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Comunidad - 22 septiembre, 2017

Con la venta de periódicos, Ana sacó adelante a sus cuatro hijos

Ella vende periódicos de domingo a domingo para conseguir su comida, dice que ser amable le ayuda a mantener su clientela.

Doña Ana todos los días llega a su punto ubicado en el bulevar de la carrera 12 con calle 12, ahí vende los periódicos, actividad que le ha dado para comer y vivir durante trece años. Joaquín Ramírez.
Doña Ana todos los días llega a su punto ubicado en el bulevar de la carrera 12 con calle 12, ahí vende los periódicos, actividad que le ha dado para comer y vivir durante trece años. Joaquín Ramírez.

Ana del Carmen Lobo Guerrero nació en Ocaña, Norte de Santander, hace 58 años, de los cuales 42 los ha vivido en Valledupar. “Yo soy vallenata, hasta mi cédula es de acá”, contó mientras soltaba una enorme carcajada.

Esta mujer no la ha tenido fácil, sus primer esposo, con quien tuvo dos hijos, murió dejándola muy joven. Años más tarde se casó con otro hombre y también falleció al poco tiempo y quedó nuevamente sola con cuatro hijos, “entonces tuve que trabajar para mantener a mis hijos y darle lo mejor, hoy en día todos están felizmente casados y gracias a mi esfuerzo lograron estudiar carreras técnicas, tengo una que es estilista, otra que estudió secretariado, uno que estudió mantenimiento de maquinaria y otro que pinta casas”, dijo doña Ana muy orgullosa por lo que lograron sus hijos gracias a su arduo trabajo como vendedora de chance en la ciudad.

Hace 13 años empezó en el negocio de los periódicos, trabajo que consiguió por su hijo Luis Fernando, quien vendía periódicos, pero decidió entrar al Ejército para prestar el servicio militar. “Entonces yo me quedé con su puesto y todavía sigo acá”, expresó Ana, quien anteriormente vendía chance y trabajaba en un colegito, pero asegura que es más tranquilo la venta de periódicos. “Empecé vendiendo EL PILÓN y Vanguardia, luego llegaron los otros periódicos”, aseveró.

En el bulevar de la calle 12 con carrera 12 siempre ha estado Ana vendiendo periódico, dice que su clientela es fija y no la deja ir. “Una vez me quería ir porque ya estaba cansada, pero los clientes no me dejaron, me decían que cuidado me iba a ir, todos mis clientes son señores de edad muy respetuosos que me dan a veces dinero extra, o alimento, siempre me ayudan”, confesó.

A pesar de que el humo de los carros le está haciendo mal, no deja de ir a trabajar, la doctora le aconsejó que se fuera más temprano porque el humo de los carros estaba afectando sus vías respiratorias, “por eso me voy a las 9:30 de la mañana, antes me iba a las 11 de la mañana, pero a veces siento que no puedo respirar”, dijo.

El mejor día para las ventas son los domingo o cuando los periódicos traen una noticia muy importante, “ese día recibo de ganancias 20 mil o 30 mil pesos, por lo general los domingo recibo ese dinero porque EL PILÓN, que es el más caro el día domingo, se vende bastante, los demás días me gano 10 mil pesos que me sirven para comprar las cosas de la comida”, contó doña Ana.

Gracias a este trabajo que inicia desde las 5:00 de la mañana, Ana tiene para comer. “Vivo sola, gracias a este trabajo pago mi comida y los servicios, vivo en el sector Once de Noviembre que queda en la margen derecha del río Guatapurí a la espera de una reubicación”.

Por Sara Maestre Díaz Granados/EL PILÓN

 

Comunidad
22 septiembre, 2017

Con la venta de periódicos, Ana sacó adelante a sus cuatro hijos

Ella vende periódicos de domingo a domingo para conseguir su comida, dice que ser amable le ayuda a mantener su clientela.


Doña Ana todos los días llega a su punto ubicado en el bulevar de la carrera 12 con calle 12, ahí vende los periódicos, actividad que le ha dado para comer y vivir durante trece años. Joaquín Ramírez.
Doña Ana todos los días llega a su punto ubicado en el bulevar de la carrera 12 con calle 12, ahí vende los periódicos, actividad que le ha dado para comer y vivir durante trece años. Joaquín Ramírez.

Ana del Carmen Lobo Guerrero nació en Ocaña, Norte de Santander, hace 58 años, de los cuales 42 los ha vivido en Valledupar. “Yo soy vallenata, hasta mi cédula es de acá”, contó mientras soltaba una enorme carcajada.

Esta mujer no la ha tenido fácil, sus primer esposo, con quien tuvo dos hijos, murió dejándola muy joven. Años más tarde se casó con otro hombre y también falleció al poco tiempo y quedó nuevamente sola con cuatro hijos, “entonces tuve que trabajar para mantener a mis hijos y darle lo mejor, hoy en día todos están felizmente casados y gracias a mi esfuerzo lograron estudiar carreras técnicas, tengo una que es estilista, otra que estudió secretariado, uno que estudió mantenimiento de maquinaria y otro que pinta casas”, dijo doña Ana muy orgullosa por lo que lograron sus hijos gracias a su arduo trabajo como vendedora de chance en la ciudad.

Hace 13 años empezó en el negocio de los periódicos, trabajo que consiguió por su hijo Luis Fernando, quien vendía periódicos, pero decidió entrar al Ejército para prestar el servicio militar. “Entonces yo me quedé con su puesto y todavía sigo acá”, expresó Ana, quien anteriormente vendía chance y trabajaba en un colegito, pero asegura que es más tranquilo la venta de periódicos. “Empecé vendiendo EL PILÓN y Vanguardia, luego llegaron los otros periódicos”, aseveró.

En el bulevar de la calle 12 con carrera 12 siempre ha estado Ana vendiendo periódico, dice que su clientela es fija y no la deja ir. “Una vez me quería ir porque ya estaba cansada, pero los clientes no me dejaron, me decían que cuidado me iba a ir, todos mis clientes son señores de edad muy respetuosos que me dan a veces dinero extra, o alimento, siempre me ayudan”, confesó.

A pesar de que el humo de los carros le está haciendo mal, no deja de ir a trabajar, la doctora le aconsejó que se fuera más temprano porque el humo de los carros estaba afectando sus vías respiratorias, “por eso me voy a las 9:30 de la mañana, antes me iba a las 11 de la mañana, pero a veces siento que no puedo respirar”, dijo.

El mejor día para las ventas son los domingo o cuando los periódicos traen una noticia muy importante, “ese día recibo de ganancias 20 mil o 30 mil pesos, por lo general los domingo recibo ese dinero porque EL PILÓN, que es el más caro el día domingo, se vende bastante, los demás días me gano 10 mil pesos que me sirven para comprar las cosas de la comida”, contó doña Ana.

Gracias a este trabajo que inicia desde las 5:00 de la mañana, Ana tiene para comer. “Vivo sola, gracias a este trabajo pago mi comida y los servicios, vivo en el sector Once de Noviembre que queda en la margen derecha del río Guatapurí a la espera de una reubicación”.

Por Sara Maestre Díaz Granados/EL PILÓN