Este año hice un modesto contrato con Guajira producciones para hablar y cantar dos o tres canciones para los cerrejonistas y terminé inevitablemente cantándoles a todos los mineros de mi departamento con el Trío ‘Arciniega’, alternando con Alex Duarte y el cómico ‘Chirrinchiyúu’ por todos los municipios guajiros, incluido Valledupar, y en Barranquilla con el compai ‘Lencho’, periplo musical que me permitió compartir con la bella Ana María Egurrola, hermana del poeta hidalgo de San Juan, Luis Egurrola.

La comidilla al rededor del glu, glu me causaba risa por lo poco sustanciosa y exagerada, sin embargo la hermosa Ana dijo algo que cambio mi actitud frente al tema. Con un movimiento atractivo y delicioso tremendamente femenino, la funcionaria del Cerrejón dijo casi que resignada: “Lo que pasa es que unas de las niñas de ‘Luiso’ utiliza el glu, glu con mucha frecuencia, siempre está diciéndole: “papi mira le hice glu, glu” después de tomarse algo”.

En mi pensamiento concluí:

“O sea que el verdadero origen del glu, glu es la ternura, increíble que haya causado tanta crítica y controversia, incluso lapidariamente lo han colocado al lado de la ‘La yuca y la taja’, canción diametralmente opuesta a la genialidad del creador de uno de los temas más bellos y lirico de nuestro folclor como lo es ‘Amaneceres del Valle’. Mi compadre Romualdo Brito reconoció públicamente que la ‘Yuca y la tajá’ es lo peor que ha hecho, el glu, glu no ofende a nadie, lo mismo hicieron con el pin, pon, pan canción bien cantada por Luifer Cuello y bien tocada por su acordeonista, pero también fue declarada catástrofe.

El bardo de San Juan pudo prescindir del glu glu por lo poco que le aporta al tema; pero prefirió incursionar en la ingenuidad infantil y eso se siente allí, si ¿Y qué? Hace rato que observo demasiada presión hacia Silvestre Dangond, ¡Ojo! él es lo mejor que tenemos, ¿Los críticos por encima del creativo? Las ventas del CD original en Valledupar son mínimas, dejen que Silvestre acierte y se equivoque es humano.

El glu, glu es lúdica con antecedentes, ¿Que me dicen de esto? “Y le hace tururu, tururú, tururú”, “cocoroyo cantó mi gallo”, “mememe la vaca, mememe el toro”. Onomatopeya es la figura literaria que ‘Luiso’ emplea; las figuras fueron creadas para darle licencia a la imaginación.

Defender el vallenato atacando a las nuevas generaciones es buscar el ahogado río arriba, la verdadera defensa está en las cátedras de arte y folclor en Bellas Artes, en la creación del Centro Cultural del Vallenato, en los festivales, escuelas de acordeón y en todo lo que se pueda constituir en elemento del plan de salvaguardia.