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Editorial - 17 enero, 2018

La salvación del PAE

Como olvidar las fotografías que circularon en redes sociales para mostrar las raciones que recibían los estudiantes de colegios públicos a través del Programa de Alimentación Escolar: alimentos en mal estado, niños sentados en el suelo, comiendo con las manos, utensilios de segunda, entre otras falencias operativas, que develaron que más allá había un entramado […]

Como olvidar las fotografías que circularon en redes sociales para mostrar las raciones que recibían los estudiantes de colegios públicos a través del Programa de Alimentación Escolar: alimentos en mal estado, niños sentados en el suelo, comiendo con las manos, utensilios de segunda, entre otras falencias operativas, que develaron que más allá había un entramado de corrupción que impedía que los beneficiarios del Programa recibieran la ración alimenticia que estipulaba el Gobierno Nacional, y lo que era peor, operadores de mala conducta.

Un hecho tras otro hecho fue armado el rompecabezas de la corrupción del PAE, que terminó con las costosas pechugas de pollo que compraban en Cartagena ($ 40.000 cada una).

Las irregularidades en la ejecución de los millonarios recursos de la alimentación escolar fueron transversales en todas las regiones. De esta situación no se salvó nadie, ni el Cesar.

Hoy celebramos que estén pensando seriamente en reformar el Programa de Alimentación Escolar de Colombia, que bastantes dolores de cabeza ha causado en su implementación. Desde diciembre del año pasado, el Procurador General de la Nación pidió la revisión y evaluación del modelo actual de la prestación del Programa de Alimentación Escolar.

Hasta ahora se han desarrollado varias reuniones entre el Ministerio de Hacienda y la Procuraduría General para revisar cifras y propuestas que permitan dar un uso más eficiente de los recursos destinados al PAE, y además han analizado alternativas para tener información de todas las fuentes que contribuyen al programa, no solo las de la Nación.

Las clases deben iniciar el próximo cinco de febrero, y aun, por lo menos en las secretarias de Educación municipal (Valledupar) y departamental todavía no tienen definidos quienes serán prestadores de los servicios de transporte, alimentación, vigilancia, administrativo y aseo. En el caso de Valledupar, el contrato del PAE será adjudicado el día siete de febrero, por valor de aproximadamente $ 15 mil millones.

El PAE tiene salvación, los estudiantes de colegios públicos que muchas veces no tienen que comer en sus casas, pueden recibir una ración decente de alimentos, nutritivos y en buen estado, claro está, si no se roban la plata, si los contratistas y operadores son honestos y no juegan con los dineros de la alimentación, si los padres de familia se convierten en veedores naturales del Programa, si los profesores y rectores también hacen lo mismo, si la corrupción se acaba. Son más de $ 600.000 millones, que permiten que se entreguen más de cinco millones de raciones diarias a estudiantes de todo el país.

En Valledupar son cerca de 80 mil estudiantes los que hacen parte del sistema educativo público, y en los otros 24 municipios del Cesar la cifra supera los 128 mil. Para ellos, el PAE debe salvarse.

Editorial
17 enero, 2018

La salvación del PAE

Como olvidar las fotografías que circularon en redes sociales para mostrar las raciones que recibían los estudiantes de colegios públicos a través del Programa de Alimentación Escolar: alimentos en mal estado, niños sentados en el suelo, comiendo con las manos, utensilios de segunda, entre otras falencias operativas, que develaron que más allá había un entramado […]


Como olvidar las fotografías que circularon en redes sociales para mostrar las raciones que recibían los estudiantes de colegios públicos a través del Programa de Alimentación Escolar: alimentos en mal estado, niños sentados en el suelo, comiendo con las manos, utensilios de segunda, entre otras falencias operativas, que develaron que más allá había un entramado de corrupción que impedía que los beneficiarios del Programa recibieran la ración alimenticia que estipulaba el Gobierno Nacional, y lo que era peor, operadores de mala conducta.

Un hecho tras otro hecho fue armado el rompecabezas de la corrupción del PAE, que terminó con las costosas pechugas de pollo que compraban en Cartagena ($ 40.000 cada una).

Las irregularidades en la ejecución de los millonarios recursos de la alimentación escolar fueron transversales en todas las regiones. De esta situación no se salvó nadie, ni el Cesar.

Hoy celebramos que estén pensando seriamente en reformar el Programa de Alimentación Escolar de Colombia, que bastantes dolores de cabeza ha causado en su implementación. Desde diciembre del año pasado, el Procurador General de la Nación pidió la revisión y evaluación del modelo actual de la prestación del Programa de Alimentación Escolar.

Hasta ahora se han desarrollado varias reuniones entre el Ministerio de Hacienda y la Procuraduría General para revisar cifras y propuestas que permitan dar un uso más eficiente de los recursos destinados al PAE, y además han analizado alternativas para tener información de todas las fuentes que contribuyen al programa, no solo las de la Nación.

Las clases deben iniciar el próximo cinco de febrero, y aun, por lo menos en las secretarias de Educación municipal (Valledupar) y departamental todavía no tienen definidos quienes serán prestadores de los servicios de transporte, alimentación, vigilancia, administrativo y aseo. En el caso de Valledupar, el contrato del PAE será adjudicado el día siete de febrero, por valor de aproximadamente $ 15 mil millones.

El PAE tiene salvación, los estudiantes de colegios públicos que muchas veces no tienen que comer en sus casas, pueden recibir una ración decente de alimentos, nutritivos y en buen estado, claro está, si no se roban la plata, si los contratistas y operadores son honestos y no juegan con los dineros de la alimentación, si los padres de familia se convierten en veedores naturales del Programa, si los profesores y rectores también hacen lo mismo, si la corrupción se acaba. Son más de $ 600.000 millones, que permiten que se entreguen más de cinco millones de raciones diarias a estudiantes de todo el país.

En Valledupar son cerca de 80 mil estudiantes los que hacen parte del sistema educativo público, y en los otros 24 municipios del Cesar la cifra supera los 128 mil. Para ellos, el PAE debe salvarse.