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Columnista - 14 enero, 2013

La rambla va

Un destino turístico no se hace solo. Valledupar para que sea turísticamente viable, debe ser sometida a un proceso de recuperación física y reposicionamiento

Por: Franklin Daza Suárez  @franklindaza 

Un destino turístico no se hace solo. Valledupar para que sea turísticamente viable, debe ser sometida a un proceso de recuperación física y reposicionamiento, resultado de fuertes alianzas público privadas que permitan convertirla en  el destino turístico revelación de Colombia dentro de unos 3 o 5 años. Es una decisión que se toma, se hace o no se hace.

Una cosa es un destino turístico, otra un producto turístico y otra muy diferente un paquete turístico. Pero las tres condiciones se deben dar para que empecemos a ver una nueva dinámica en este aspecto que a mi juicio, es el sector económico que puede darle un vuelco a muchos de los problemas sociales que vive hoy nuestra ciudad y al parecer, tanto nuestro Alcalde como nuestro Gobernador así lo han entendido. 

Guardando las proporciones tanto históricas, urbanísticas y culturales, me atrevo a afirmar que un tramo de la avenida Simón Bolívar podríamos convertirlo en nuestra Rambla criolla. Más ahora cuando su hermosa arborización se ve resaltada por una interesante propuesta de arte urbano liderada por la Administración Departamental y que en pocos días será un verdadero atractivo turístico de nuestra ciudad.

Sus características ambientales y urbanísticas, especialmente desde el Inspecam hasta el Pedazo de Acordeón, permiten pensar en emular ese gran espacio de convivencia multicultural que es la Rambla en la ciudad de Barcelona. Al margen de la riqueza arquitectónica e histórica que tienen muchas edificaciones aledañas a la vía Catalana, veo muchos aspectos que funcionarían perfectamente en nuestra principal arteria vial. No es si no imaginarla cuando esté totalmente terminada y con el sistema de transporte en pleno funcionamiento, con sus andenes, mobiliario urbano, señalización e iluminación al servicio de todos los vallenatos y turistas, para pensar que se convertirá no sólo en una vía para transitar sino para vivirla y disfrutarla.

En su bulevar que tiene una amplitud suficiente para recorrerlo con seguridad y tranquilidad, pueden perfectamente funcionar actividades complementarias al turismo como venta de dulces típicos, frutas, jugos, periódicos, tiendas artesanales, pintores, arte callejero, estatuas humanas, mercado de las pulgas y un sinnúmero de actividades que son las que hoy le dan identidad y reconocimiento mundial a la rambla española. Todo ello respaldado con la implementación de una normatividad de uso estricto para que no vaya a convertirse en otro mercado persa como los que tenemos diseminados en varios sectores de la ciudad. 

Y allí está la clave, en que la administración municipal aplique con rigor las normas de uso del suelo, las normas de tránsito y se estructure todo un esquema que permita convertirla en un producto turístico. Estableciendo un concurso de diseño para la adecuación de las  casetas, módulos y espacios de venta que sean también parte del atractivo que seguramente cada año adquirirá más fuerza e interés para todo turista que venga a la tierra del vallenato.

Cuando entendamos que el turista no necesariamente viene pensando en grandes construcciones y mega obras para visitar, sino las pequeñas cosas que cuentan una historia, sitios que evocan un pasado o costumbres que identifican un pueblo, nos daremos cuenta que en este pedazo de Colombia tenemos todo servido para ser ese gran destino turístico que muchos en Colombia y el mundo querrán conocer. 

Columnista
14 enero, 2013

La rambla va

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Franklin Daza Suarez

Un destino turístico no se hace solo. Valledupar para que sea turísticamente viable, debe ser sometida a un proceso de recuperación física y reposicionamiento


Por: Franklin Daza Suárez  @franklindaza 

Un destino turístico no se hace solo. Valledupar para que sea turísticamente viable, debe ser sometida a un proceso de recuperación física y reposicionamiento, resultado de fuertes alianzas público privadas que permitan convertirla en  el destino turístico revelación de Colombia dentro de unos 3 o 5 años. Es una decisión que se toma, se hace o no se hace.

Una cosa es un destino turístico, otra un producto turístico y otra muy diferente un paquete turístico. Pero las tres condiciones se deben dar para que empecemos a ver una nueva dinámica en este aspecto que a mi juicio, es el sector económico que puede darle un vuelco a muchos de los problemas sociales que vive hoy nuestra ciudad y al parecer, tanto nuestro Alcalde como nuestro Gobernador así lo han entendido. 

Guardando las proporciones tanto históricas, urbanísticas y culturales, me atrevo a afirmar que un tramo de la avenida Simón Bolívar podríamos convertirlo en nuestra Rambla criolla. Más ahora cuando su hermosa arborización se ve resaltada por una interesante propuesta de arte urbano liderada por la Administración Departamental y que en pocos días será un verdadero atractivo turístico de nuestra ciudad.

Sus características ambientales y urbanísticas, especialmente desde el Inspecam hasta el Pedazo de Acordeón, permiten pensar en emular ese gran espacio de convivencia multicultural que es la Rambla en la ciudad de Barcelona. Al margen de la riqueza arquitectónica e histórica que tienen muchas edificaciones aledañas a la vía Catalana, veo muchos aspectos que funcionarían perfectamente en nuestra principal arteria vial. No es si no imaginarla cuando esté totalmente terminada y con el sistema de transporte en pleno funcionamiento, con sus andenes, mobiliario urbano, señalización e iluminación al servicio de todos los vallenatos y turistas, para pensar que se convertirá no sólo en una vía para transitar sino para vivirla y disfrutarla.

En su bulevar que tiene una amplitud suficiente para recorrerlo con seguridad y tranquilidad, pueden perfectamente funcionar actividades complementarias al turismo como venta de dulces típicos, frutas, jugos, periódicos, tiendas artesanales, pintores, arte callejero, estatuas humanas, mercado de las pulgas y un sinnúmero de actividades que son las que hoy le dan identidad y reconocimiento mundial a la rambla española. Todo ello respaldado con la implementación de una normatividad de uso estricto para que no vaya a convertirse en otro mercado persa como los que tenemos diseminados en varios sectores de la ciudad. 

Y allí está la clave, en que la administración municipal aplique con rigor las normas de uso del suelo, las normas de tránsito y se estructure todo un esquema que permita convertirla en un producto turístico. Estableciendo un concurso de diseño para la adecuación de las  casetas, módulos y espacios de venta que sean también parte del atractivo que seguramente cada año adquirirá más fuerza e interés para todo turista que venga a la tierra del vallenato.

Cuando entendamos que el turista no necesariamente viene pensando en grandes construcciones y mega obras para visitar, sino las pequeñas cosas que cuentan una historia, sitios que evocan un pasado o costumbres que identifican un pueblo, nos daremos cuenta que en este pedazo de Colombia tenemos todo servido para ser ese gran destino turístico que muchos en Colombia y el mundo querrán conocer.