Publicidad
Categorías
Categorías
Informes Especiales - 8 agosto, 2017

La mala hora de los comerciantes del centro de Valledupar

Según Fenalco, para aumentar las ventas es necesario que los comerciantes les aseguren a sus clientes una adecuada experiencia de compra, relacionada con: la presentación, la variedad, la exposición y el merchandising.

Los comerciantes del centro de Valledupar se quejan por el bajón en sus ventas. Joaquín Ramírez/EL PILÓN
Los comerciantes del centro de Valledupar se quejan por el bajón en sus ventas. Joaquín Ramírez/EL PILÓN

La aparición masiva de almacenes de conocidos como ‘Todo a 1.000’, ‘Todo a 5.000’, y ‘Todo a 10.000’, la presencia de tres centros comerciales de gran infraestructura en la ciudad, sumado a la crisis económica que afronta el país, son los argumentos que aducen los comerciantes de la zona céntrica de Valledupar para explicar el ‘bajonazo’ que registran sus ventas.

Administradores de pequeños locales comerciales del centro, coinciden en afirmar que anteriormente facturaban ventas diarias entre 500 mil a 800 mil pesos, mientras que ahora solo alcanzan a vender entre 150 a 200 mil pesos, lo cual los ha obligado a reducir su personal y a pensar en vender sus locales, puesto muchos negocios ya no son rentables.

“Desde que empezaron a aparecer los centros comerciales, los habitantes de Valledupar y del sur de La Guajira ya no les gusta venir casi al centro porque en esos lugares compran con aire acondicionado y se sienten más seguros. Como si fuera poco aparecen negocios que compran al por mayor, por lo que ofrecen productos a bajo costo, lo cual llama la atención de muchos”, aseguró Yamile Atencio, una vendedora de la carrera séptima, popularmente conocida como la Calle del Cesar.

Por su parte, Maye Fragoso, administradora de un local en el callejón de Cinco Esquinas, sector conocido como ‘El jala que jala’, que va desde la calle 17 hasta la Galería Popular, manifestó que las ventas han bajado considerablemente.

“Antes los Todo a 5.000 y Todo a 10.000 solo se conseguían plásticos, ahora le han incluido ropa, por lo que las personas de bajos recursos optan por comprar en estos. Esta ciudad es pequeña; antes todos los habitantes iban al centro a comprar, ahora tienen la opción de varios centros comerciales, lo cual nos ha quitado muchos clientes”, acotó.

Ayer, este medio de comunicación constató que ocho locales del mencionado callejón están desocupados y los que abren sus puertas no tenían muchas personas visitándolos, mientras que en otrora eran solicitados y siempre estaban repletos de clientes.

El director encargado de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, seccional Cesar, Octavio Pico Malaver, afirmó que los consumidores se inclinan por un lugar por la experiencia de compra, que tiene que ver con muchos aspectos diferentes a lo intrínseco del producto y costo de él. “Es algo sensorial; que tiene que ver con la presentación, con la variedad, con la exposición y con algo que se llama merchandising. Las cosas de Todo a 5.000 y Todo a 1.000 puede que impacten en el mercado, pero son para un consumidor específico, aquel que solo quiere comprar productos baratos, pese a que son conscientes que son productos no duraderos por ser de baja calidad”, precisó.

Para contrarrestar esta situación, el líder gremial le recomienda a los comerciantes que se ven afectadas por el bajo consumo a duplicar esfuerzos en capturar y fidelizar el cliente por medio de actividades de valor agregado, teniendo en cuenta que el quejarse no ayuda a solucionar el problema.

“Los centros comerciales son competencia del comercio del centro porque tienen un plus o valor agregado: la exhibición, la variedad y actividades complementarias, que hacen que la gente prefiera esos lugares, pero esto es inevitable, no podemos pelear con eso. Frente a esta situación los exhorto a implementar diversas acciones centradas en mejorar exhibiciones, en la atención y amabilidad, menos a bajar los precios, porque eso indica que la calidad de la mercancía no es la mejor. Los invito a generar una compra agradable para los clientes, que éstos se sientan servidos e importante por ingresar al establecimiento. Hay que investigar cuáles son las tendencias de consumo y tener de ello en nuestros almacenes”, subrayó.

Al indagarle sobre los “meses malos” a los que se refieren algunos comerciantes, asegura que estos no existen, porque las personas todos los meses reciben sus salarios y lo consumen en lo que cada unidad familiar disponga.
Por su parte, el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Luis Urón Márquez, se refirió a que la administración municipal y la Policía Fiscal y Aduanera, Polfa, deben luchar intensamente contra la ilegalidad para garantizarle al comercio formal que pueda desarrollar su actividad mercantil sin la competencia desleal que algunos microempresarios vienen desarrollando.

“El comercio ilegal no paga impuestos, no genera seguridad social, y por lo tanto no permite que la ciudad crezca. Esta actividad genera lavado de activo, corrupción y actividades ilegales. Hay que convencer a la administración municipal de combatir este flagelo”, afirmó Urón.

Con respecto al incremento de los negocios de Todo a 5.000 y Todo a 10.000 hace un llamado a la DIAN a que verifique la procedencia de esas mercancías, de constatar si pagan impuestos o si por el contrabando se están comercializando artículos ilegales, que afectan la economía nacional y la capacidad de mantener la formalidad en los empresarios.

Referente a la aparición de los centros comerciales en Valledupar, el líder gremial manifestó que es importante la presencia de almacenes de cadena en la ciudad, que pagan impuestos, generan empleo y crecimiento económico.

“Además estos lugares tienen sus clientes específicos, hay personas de ciertos estratos sociales, que tienen comodidad económica, que van a estos lugares a comprar ropa, perfume o productos de marca; pero el resto de la población que no tiene esa capacidad económica utiliza los almacenes de otros sectores de la ciudad como la Calle del Cesar, Galería Popular, entre otros”, sustentó.

Urón Márquez le recomienda a los comerciantes no hacer alianzas con actividades criminales y no incurrir en el lavado de activos, producto del narcotráfico, renunciar al contrabando, poner en conocimiento de la Polfa y demás autoridades competentes cuando identifiquen que algunos comerciantes estén en actividades ilegales y mejorar la atención al usuario.

“Podría asegurar que estamos en el ‘boom’ del desarrollo económico y empresarial, a pesar que se hable de desaceleración de la economía. Creemos que esta situación se cambiará en la medida que se formalice los que ejercen la actividad ilegal”, puntualizó.

Hablan los comerciantes.

Azucena Altamar: “Estos últimos meses han sido bastante pesados. Los centros comerciales que venden ropa de marca a bajo precio y los almacenes como Tierra Santa y Altamoda, donde venden a precios muy económicos, hacen que gran parte de nuestros clientes se vayan para allá. A nosotros nos afectan los carretilleros, que afectan la visualidad de nuestros negocios”.

Loreinis Portillo: “Los baratillos han hecho que nuestras ventas disminuyan; antes vendíamos con facilidad toda nuestra mercancía, ahora nos cuesta mayor esfuerzo. En años anteriores los locales de este callejón eran peleados y se conseguían solo por recomendación o aviso de un vendedor cercano; aparte de pagar el arriendo compraban la prima para adquirir el derecho de tenerlos. Ahora se ven muchos cerrados porque ya no son atractivos para un inversionista, puesto que se vende poco”.

Mayra Mindiola: “Los Todo a 10.000 y almacenes como Tierra Santa se convierten en una competencia desleal, porque ellos venden a precios más bajos. Anteriormente un día normal vendía 800 mil pesos, ahora apurado vendo de 100 a 150 mil pesos. Así como van las cosas muchos tendremos que vender los negocios o dedicarnos a otro oficio, lo cual les afectaría a los trabajadores que dependen de estos“.
Héctor Montes: “Las ventas han bajado notablemente. Creo que en parte se debe a la proliferación de los Todo a 10.000 o de almacenes que traen mercancía a bajo costo como Tierra Santa, Amazonas y Alta Moda. En un pasado vendíamos diariamente entre 700 a 800 mil pesos, ahora solo logramos ventas entre 150 a 200 mil pesos. Muchas veces trabajamos a perdidas; seguimos en esto porque no hay más fuente de empleo”.

Heider Gómez: “Los vendedores de ropa y de otros artículos del centro estamos bastante afectados con la aparición de almacenes que venden barato porque compran al por mayor; la gente obviamente busca la economía y se inclina por ellos, aunque muchas veces dejan de lado la calidad del producto”.

Elkin Daza: “Las cosas no son igual que antes. Nuestras ventas en el pasado eran mucho mejores que en la actualidad. La gente busca lo más barato y se va a grandes almacenes que compran es por cantidad. Este mes por lo general es pesado, pero este año se nota mucho más. Antes vendía entre siete y 10 pares de zapatos, ahora solo vendo entre tres y cinco”.

Eduard Torres: “Las ventas han bajado notablemente. Tal vez sea por la situación económica o por la aparición masiva de negocios de Todo a 5.000 y Todo a 10.000. Anteriormente nuestro almacén era visitado por muchas personas, ahora el flujo es menor, por lo que nos hemos visto obligado a reducir de personal; de seis vendedores pasamos a tener tres”.

Juan Rincón: “Es notorio que las ventas han disminuido como en un 70 % desde la aparición de centros comerciales, de los Todo a 10.000 y de almacenes como Tierra Santa. La cosa está pesada; antes podíamos vender de un millón 500 mil pesos a dos millones de pesos, ahora solo facturamos entre 500 a 700 mil pesos; lo que nos sostiene son nuestros clientes fijos”.

¿Sabía usted que…

Desde el mes de septiembre del 2008 apareció el primer centro comercial de la ciudad?

En los ‘baratillos’ ya no solamente venden utensilios de plásticos, ahora se encuentran calzado, ropa, accesorios, entre otros artículos.

Por Annelise Barriga

 

 

Informes Especiales
8 agosto, 2017

La mala hora de los comerciantes del centro de Valledupar

Según Fenalco, para aumentar las ventas es necesario que los comerciantes les aseguren a sus clientes una adecuada experiencia de compra, relacionada con: la presentación, la variedad, la exposición y el merchandising.


Los comerciantes del centro de Valledupar se quejan por el bajón en sus ventas. Joaquín Ramírez/EL PILÓN
Los comerciantes del centro de Valledupar se quejan por el bajón en sus ventas. Joaquín Ramírez/EL PILÓN

La aparición masiva de almacenes de conocidos como ‘Todo a 1.000’, ‘Todo a 5.000’, y ‘Todo a 10.000’, la presencia de tres centros comerciales de gran infraestructura en la ciudad, sumado a la crisis económica que afronta el país, son los argumentos que aducen los comerciantes de la zona céntrica de Valledupar para explicar el ‘bajonazo’ que registran sus ventas.

Administradores de pequeños locales comerciales del centro, coinciden en afirmar que anteriormente facturaban ventas diarias entre 500 mil a 800 mil pesos, mientras que ahora solo alcanzan a vender entre 150 a 200 mil pesos, lo cual los ha obligado a reducir su personal y a pensar en vender sus locales, puesto muchos negocios ya no son rentables.

“Desde que empezaron a aparecer los centros comerciales, los habitantes de Valledupar y del sur de La Guajira ya no les gusta venir casi al centro porque en esos lugares compran con aire acondicionado y se sienten más seguros. Como si fuera poco aparecen negocios que compran al por mayor, por lo que ofrecen productos a bajo costo, lo cual llama la atención de muchos”, aseguró Yamile Atencio, una vendedora de la carrera séptima, popularmente conocida como la Calle del Cesar.

Por su parte, Maye Fragoso, administradora de un local en el callejón de Cinco Esquinas, sector conocido como ‘El jala que jala’, que va desde la calle 17 hasta la Galería Popular, manifestó que las ventas han bajado considerablemente.

“Antes los Todo a 5.000 y Todo a 10.000 solo se conseguían plásticos, ahora le han incluido ropa, por lo que las personas de bajos recursos optan por comprar en estos. Esta ciudad es pequeña; antes todos los habitantes iban al centro a comprar, ahora tienen la opción de varios centros comerciales, lo cual nos ha quitado muchos clientes”, acotó.

Ayer, este medio de comunicación constató que ocho locales del mencionado callejón están desocupados y los que abren sus puertas no tenían muchas personas visitándolos, mientras que en otrora eran solicitados y siempre estaban repletos de clientes.

El director encargado de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, seccional Cesar, Octavio Pico Malaver, afirmó que los consumidores se inclinan por un lugar por la experiencia de compra, que tiene que ver con muchos aspectos diferentes a lo intrínseco del producto y costo de él. “Es algo sensorial; que tiene que ver con la presentación, con la variedad, con la exposición y con algo que se llama merchandising. Las cosas de Todo a 5.000 y Todo a 1.000 puede que impacten en el mercado, pero son para un consumidor específico, aquel que solo quiere comprar productos baratos, pese a que son conscientes que son productos no duraderos por ser de baja calidad”, precisó.

Para contrarrestar esta situación, el líder gremial le recomienda a los comerciantes que se ven afectadas por el bajo consumo a duplicar esfuerzos en capturar y fidelizar el cliente por medio de actividades de valor agregado, teniendo en cuenta que el quejarse no ayuda a solucionar el problema.

“Los centros comerciales son competencia del comercio del centro porque tienen un plus o valor agregado: la exhibición, la variedad y actividades complementarias, que hacen que la gente prefiera esos lugares, pero esto es inevitable, no podemos pelear con eso. Frente a esta situación los exhorto a implementar diversas acciones centradas en mejorar exhibiciones, en la atención y amabilidad, menos a bajar los precios, porque eso indica que la calidad de la mercancía no es la mejor. Los invito a generar una compra agradable para los clientes, que éstos se sientan servidos e importante por ingresar al establecimiento. Hay que investigar cuáles son las tendencias de consumo y tener de ello en nuestros almacenes”, subrayó.

Al indagarle sobre los “meses malos” a los que se refieren algunos comerciantes, asegura que estos no existen, porque las personas todos los meses reciben sus salarios y lo consumen en lo que cada unidad familiar disponga.
Por su parte, el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Luis Urón Márquez, se refirió a que la administración municipal y la Policía Fiscal y Aduanera, Polfa, deben luchar intensamente contra la ilegalidad para garantizarle al comercio formal que pueda desarrollar su actividad mercantil sin la competencia desleal que algunos microempresarios vienen desarrollando.

“El comercio ilegal no paga impuestos, no genera seguridad social, y por lo tanto no permite que la ciudad crezca. Esta actividad genera lavado de activo, corrupción y actividades ilegales. Hay que convencer a la administración municipal de combatir este flagelo”, afirmó Urón.

Con respecto al incremento de los negocios de Todo a 5.000 y Todo a 10.000 hace un llamado a la DIAN a que verifique la procedencia de esas mercancías, de constatar si pagan impuestos o si por el contrabando se están comercializando artículos ilegales, que afectan la economía nacional y la capacidad de mantener la formalidad en los empresarios.

Referente a la aparición de los centros comerciales en Valledupar, el líder gremial manifestó que es importante la presencia de almacenes de cadena en la ciudad, que pagan impuestos, generan empleo y crecimiento económico.

“Además estos lugares tienen sus clientes específicos, hay personas de ciertos estratos sociales, que tienen comodidad económica, que van a estos lugares a comprar ropa, perfume o productos de marca; pero el resto de la población que no tiene esa capacidad económica utiliza los almacenes de otros sectores de la ciudad como la Calle del Cesar, Galería Popular, entre otros”, sustentó.

Urón Márquez le recomienda a los comerciantes no hacer alianzas con actividades criminales y no incurrir en el lavado de activos, producto del narcotráfico, renunciar al contrabando, poner en conocimiento de la Polfa y demás autoridades competentes cuando identifiquen que algunos comerciantes estén en actividades ilegales y mejorar la atención al usuario.

“Podría asegurar que estamos en el ‘boom’ del desarrollo económico y empresarial, a pesar que se hable de desaceleración de la economía. Creemos que esta situación se cambiará en la medida que se formalice los que ejercen la actividad ilegal”, puntualizó.

Hablan los comerciantes.

Azucena Altamar: “Estos últimos meses han sido bastante pesados. Los centros comerciales que venden ropa de marca a bajo precio y los almacenes como Tierra Santa y Altamoda, donde venden a precios muy económicos, hacen que gran parte de nuestros clientes se vayan para allá. A nosotros nos afectan los carretilleros, que afectan la visualidad de nuestros negocios”.

Loreinis Portillo: “Los baratillos han hecho que nuestras ventas disminuyan; antes vendíamos con facilidad toda nuestra mercancía, ahora nos cuesta mayor esfuerzo. En años anteriores los locales de este callejón eran peleados y se conseguían solo por recomendación o aviso de un vendedor cercano; aparte de pagar el arriendo compraban la prima para adquirir el derecho de tenerlos. Ahora se ven muchos cerrados porque ya no son atractivos para un inversionista, puesto que se vende poco”.

Mayra Mindiola: “Los Todo a 10.000 y almacenes como Tierra Santa se convierten en una competencia desleal, porque ellos venden a precios más bajos. Anteriormente un día normal vendía 800 mil pesos, ahora apurado vendo de 100 a 150 mil pesos. Así como van las cosas muchos tendremos que vender los negocios o dedicarnos a otro oficio, lo cual les afectaría a los trabajadores que dependen de estos“.
Héctor Montes: “Las ventas han bajado notablemente. Creo que en parte se debe a la proliferación de los Todo a 10.000 o de almacenes que traen mercancía a bajo costo como Tierra Santa, Amazonas y Alta Moda. En un pasado vendíamos diariamente entre 700 a 800 mil pesos, ahora solo logramos ventas entre 150 a 200 mil pesos. Muchas veces trabajamos a perdidas; seguimos en esto porque no hay más fuente de empleo”.

Heider Gómez: “Los vendedores de ropa y de otros artículos del centro estamos bastante afectados con la aparición de almacenes que venden barato porque compran al por mayor; la gente obviamente busca la economía y se inclina por ellos, aunque muchas veces dejan de lado la calidad del producto”.

Elkin Daza: “Las cosas no son igual que antes. Nuestras ventas en el pasado eran mucho mejores que en la actualidad. La gente busca lo más barato y se va a grandes almacenes que compran es por cantidad. Este mes por lo general es pesado, pero este año se nota mucho más. Antes vendía entre siete y 10 pares de zapatos, ahora solo vendo entre tres y cinco”.

Eduard Torres: “Las ventas han bajado notablemente. Tal vez sea por la situación económica o por la aparición masiva de negocios de Todo a 5.000 y Todo a 10.000. Anteriormente nuestro almacén era visitado por muchas personas, ahora el flujo es menor, por lo que nos hemos visto obligado a reducir de personal; de seis vendedores pasamos a tener tres”.

Juan Rincón: “Es notorio que las ventas han disminuido como en un 70 % desde la aparición de centros comerciales, de los Todo a 10.000 y de almacenes como Tierra Santa. La cosa está pesada; antes podíamos vender de un millón 500 mil pesos a dos millones de pesos, ahora solo facturamos entre 500 a 700 mil pesos; lo que nos sostiene son nuestros clientes fijos”.

¿Sabía usted que…

Desde el mes de septiembre del 2008 apareció el primer centro comercial de la ciudad?

En los ‘baratillos’ ya no solamente venden utensilios de plásticos, ahora se encuentran calzado, ropa, accesorios, entre otros artículos.

Por Annelise Barriga