Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 4 junio, 2017

La saga de los Buendía

Gabriel García Márquez en ‘Cien años de soledad’ plasmó la epopeya de su familia materna, solo que como extraordinario narrador y ahí es donde reside la magia de la literatura; puedes crear o transformar un mundo, como el autor quiera. ‘Gabo’ toma la confrontación bipartidista de liberales y conservadores, con sus actores de carne y […]

Gabriel García Márquez en ‘Cien años de soledad’ plasmó la epopeya de su familia materna, solo que como extraordinario narrador y ahí es donde reside la magia de la literatura; puedes crear o transformar un mundo, como el autor quiera. ‘Gabo’ toma la confrontación bipartidista de liberales y conservadores, con sus actores de carne y hueso, entre ellos su abuelo Nicolás Ricardo Márquez Cotes (José Arcadio Buendía), y a partir de este apellido, que en realidad es el de un coronel veterano de la Guerra de los Mil Días, oriundo del Socorro, Santander; junto a otro como Clemente Escalona, padre de Rafael; todos ellos por el partido Liberal.

En su Nobel obra, García, quien nació en 1927, registra la historia de una familia de siete generaciones, con 47 personajes, de los cuales hay 17 Aureliano; esta obra es publicada en 1967, y él muere un 17 de abril. ¿Coincidencia? ¿Perfección? ¿Caprichos del destino? o ¿Realismo mágico?

La saga de los Buendía inicia con el matrimonio de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, quienes eran primos; más la novela, arranca cuando van a fusilar al coronel Aureliano Buendía y termina con Aureliano Babilonia Buendía (porque su hijo es el último nacimiento de la estirpe, pero es el penúltimo en morir), cuando es devorado por el huracán bíblico, momentos en que descifraba las claves definitivas del gitano Melquíades, y vio el epígrafe de los pergaminos perfectamente ordenado en el tiempo y el espacio de los hombres: El primero de la estirpe está amarrado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas. Aureliano Junior Babilonia Buendía, hijo de Aureliano Babilonia Buendía (hijo éste de Mauricio Babilonia y Meme Buendía del Carpio) y Amaranta Úrsula Buendía del Carpio, quienes eran sobrino y tía, respectivamente, sin que ellos lo supieran. Fue una familia que se dejó seducir (embaucar) por la política, es por ello que tanto Macondo como sus fundadores fueron borrados de la faz de la Tierra.

José Arcadio, visionario siempre, procuró que Macondo estuviera conectada con otras comunidades, aunque había considerado no conseguirlo. Por eso, se sorprendió cuando los gitanos llegaron por vez primera, les preguntó ¿qué cómo habían encontrado al pueblo? A lo que le respondieron que por el canto de los pájaros. Para la época en la aldea en las casas existían grandes jaulas donde tenían aves de diversos tonos de cantos, imaginémonos entonces una sinfónica canora. Caso similar ocurre con Valledupar, que a pesar que es una ciudad costeña, que no tiene mar y, está ligeramente escondida, las notas de los acordeones, caja y guacharaca, atraen e indican su camino.

COLOFÓN: El nombre de Prudencio Aguilar, personaje de ‘Cien años de soledad’, nació del de un campesino de Manaure, Cesar, a quien Escalona hizo pasar ante ‘Gabo’ como nieto de Medardo Pacheco (el hombre que su abuelo había dado muerte, en un duelo de honor, en la gallera de Barrancas La Guajira).

Por Álvaro Baute Sierra

 

Columnista
4 junio, 2017

La saga de los Buendía

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
El Pilón

Gabriel García Márquez en ‘Cien años de soledad’ plasmó la epopeya de su familia materna, solo que como extraordinario narrador y ahí es donde reside la magia de la literatura; puedes crear o transformar un mundo, como el autor quiera. ‘Gabo’ toma la confrontación bipartidista de liberales y conservadores, con sus actores de carne y […]


Gabriel García Márquez en ‘Cien años de soledad’ plasmó la epopeya de su familia materna, solo que como extraordinario narrador y ahí es donde reside la magia de la literatura; puedes crear o transformar un mundo, como el autor quiera. ‘Gabo’ toma la confrontación bipartidista de liberales y conservadores, con sus actores de carne y hueso, entre ellos su abuelo Nicolás Ricardo Márquez Cotes (José Arcadio Buendía), y a partir de este apellido, que en realidad es el de un coronel veterano de la Guerra de los Mil Días, oriundo del Socorro, Santander; junto a otro como Clemente Escalona, padre de Rafael; todos ellos por el partido Liberal.

En su Nobel obra, García, quien nació en 1927, registra la historia de una familia de siete generaciones, con 47 personajes, de los cuales hay 17 Aureliano; esta obra es publicada en 1967, y él muere un 17 de abril. ¿Coincidencia? ¿Perfección? ¿Caprichos del destino? o ¿Realismo mágico?

La saga de los Buendía inicia con el matrimonio de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, quienes eran primos; más la novela, arranca cuando van a fusilar al coronel Aureliano Buendía y termina con Aureliano Babilonia Buendía (porque su hijo es el último nacimiento de la estirpe, pero es el penúltimo en morir), cuando es devorado por el huracán bíblico, momentos en que descifraba las claves definitivas del gitano Melquíades, y vio el epígrafe de los pergaminos perfectamente ordenado en el tiempo y el espacio de los hombres: El primero de la estirpe está amarrado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas. Aureliano Junior Babilonia Buendía, hijo de Aureliano Babilonia Buendía (hijo éste de Mauricio Babilonia y Meme Buendía del Carpio) y Amaranta Úrsula Buendía del Carpio, quienes eran sobrino y tía, respectivamente, sin que ellos lo supieran. Fue una familia que se dejó seducir (embaucar) por la política, es por ello que tanto Macondo como sus fundadores fueron borrados de la faz de la Tierra.

José Arcadio, visionario siempre, procuró que Macondo estuviera conectada con otras comunidades, aunque había considerado no conseguirlo. Por eso, se sorprendió cuando los gitanos llegaron por vez primera, les preguntó ¿qué cómo habían encontrado al pueblo? A lo que le respondieron que por el canto de los pájaros. Para la época en la aldea en las casas existían grandes jaulas donde tenían aves de diversos tonos de cantos, imaginémonos entonces una sinfónica canora. Caso similar ocurre con Valledupar, que a pesar que es una ciudad costeña, que no tiene mar y, está ligeramente escondida, las notas de los acordeones, caja y guacharaca, atraen e indican su camino.

COLOFÓN: El nombre de Prudencio Aguilar, personaje de ‘Cien años de soledad’, nació del de un campesino de Manaure, Cesar, a quien Escalona hizo pasar ante ‘Gabo’ como nieto de Medardo Pacheco (el hombre que su abuelo había dado muerte, en un duelo de honor, en la gallera de Barrancas La Guajira).

Por Álvaro Baute Sierra