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Columnista - 11 febrero, 2016

La ubicua corrupción

Por las frecuentes denuncias de sobornos contra los policías vigilantes del tránsito de Valledupar, para evitar el pago de los comparendos por infracciones al reglamento vial, el comandante de la Policía en el departamento del Cesar, coronel Diego Rosero Giraldo, ha anunciado que cambiará estos policías por otros procedentes de otras ciudades. Y que abrirá […]

Por las frecuentes denuncias de sobornos contra los policías vigilantes del tránsito de Valledupar, para evitar el pago de los comparendos por infracciones al reglamento vial, el comandante de la Policía en el departamento del Cesar, coronel Diego Rosero Giraldo, ha anunciado que cambiará estos policías por otros procedentes de otras ciudades. Y que abrirá investigación formal con la ayuda de la ciudadanía, cuyo propósito es enjuiciar a los agentes involucrados en dicho cohecho. Además incorporará mujeres policías en el control del movimiento vehicular, teniendo en cuenta que la mujer es símbolo de honradez.

Tal medida es risible ante la ubicuidad de la corrupción en nuestro país, porque el común de las gentes le saca provecho a todo, muy a menudo de manera ilegal. Al respecto comento mi más reciente vivencia.

A raíz del fallecimiento de mi hermano Venancio, que por ser sargento retirado del Ejército tenía seguro para sus gastos fúnebres, cuando fui a la funeraria me mostraron los ataúdes que entregan por el seguro funeral, si escogía otro mejor me tocaba pagar el excedente, me conformé con uno de los ofrecidos.

Entonces le dije a quién me atendió en la funeraria, que el cadáver duraría más de 48 horas en velación mientras llegaban los hijos ausentes del difunto, me responde que el seguro funerario solo cubre 24 horas, de ahí en adelante sus familiares tienen que pagar 35 mil pesos por cada hora excedente, además me informó que por el embalsamiento del cadáver para velarlo durante el tiempo estipulado había que pagar 300 mil pesos.

Pedí rebaja y me dejaron todo en 750 mil pesos, de los cuales cancelé 450 mil en efectivo y 300 mil con tarjeta de crédito. También me informaron que los restos mortales los mantenían en la bóveda del cementerio durante cuatro años, pasado este tiempo los familiares tenían que pagar la exhumación y me ofrecieron un osario que se podía comprar por cuotas mensuales.

Uno de los empleados de la funeraria me entregó un documento que es un poder donde los parientes del difunto autorizan al Ejército a pagarle el auxilio funerario al propietario de la funeraria, el monto de este auxilio era por cinco salarios mínimos mensuales, casi tres millones quinientos mil pesos. Le mostré el poder a un sargento retirado amigo de mi hermano y me dijo que le extrañaba la cantidad de dinero, porque ellos tenían derecho hasta 10 salarios mínimos.

Recordé la muerte de mi madre, cuyo funeral lo pagó el seguro funerario de mi hermano Hernán, suboficial retirado de la Fuerza Naval, en esa ocasión en otra funeraria de Valledupar pagué 200 mil pesos por el cambio del féretro y 300 mil por tres buses más ya que el seguro solo cubría un bus para transportar a los acompañantes al cementerio.

Invité al sargento en mención a la administración de la funeraria de ahora, donde reclamé por el excedente que me habían cobrado, si mi hermano Venancio tenía derecho hasta 10 salarios mínimos, por ende no se justificada el cobro de excedentes y requerí una explicación clara. Me dijeron que regresara después por el esclarecimiento, me dijeron que yo tenía razón.

En fin, me devolvieron los 450 mil pesos que pagué en efectivo pero no los 300 mil de la tarjeta de crédito dizque porque ya habían entrado en caja. Para mayor sorpresa con el seguro de los 10 salarios mínimos mensuales a los familiares de Venancio no les corresponde pagar por la exhumación de sus restos y también cubrió el pago del osario para siempre, además agregaron otra corona más grande y lujosa y un bus más para el transporte de los acompañantes al cementerio, porque yo les dije que uno era suficiente.

En todo caso me quedó la sensación de que le están sacando provecho indebido a los auxilios funerarios, que son millones, ya que todos los que tienen seguridad social tienen derecho a este beneficio y a estos agréguele los muertos en accidentes de tránsito.

Columnista
11 febrero, 2016

La ubicua corrupción

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Por las frecuentes denuncias de sobornos contra los policías vigilantes del tránsito de Valledupar, para evitar el pago de los comparendos por infracciones al reglamento vial, el comandante de la Policía en el departamento del Cesar, coronel Diego Rosero Giraldo, ha anunciado que cambiará estos policías por otros procedentes de otras ciudades. Y que abrirá […]


Por las frecuentes denuncias de sobornos contra los policías vigilantes del tránsito de Valledupar, para evitar el pago de los comparendos por infracciones al reglamento vial, el comandante de la Policía en el departamento del Cesar, coronel Diego Rosero Giraldo, ha anunciado que cambiará estos policías por otros procedentes de otras ciudades. Y que abrirá investigación formal con la ayuda de la ciudadanía, cuyo propósito es enjuiciar a los agentes involucrados en dicho cohecho. Además incorporará mujeres policías en el control del movimiento vehicular, teniendo en cuenta que la mujer es símbolo de honradez.

Tal medida es risible ante la ubicuidad de la corrupción en nuestro país, porque el común de las gentes le saca provecho a todo, muy a menudo de manera ilegal. Al respecto comento mi más reciente vivencia.

A raíz del fallecimiento de mi hermano Venancio, que por ser sargento retirado del Ejército tenía seguro para sus gastos fúnebres, cuando fui a la funeraria me mostraron los ataúdes que entregan por el seguro funeral, si escogía otro mejor me tocaba pagar el excedente, me conformé con uno de los ofrecidos.

Entonces le dije a quién me atendió en la funeraria, que el cadáver duraría más de 48 horas en velación mientras llegaban los hijos ausentes del difunto, me responde que el seguro funerario solo cubre 24 horas, de ahí en adelante sus familiares tienen que pagar 35 mil pesos por cada hora excedente, además me informó que por el embalsamiento del cadáver para velarlo durante el tiempo estipulado había que pagar 300 mil pesos.

Pedí rebaja y me dejaron todo en 750 mil pesos, de los cuales cancelé 450 mil en efectivo y 300 mil con tarjeta de crédito. También me informaron que los restos mortales los mantenían en la bóveda del cementerio durante cuatro años, pasado este tiempo los familiares tenían que pagar la exhumación y me ofrecieron un osario que se podía comprar por cuotas mensuales.

Uno de los empleados de la funeraria me entregó un documento que es un poder donde los parientes del difunto autorizan al Ejército a pagarle el auxilio funerario al propietario de la funeraria, el monto de este auxilio era por cinco salarios mínimos mensuales, casi tres millones quinientos mil pesos. Le mostré el poder a un sargento retirado amigo de mi hermano y me dijo que le extrañaba la cantidad de dinero, porque ellos tenían derecho hasta 10 salarios mínimos.

Recordé la muerte de mi madre, cuyo funeral lo pagó el seguro funerario de mi hermano Hernán, suboficial retirado de la Fuerza Naval, en esa ocasión en otra funeraria de Valledupar pagué 200 mil pesos por el cambio del féretro y 300 mil por tres buses más ya que el seguro solo cubría un bus para transportar a los acompañantes al cementerio.

Invité al sargento en mención a la administración de la funeraria de ahora, donde reclamé por el excedente que me habían cobrado, si mi hermano Venancio tenía derecho hasta 10 salarios mínimos, por ende no se justificada el cobro de excedentes y requerí una explicación clara. Me dijeron que regresara después por el esclarecimiento, me dijeron que yo tenía razón.

En fin, me devolvieron los 450 mil pesos que pagué en efectivo pero no los 300 mil de la tarjeta de crédito dizque porque ya habían entrado en caja. Para mayor sorpresa con el seguro de los 10 salarios mínimos mensuales a los familiares de Venancio no les corresponde pagar por la exhumación de sus restos y también cubrió el pago del osario para siempre, además agregaron otra corona más grande y lujosa y un bus más para el transporte de los acompañantes al cementerio, porque yo les dije que uno era suficiente.

En todo caso me quedó la sensación de que le están sacando provecho indebido a los auxilios funerarios, que son millones, ya que todos los que tienen seguridad social tienen derecho a este beneficio y a estos agréguele los muertos en accidentes de tránsito.