En todas las estaciones de radio de la costa y el interior en estos momentos se puede escuchar insistentemente el merengue “La Virgen del Carmen” de Emilianito Zuleta, uno de los más fervientes devotos  de esta figura mariana.

Nuestra Señora del Monte Carmelo referida comúnmente como Virgen del Carmen, es una de las diversas advocaciones de la Virgen María y su nombre procede del llamado Monte Carmelo en Israel.

La devoción por esta Santa es uno de los tantos legados que nos llegó de España donde es la patrona de los mares  y venerada por la armada española.

En nuestro país además de  ser patrona de la Policía Nacional de los colombianos es también patrona de los transportadores que la adoptaron por la protección e intersección que se le atribuye a la Virgen del Carmen en situaciones de peligro,

En países como Chile, Bolivia y Venezuela es también la patrona de las fuerzas armadas.

Esta advocación da nombre a todas aquellas personas que se llaman Carmen, Carmenza, Carmelina, Carmela o Carmelo, celebrando su onomástica el día dieciséis de Julio fecha de la fiesta de esta Virgen.

Arraigada profundamente en el sentimiento del pueblo colombiano, es la Virgen del Carmen la figura mas venerada no solo en el área del Caribe sino en ciudades de todo el interior, pero en ninguna tiene tanta tradición como El Carmen de Santander, pueblo que al fundarse tomó la denominación derivada de la gran devoción de sus primeros moradores y que se ha mantenido a través del tiempo, siendo quizás el único lugar en el mundo donde muchos varones son bautizados con el nombre de Carmito y a muchos mas les acotejan la virgen en su identificación y así encontramos: José del Carmen, Manuel del Carmen, Rafael del Carmen y pare de contar.

Uno de sus grandes devotos es Emilianito, pues como dice en su canto, “La Virgen tiene un nombre bonito, lo mismo que mi mamá”. Enrique Coronado, personaje aludido por el en este merengue de siempre, es el único sobreviviente de clan Valdeblánquez después de aquella cruenta guerra que conmovió a Colombia, cuando enfrentados por un lio de faldas con los Cárdenas, sus parientes cercanos, fueron exterminados los varones de ambas familias.

Grandioso es el festejo que todos los años Coronado le rinde a la imagen de la Virgen del Carmen, traída desde España al patio de su residencia, asegurando que el haber sobrevivido a la guerra se lo debe a su devoción por ella, porque al igual que Emilianito puntualiza: “y así, soy un hombre sin preocupación porqué, es la virgen de mi devoción”.