Publicidad
Categorías
Categorías
Don Pilo - 5 agosto, 2017

Las delicias de doña Sixta

En Fuentes Zuleta no hay un habitante que no conozca y no haya probado las delicias de doña Sixta Cueto, una mujer de 66 años de edad que prepara la mejor comida para vender una vez a la semana.

 Acá estoy ayudando a doña Sixta, junto a su horno artesanal. Joaquín Ramírez. 
 Acá estoy ayudando a doña Sixta, junto a su horno artesanal. Joaquín Ramírez. 

En Fuentes Zuleta no hay un habitante que no conozca y no haya probado las delicias de doña Sixta Cueto, una mujer de 66 años de edad que prepara la mejor comida para vender una vez a la semana. Desde bollos de yuca con Pamela y coco, hasta galletas y deliciosas almojábanas encuentra los comensales en la residencia de Sixta.

Esta bella y trabajadora mujer nació en Zambrano, Bolívar, donde a la edad de ocho años aprendió este oficio gracias a su madre, Eva Teherán.

“Yo era la ayudante de mi mamá, ella hacía almojábanas, bollos y galletas para la venta, esa fue la herencia que me dejó”, me contó Sixta, orgullosa del ser que le dio la vida.

El lugar de trabajo es el patio de su residencia en el barrio Fuentes Zuleta, donde llegó hace 25 años con sus siete hijos y su esposo, Sebastián Contreras. Actualmente está mujer trabajadora vive junto a cuatro de sus 14 nietos, una hija y su esposo.

Sixta sigue haciendo sus galletas y almojábanas como le enseñó su mamá, con un gran horno de barro y ladrillo que su marido le construyó hace 18 años. “Es que el horno de gas no da el color que es, los productos salen sin color, pálidos, en cambio con este artesanal si da el color perfecto”, me explicó la experimentada cocinera.

Doña Sixta no tiene problema en salir a vender, pero no es necesario porque las personas llegan a buscar sus manjares. “Hago un total de 250 galletas, almojábanas y bollos, los cuales vendo desde muy temprano y a final del día ya no tengo nada”, me contó entre risas.

Don Pilo
5 agosto, 2017

Las delicias de doña Sixta

En Fuentes Zuleta no hay un habitante que no conozca y no haya probado las delicias de doña Sixta Cueto, una mujer de 66 años de edad que prepara la mejor comida para vender una vez a la semana.


 Acá estoy ayudando a doña Sixta, junto a su horno artesanal. Joaquín Ramírez. 
 Acá estoy ayudando a doña Sixta, junto a su horno artesanal. Joaquín Ramírez. 

En Fuentes Zuleta no hay un habitante que no conozca y no haya probado las delicias de doña Sixta Cueto, una mujer de 66 años de edad que prepara la mejor comida para vender una vez a la semana. Desde bollos de yuca con Pamela y coco, hasta galletas y deliciosas almojábanas encuentra los comensales en la residencia de Sixta.

Esta bella y trabajadora mujer nació en Zambrano, Bolívar, donde a la edad de ocho años aprendió este oficio gracias a su madre, Eva Teherán.

“Yo era la ayudante de mi mamá, ella hacía almojábanas, bollos y galletas para la venta, esa fue la herencia que me dejó”, me contó Sixta, orgullosa del ser que le dio la vida.

El lugar de trabajo es el patio de su residencia en el barrio Fuentes Zuleta, donde llegó hace 25 años con sus siete hijos y su esposo, Sebastián Contreras. Actualmente está mujer trabajadora vive junto a cuatro de sus 14 nietos, una hija y su esposo.

Sixta sigue haciendo sus galletas y almojábanas como le enseñó su mamá, con un gran horno de barro y ladrillo que su marido le construyó hace 18 años. “Es que el horno de gas no da el color que es, los productos salen sin color, pálidos, en cambio con este artesanal si da el color perfecto”, me explicó la experimentada cocinera.

Doña Sixta no tiene problema en salir a vender, pero no es necesario porque las personas llegan a buscar sus manjares. “Hago un total de 250 galletas, almojábanas y bollos, los cuales vendo desde muy temprano y a final del día ya no tengo nada”, me contó entre risas.