Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 18 julio, 2018

La televisión que ven nuestros niños

Ya es vieja la discusión, aunque siempre de actualidad, acerca del influjo que la televisión y ahora los tales celulares ejercen en el comportamiento, actitud y formación de nuestros niños. ¿Contribuye la llamada Programación Infantil y estos aparatos celulares a crear nuevos ciudadanos, nuevos líderes preparados para asumir con acierto la conducción del país cuando […]

Ya es vieja la discusión, aunque siempre de actualidad, acerca del influjo que la televisión y ahora los tales celulares ejercen en el comportamiento, actitud y formación de nuestros niños.

¿Contribuye la llamada Programación Infantil y estos aparatos celulares a crear nuevos ciudadanos, nuevos líderes preparados para asumir con acierto la conducción del país cuando les llegue el momento de hacerlo? Quizá sea exagerado echar sobre los hombros de la televisión o celulares todo el peso de la responsabilidad del fracaso, o todo el mérito del éxito de las generaciones que hoy viven su infancia.

Por ejemplo, la televisión es sólo uno entre los varios factores que influyen en la educación de los niños, de los adolescentes y de los jóvenes, y su importancia depende en mucho del conocimiento que sobre los niños tengan los encargados de elaborar la programación de las “franjas u horarios infantiles”.

El criterio de elaboración de programas infantiles está orientado, básicamente es una necesidad comercial que satisfaga las expectativas de venta de los anunciadores y que ve en los niños clientes potenciales para los productos que se publicitan.

Los niños, que no son compradores directos, suelen tener considerable influencia a la hora de las compras, y es aquí donde se vuelven sujetos de interés en el mundo de la televisión.

Dentro de la televisión comercial no es mucho lo que se pueda hacer al respecto. Las programadoras viven de la publicidad, y los anunciadores les apuntan a los programas que tengan un rating más elevado. Si estos programas son de excelente, mediana o poca calidad, no es un elemento que decida en su escogencia para la emisión, sino la aceptación que tengan entre el público infantil.

La falla está en la falta de programación creativa capaz de atraer la atención de los niños y de educarlos sin dejar de divertirlos.

La televisión que ven nuestros niños no es muy diferente de la que ven los niños del resto del mundo, debido a la globalización; pero sí necesitamos producir programas originales, atractivos, que le inculquen a la niñez el sentido de pertenencia y de responsabilidad con su país y con ella misma, y que cumplan con un compromiso social más decidido y evidente con su fundamental papel educador.

Como es mi costumbre, trataré otros temitas: Comenzaré por solicitarle a mi amigo coronel Pedraza que la Plaza Alfonso López está insegura y le falta más vigilancia. Que hay que recordarles a las autoridades que hay que tener una vigilancia permanente sobre los venezolanos, nos han llegado los más peligrosos. Sigo insistiendo en la Secretaría de la Seguridad. Y finalmente, la confianza que sentimos los vallenatos por estar en manos de un excelente alcalde “Tuto” Uhía y de magníficos secretarios Arzuza, Morón, Daza, Fuentes, verdaderamente preparados para el oficio que les encomendó el alcalde, ayudarán a que las cosas funcionen mejor y más aprisa. Pero, como advirtió el alcalde, aunque todos trabajen sin descanso no podrán hacer milagros. Luego habrá que darle tiempo al tiempo.

Pero bueno sería que cada uno pusiera su granito de arena. La ventaja de “Tuto” Uhía es que está gobernando para todos.

Por: Alberto Herazo

Columnista
18 julio, 2018

La televisión que ven nuestros niños

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alberto Herazo P.

Ya es vieja la discusión, aunque siempre de actualidad, acerca del influjo que la televisión y ahora los tales celulares ejercen en el comportamiento, actitud y formación de nuestros niños. ¿Contribuye la llamada Programación Infantil y estos aparatos celulares a crear nuevos ciudadanos, nuevos líderes preparados para asumir con acierto la conducción del país cuando […]


Ya es vieja la discusión, aunque siempre de actualidad, acerca del influjo que la televisión y ahora los tales celulares ejercen en el comportamiento, actitud y formación de nuestros niños.

¿Contribuye la llamada Programación Infantil y estos aparatos celulares a crear nuevos ciudadanos, nuevos líderes preparados para asumir con acierto la conducción del país cuando les llegue el momento de hacerlo? Quizá sea exagerado echar sobre los hombros de la televisión o celulares todo el peso de la responsabilidad del fracaso, o todo el mérito del éxito de las generaciones que hoy viven su infancia.

Por ejemplo, la televisión es sólo uno entre los varios factores que influyen en la educación de los niños, de los adolescentes y de los jóvenes, y su importancia depende en mucho del conocimiento que sobre los niños tengan los encargados de elaborar la programación de las “franjas u horarios infantiles”.

El criterio de elaboración de programas infantiles está orientado, básicamente es una necesidad comercial que satisfaga las expectativas de venta de los anunciadores y que ve en los niños clientes potenciales para los productos que se publicitan.

Los niños, que no son compradores directos, suelen tener considerable influencia a la hora de las compras, y es aquí donde se vuelven sujetos de interés en el mundo de la televisión.

Dentro de la televisión comercial no es mucho lo que se pueda hacer al respecto. Las programadoras viven de la publicidad, y los anunciadores les apuntan a los programas que tengan un rating más elevado. Si estos programas son de excelente, mediana o poca calidad, no es un elemento que decida en su escogencia para la emisión, sino la aceptación que tengan entre el público infantil.

La falla está en la falta de programación creativa capaz de atraer la atención de los niños y de educarlos sin dejar de divertirlos.

La televisión que ven nuestros niños no es muy diferente de la que ven los niños del resto del mundo, debido a la globalización; pero sí necesitamos producir programas originales, atractivos, que le inculquen a la niñez el sentido de pertenencia y de responsabilidad con su país y con ella misma, y que cumplan con un compromiso social más decidido y evidente con su fundamental papel educador.

Como es mi costumbre, trataré otros temitas: Comenzaré por solicitarle a mi amigo coronel Pedraza que la Plaza Alfonso López está insegura y le falta más vigilancia. Que hay que recordarles a las autoridades que hay que tener una vigilancia permanente sobre los venezolanos, nos han llegado los más peligrosos. Sigo insistiendo en la Secretaría de la Seguridad. Y finalmente, la confianza que sentimos los vallenatos por estar en manos de un excelente alcalde “Tuto” Uhía y de magníficos secretarios Arzuza, Morón, Daza, Fuentes, verdaderamente preparados para el oficio que les encomendó el alcalde, ayudarán a que las cosas funcionen mejor y más aprisa. Pero, como advirtió el alcalde, aunque todos trabajen sin descanso no podrán hacer milagros. Luego habrá que darle tiempo al tiempo.

Pero bueno sería que cada uno pusiera su granito de arena. La ventaja de “Tuto” Uhía es que está gobernando para todos.

Por: Alberto Herazo