Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 19 febrero, 2010

La Música de la Región Caribe

Por: Jorge Naín Ruíz. El artículo 286 de la Constitución Política Colombiana promulgada en el año 1991, estableció que las entidades territoriales en Colombia serían: “Los departamentos, los distritos, los municipios y los territorios indígenas”. En su inciso segundo dice: “La Ley podrá darles el carácter de entidades territoriales a las regiones y provincias que […]

Por: Jorge Naín Ruíz.

El artículo 286 de la Constitución Política Colombiana promulgada en el año 1991, estableció que las entidades territoriales en Colombia serían: “Los departamentos, los distritos, los municipios y los territorios indígenas”. En su inciso segundo dice: “La Ley podrá darles el carácter de entidades territoriales a las regiones y provincias que se constituyan en los términos de la Constitución y de la ley.”
El Congreso de la República de Colombia recibió un mandato constitucional perentorio de dar a luz la Ley orgánica de ordenamiento territorial, que a su vez le daría vida jurídica a aquellas regiones y provincias que se quisieran constituir como tales: las regiones  conformadas por dos o más departamentos, y las provincias, por dos o más municipios.
Nuestra hermosa Región Caribe, clara y geográficamente demarcada e integrada por los departamentos de Cesar, Guajira, Magdalena, Bolívar, Sucre, Córdoba, Atlántico y San Andrés Islas, vilipendiada y menospreciada por el centralismo político, social y económico, durante toda la historia de Colombia como nación independiente, se levanta del letargo en que ha vivido por varios siglos y exige mediante el voto popular el próximo 14 de marzo que nuestros padres de la Patria nos permitan, previos todos los trámites legales  y en el marco de la Constitución y de la República unitaria de Colombia, ser la gloriosa Región Caribe con autonomía política, administrativa y financiera, que permita recibir de la nación un trato digno y acorde con el aporte que le hacemos a la unidad y a la economía nacional.
Por sólo mencionar algunos factores de discriminación económica y social en que vivimos, los promotores de la iniciativa me aportan algunas cifras: “La costa representa el 21,3% de la población total del país pero su participación es del 14,3% en el Producto Interno Bruto, por debajo de Bogotá que tiene el 25,9 por ciento (con el 16,3% de la población) y de Antioquia que tiene el 14,5 por ciento (con el 13,5% de la población). Mientras la Costa recibe 617.728 pesos para atender a cada uno de sus pobres, a Bogotá se le otorga más del doble: 1’395.238 pesos. El crecimiento promedio de la región en los últimos años ha sido de 5,4 por ciento, inferior al crecimiento del PIB nacional que es de 6,78 por ciento. La tasa de analfabetismo es del 9,49% que es casi el doble del promedio nacional (5,67%) y casi 6 veces la de Bogotá (1,59%)”.
Sintiéndonos orgullosamente colombianos, nuestra gloriosa Región Caribe no pretende independencia absoluta pero sí la autonomía  requerida para el desarrollo de nuestros pueblos; por eso indudablemente tendremos nuestra bandera, nuestro himno, nuestro escudo; en general todos nuestros símbolos regionales y la pregunta que no puede faltar en esta columna ¿y cual será nuestra música predilecta?, pues tenemos diversidad cultural y musical; podemos convivir entre porros, cumbias, fandangos, bullerengues, mapalés, garabatos, tamboras, chandés, champetas, reggaes, calipsos y – sin duda- la reina va a ser la música vallenata con sus cuatro aires auténticos y sus derivaciones  como la guaracha, el pasebol y la tamborera, entre otros.
Si somos la música representativa de Colombia, resulta casi obvio que nos tomaremos la gloriosa Región Caribe para desde allí y con el apoyo de todo el territorio nacional impulsar nuestro folclor en todos los rincones del mundo, como hasta ahora lo hemos venido haciendo.
Por eso esta columna hoy invita a todos los costeños a ser un solo cuerpo para sobrepasar la meta propuesta de un millón de votos el próximo 14 de marzo y decirles a nuestros padres de la patria que les exigimos la Ley orgánica de ordenamiento territorial que nos permita ser la primera Región de Colombia con autonomía administrativa, política y económica.
COLOFON: Los concursos, festivales y competencias de música nacen, crecen, algunos desaparecen, otros van poco a poco perdiendo importancia, como es el caso del Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquilla, más conocido como el Congo de Oro, yo recuerdo que por las décadas de los 80 y 90 nuestros conjuntos vallenatos se preparaban para llevarse el Congo de Oro, porque era una presea a la que se le hacía bastante despliegue publicitario, incluso durante el año anterior cada grupo escogía y grababa una canción alegre exclusivamente para participar en el carnaval, como han cambiado las cosas, ese concurso lo han dejado decaer a tal punto que ninguno de nuestros conjuntos tiene como propósito llevarse el Congo de Oro en la categoría vallenato, mejor dicho como diría Horacio Serpa el Congo de Oro hoy en día no es “ni chicha ni limoná”.

Columnista
19 febrero, 2010

La Música de la Región Caribe

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Por: Jorge Naín Ruíz. El artículo 286 de la Constitución Política Colombiana promulgada en el año 1991, estableció que las entidades territoriales en Colombia serían: “Los departamentos, los distritos, los municipios y los territorios indígenas”. En su inciso segundo dice: “La Ley podrá darles el carácter de entidades territoriales a las regiones y provincias que […]


Por: Jorge Naín Ruíz.

El artículo 286 de la Constitución Política Colombiana promulgada en el año 1991, estableció que las entidades territoriales en Colombia serían: “Los departamentos, los distritos, los municipios y los territorios indígenas”. En su inciso segundo dice: “La Ley podrá darles el carácter de entidades territoriales a las regiones y provincias que se constituyan en los términos de la Constitución y de la ley.”
El Congreso de la República de Colombia recibió un mandato constitucional perentorio de dar a luz la Ley orgánica de ordenamiento territorial, que a su vez le daría vida jurídica a aquellas regiones y provincias que se quisieran constituir como tales: las regiones  conformadas por dos o más departamentos, y las provincias, por dos o más municipios.
Nuestra hermosa Región Caribe, clara y geográficamente demarcada e integrada por los departamentos de Cesar, Guajira, Magdalena, Bolívar, Sucre, Córdoba, Atlántico y San Andrés Islas, vilipendiada y menospreciada por el centralismo político, social y económico, durante toda la historia de Colombia como nación independiente, se levanta del letargo en que ha vivido por varios siglos y exige mediante el voto popular el próximo 14 de marzo que nuestros padres de la Patria nos permitan, previos todos los trámites legales  y en el marco de la Constitución y de la República unitaria de Colombia, ser la gloriosa Región Caribe con autonomía política, administrativa y financiera, que permita recibir de la nación un trato digno y acorde con el aporte que le hacemos a la unidad y a la economía nacional.
Por sólo mencionar algunos factores de discriminación económica y social en que vivimos, los promotores de la iniciativa me aportan algunas cifras: “La costa representa el 21,3% de la población total del país pero su participación es del 14,3% en el Producto Interno Bruto, por debajo de Bogotá que tiene el 25,9 por ciento (con el 16,3% de la población) y de Antioquia que tiene el 14,5 por ciento (con el 13,5% de la población). Mientras la Costa recibe 617.728 pesos para atender a cada uno de sus pobres, a Bogotá se le otorga más del doble: 1’395.238 pesos. El crecimiento promedio de la región en los últimos años ha sido de 5,4 por ciento, inferior al crecimiento del PIB nacional que es de 6,78 por ciento. La tasa de analfabetismo es del 9,49% que es casi el doble del promedio nacional (5,67%) y casi 6 veces la de Bogotá (1,59%)”.
Sintiéndonos orgullosamente colombianos, nuestra gloriosa Región Caribe no pretende independencia absoluta pero sí la autonomía  requerida para el desarrollo de nuestros pueblos; por eso indudablemente tendremos nuestra bandera, nuestro himno, nuestro escudo; en general todos nuestros símbolos regionales y la pregunta que no puede faltar en esta columna ¿y cual será nuestra música predilecta?, pues tenemos diversidad cultural y musical; podemos convivir entre porros, cumbias, fandangos, bullerengues, mapalés, garabatos, tamboras, chandés, champetas, reggaes, calipsos y – sin duda- la reina va a ser la música vallenata con sus cuatro aires auténticos y sus derivaciones  como la guaracha, el pasebol y la tamborera, entre otros.
Si somos la música representativa de Colombia, resulta casi obvio que nos tomaremos la gloriosa Región Caribe para desde allí y con el apoyo de todo el territorio nacional impulsar nuestro folclor en todos los rincones del mundo, como hasta ahora lo hemos venido haciendo.
Por eso esta columna hoy invita a todos los costeños a ser un solo cuerpo para sobrepasar la meta propuesta de un millón de votos el próximo 14 de marzo y decirles a nuestros padres de la patria que les exigimos la Ley orgánica de ordenamiento territorial que nos permita ser la primera Región de Colombia con autonomía administrativa, política y económica.
COLOFON: Los concursos, festivales y competencias de música nacen, crecen, algunos desaparecen, otros van poco a poco perdiendo importancia, como es el caso del Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquilla, más conocido como el Congo de Oro, yo recuerdo que por las décadas de los 80 y 90 nuestros conjuntos vallenatos se preparaban para llevarse el Congo de Oro, porque era una presea a la que se le hacía bastante despliegue publicitario, incluso durante el año anterior cada grupo escogía y grababa una canción alegre exclusivamente para participar en el carnaval, como han cambiado las cosas, ese concurso lo han dejado decaer a tal punto que ninguno de nuestros conjuntos tiene como propósito llevarse el Congo de Oro en la categoría vallenato, mejor dicho como diría Horacio Serpa el Congo de Oro hoy en día no es “ni chicha ni limoná”.