse a aprender sobre tecnología y artes, así aprendió a tocar la guitarra por internet y a mantener conceptos claros sobre las matemáticas.

Su primer sueño es ser ingeniero electrónico, pero también quiere tener una doble titulación con Ingeniería Mecánica. Ya dio los primeros pasos como fue pasar el examen de admisión en la Universidad Nacional de Colombia y salir beneficiado con la beca Roble Amarillo de la Universidad del Norte en Barranquilla. En esta selección hay estudiantes de Barranquilla, Valledupar, Malambo, Sincé, Montería, Cúcuta, Puerto Colombia, Ciénaga y otros municipios de la costa Caribe, quienes por sus excelentes promedios académicos y condiciones económicas fueron seleccionados para ser los beneficiarios del Programa de Becas y Apoyo Financiero de dicho claustro universitario.

Lázaro fue escogido en medio de un proceso riguroso de selección, luego de presentarse en una convocatoria abierta. El proceso incluyó el estudio de la solicitud de beca, pruebas psicotécnicas, pruebas de orientación profesional, entrevista personal, entre otros aspectos. Dicha beca otorga el 100% del valor de la matrícula de pregrado, el 100% del valor de la matrícula de idiomas y un auxilio para libros, fotocopias, transporte y manutención.

“Me gustan las matemáticas y además me gusta la tecnología. Es como la unión de esos dos aspectos. Hice un intensivo en Milton Ochoa, que es una academia de preicfes en Bucaramanga, pero también estudié solo en mi casa con el computador porque hay mucho material en internet. Yo aspiré a ingresar a la Universidad Nacional y en la página de la universidad hay ejemplos que te sirven mucho porque el examen de admisión para entrar en más difícil que el Icfes, entonces si uno se prepara para el examen de admisión de la Nacional con los materiales que ellos tienen ahí, el Icfes resulta mucho más fácil”, advirtió Lázaro Reina.

A pesar de que consagró su bachillerato en la Institución Educativa Hispanoamericano de Valledupar, pasó por colegios como Comfacesar y Loperena Garupal.

“Uno puede tener muchas herramientas, profesores buenísimos, el mejor preicfes, pero todo está en uno; en prepararse personalmente y ser sincero con lo que sabe y no sabe, en esforzarse uno en su casa con el cuaderno”, destacó.

Otro anhelo que tiene Reina Ramírez es estudiar una maestría en Europa y le gustaría trabajar en empresas como Tesla, Google, Intel, en diseños de dispositivos electrónicos.

Reconoce que la industria tecnológica en Colombia está atrasada. “Por eso se da la llamada fuga de cerebros, porque no hay estimulación de la industria tecnológica y todo es importado.

Valledupar es peor aún, me han dicho que la carrera en la Universidad Popular del Cesar es buena, me lo han dicho amigos que estudian ahí, pero el único mercado laboral en la ciudad es Electricaribe”, dijo.

Sobre el tabú de las matemáticas, las ecuaciones y todo lo relacionado con números, que en su gran mayoría punto y aparte para el público, Lázaro asegura que son una escalera. “Si hay un tema nuevo quiere decir que tú debes tener claro el tema anterior, porque si uno pretende aprender un tema nuevo que tiene temas anteriores se va a frustrar y le va a aparecer difícil, pero en realidad es la ausencia del conocimiento anterior, entonces a la gente no le gustan mucho las matemáticas”, indicó.

Es aficionado a la ciencia física y todo lo relacionado con las ciencias exactas, además la programación de sistemas. Su agregado es la literatura, quizás una pasión aprendida de sus padres que son filósofos, como su madre Rosa María, o sociólogo como su progenitor.

Tiene la intención de estudiar Ingeniería Electrónica y aunque tiene la beca Roble Amarillo que otorga la Universidad del Norte, su corazón late cada vez que recuerda el cupo que obtuvo para ingresar a la Universidad Nacional en Bogotá.

Según los indicadores educativos, Colombia es un país atrasado en materia de educación, solamente tiene 33 universidades certificadas en alta calidad, donde departamentos como el Cesar y La Guajira no tienen injerencia con sus instituciones de pregrado. Es por eso que Reina Ramírez no cree en los programas que brinda el Gobierno Nacional, como por ejemplo ‘Ser Pilo Paga’.

“El programa (‘Ser Pilo Paga’) se ha convertido más bien en un tema de chanchullo porque para tu acceder a la beca simplemente tienes que bajar unos grados en el Sísben, entonces la gente con dinero también puede fingir que vive en una casa que no es la suya y acceder a esas becas. Si hago trampa le estoy quitando la oportunidad a un niño que sí lo necesita. La política del Ser Pilo Paga llena de dineros a las universidades privadas y les quita el dinero que necesitan las universidades públicas”, manifestó.

Por ahora, Lázaro disfruta de sus vacaciones en compañía de su familia en el barrio San Marino, ubicado en la comuna cuatro de Valledupar.

“Muchas veces a la gente que estudia, que es ordenada, responsable, le dicen que es bobo, nerd, que es quedado, esos son errores porque en realidad cuando tienen 30 años los que disfrutan son quienes hicieron las cosas bien cuando niños. No hay que pensar en el momento, sino en futuro”, puntualizó el tercero de cinco hermanos y quien es integrante de la Orquesta Filarmónica del Cesar, en la cual interpreta el violín, bajo la dirección de Diego Rivero.

Sueños entre juguetes

El Colegio Hispanoamericano todos los años premia al estudiante con mejor puntaje en los Icfes, con la suma de un millón de pesos. Lázaro tenía la vocación de vendedor y decidió invertir ese dinero en juguetes y venderlos, así podría comprar ropa, solventar gastos y adquirir un computador que necesitaba.

“Decidí hacer parte de la Feria del Juguete, me fue bien, porque además compré dispositivos electrónicos como drones, gafas de realidad virtual y todo lo puse en venta también en mi página de Facebook”, dijo Lázaro Reina.

Aseguró que sufragar los gastos depende de los padres, pero si un hijo puede colaborar está en toda la libertad de hacerlo. “Este año hubo 120 puestos y muy llenos, generalmente la comunidad no invierte un millón como yo, sino que invierten tres o cinco millones y sus puestos se veían llenos mientras que el mío estaba vacío. Me tocó enfatizar con la atención al cliente, hablar con la gente, mostrarme más servicial, enamorarlos con cada producto que ofrecía porque eran pocos.

Fue una experiencia chévere, aprendí mucho”, señaló.

Vendió toda la mercancía, incluso hizo la estrategia de llenar un balde de juguetes y ponerles “todos a 10.000 pesos”, pero lo que más vendió fue una pista de trenes, que tenía un costo de 35.000 pesos y lo más caro fue una pistola nerf en 115.000 pesos.

Desde su página en Facebook, Lázaro contrata publicidad con la red social y así consigue clientes en otras partes del país, a donde manda productos sin cobrar el envío.

“Pude disfrutar la experiencia, no sacrifiqué mis vacaciones porque disfruté con mi primo José Francisco Cuesta Ramírez, él fue quien me ayudó en el puesto. Abríamos sobre las 7:00 de la mañana y cerrábamos tipo 8:00 de la noche. El 24 de diciembre hubo muchos clientes, la mercancía se me acabó temprano y lo que hice fue ayudar a una señora que me colaboraba y a cambio lo que hice fue vender sus productos”, contó el joven estudioso.

Tiene claro que lo suyo, por ahora, son los estudios y sacar adelante la carrera que decida estudiar. “Los negocios que yo haga no pueden llegar a ser más importantes que el estudio porque eso es lo que me apasiona, lo que me gusta; los negocios en la medida que no afecten mi rendimientos académico y mis horarios de estudio”, concluyó.

Los padres de Lázaro son Rosa María Ramírez y Manuel Reina, este último es un español que hace varios años vive en Valledupar.

“Los negocios que yo haga no pueden llegar a ser más importantes que el estudio porque eso es lo que me apasiona, lo que me gusta; los negocios en la medida que no afecten mi rendimientos académico y mis horarios de estudio”: Lázaro Reina Ramírez.

Desde su página en Facebook, Lázaro contrata publicidad con la red social y así consigue clientes en otras partes del país, a donde manda productos sin cobrar el envío.

Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]