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General - 29 mayo, 2016

La ‘mala hora’ del matadero de La Paz

Inconsistencias que van desde lo sanitario hasta la ubicación geográfica conllevaron a que hoy este matadero municipal esté sellado.

Entre las fallas higiénicas halladas por el Invima en el matadero de La Paz, está la falta de un área de recolección de desechos sólidos y de análisis físico químico del agua empleada en el beneficio bovino.
Entre las fallas higiénicas halladas por el Invima en el matadero de La Paz, está la falta de un área de recolección de desechos sólidos y de análisis físico químico del agua empleada en el beneficio bovino.

En una reunión sostenida recientemente entre representantes de la alcaldía del municipio de La Paz y miembros de Cooinpropaz, cooperativa integrada por 24 ganaderos de la zona, se trató de llegar a un acuerdo sobre el futuro del matadero municipal, que el pasado 27 de enero sufrió su primera clausura temporal, a la que sobrevinieron nuevas visitas de control e inspección por parte del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).

El Invima hizo recomendaciones para el mejoramiento sanitario y como no fueron cumplidas a cabalidad, la Alcaldía de La Paz realizó una clausura temporal total del matadero el pasado 4 de mayo.

En el diálogo conocido por EL PILÓN, la alcaldesa de La Paz, Andrea Ovalle, pidió a los miembros de Cooinpropaz ser realistas ante las transformaciones tecnológicas y renovación de las normas sanitarias que actualmente deben cumplir todos los mataderos del país. Sin embargo, el presidente de la cooperativa, Ramón Sepúlveda, afirmó que ya los corporados habían invertido más de 400 millones de pesos en las adecuaciones que se han venido ordenando con el paso de los años y que no contaban con los recursos para seguir invirtiendo en la planta de sacrificio que, entre otros problemas, ya hace parte del área urbana de La Paz, lo que no es permitido por la ley.

Graves hallazgos
Del acta de control sanitario realizado el pasado 11 de abril, que concebía 56 aspectos a cumplir por parte de la planta de sacrificio manejada por Cooinpropaz, solo seis estaban siendo cumplidos, entre ellos la manga de conducción adecuada para el desplazamiento de los animales y la clara separación física entre las áreas de sacrificio; ocho aspectos más fueron cumplidos parcialmente, como la limpieza de paredes, pisos y techos, pues se encontraron telarañas en el techo, sebo en tubos de colgado y manchas en paredes, y el uso de guantes por parte del personal, ya que solo los que trabajan en el área de evisceración los utilizaban.

Entre tanto, 42 aspectos fueron incumplidos, entre los que se destaca la falta de un programa de calibración y verificación de equipos, no tener un manual de procedimientos escrito, falta de evidencia de exámenes a las reses antes del sacrificio y de evidencia de exámenes a los productos obtenidos de los bovinos luego de su sacrificio.

Además, no se encontró dotación de papel higiénico, toallas para manos y jabón de baño, no hay vestidores, no existe un área de recolección de desechos sólidos, no hay análisis físico químico del agua empleada en el beneficio bovino. Sumado a ello, la planta de sacrificio tampoco cuenta con un programa de manejo y disposición de residuos líquidos ni registros de permiso para su ejecución, no hay un procedimiento escrito específico para la limpieza y desinfección de equipos, utensilios ni instalaciones, entre otras.

El matadero frente al POT
En la mesa de trabajo realizada entre la administración de La Paz y Cooinpropaz, la alcaldesa Andrea Ovalle señaló que frente a las actuaciones en el matadero como en el mercado público se siente maniatada, pues en ambas se deben cumplir los lineamientos elaborados por el Invima en cuanto al manejo de alimentos.

“La administración por omisión puede tener unas consecuencias. El tema más grave aquí es el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que no permite que ahí donde está el matadero siga funcionando, eso no me lo estoy inventando, eso es una ley. La sociedad avanza, todo se transforma y no podemos estar ajenos a esa realidad y nos toca vivirla con el matadero, no puede seguir funcionando ahí porque La Paz creció”, aseveró.

Según la funcionaria, el Invima ha venido manejando un discurso doble, pues a Cooinpropaz le dice que haga mejoramientos, mientras que a la Alcaldía le ordena el cerramiento del matadero ya que no debe funcionar donde se encuentra.

“Yo quisiera dejarle a La Paz una planta de sacrificio digna y dentro de eso ustedes hagan parte. Estoy pensando en que no solamente se mate una vaca o un carnero, sino que podamos tener transformación, podamos hacer embutidos, vender al empacado, que todas estas personas se puedan vincular en eso, pero a veces nos toca sacrificar el tiempo para poder obtener mejores cosas”, así la mandataria le pidió paciencia a los miembros de la cooperativa.

Afirmó la alcaldesa que se encuentra gestionando ante el Departamento Nacional de Planeación (DNP) una planta de sacrificio para especies menores y mayores en La Paz, para lo cual también averigua por lotes donde pueda establecerse, que es el único requisito que le exige el DNP al momento de postular este proyecto.

Inversiones para nada
De acuerdo con lo manifestado por Ramón Sepúlveda, presidente de Cooinpropaz, las adecuaciones que se necesitan en la planta son considerables y requieren apoyo gubernamental.
“Llevamos como 400 millones de pesos invertidos, incluso todavía tenemos un contrato firmado con el ingeniero y todavía le estamos pagando porque hemos estado ahogados para pagar, exigen un sesgo perimetral para que no haya acceso de animales, como a veces sucede porque hay una finquita cerca y a veces se meten perros y gallinas”, explicó.

Sin embargo, defendió los esfuerzos que ha venido realizando la cooperativa para mejorar el matadero. “Tenemos un programa que nos costó 700.000 pesos, pero en la visita del Invima se fijaron en aguas residuales, programas de desinfección para que no entren roedores, cucarachas, entonces se ‘agarraron’ de eso. Cada día exigen un poco más”.

Según Sepúlveda, “siempre sucede con el Invima que vienen dos personas en común acuerdo, luego mandan a otra que no está de acuerdo con lo observado”.

Cooinpropaz está conformada por 24 miembros y ofrece empleo a 70 habitantes de La Paz, cuyas familias dependen de la actividad que se realiza en el matadero y cuyo futuro es incierto.

Por Jennifer Del Río Coronell
[email protected]

 

 

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29 mayo, 2016

La ‘mala hora’ del matadero de La Paz

Inconsistencias que van desde lo sanitario hasta la ubicación geográfica conllevaron a que hoy este matadero municipal esté sellado.


Entre las fallas higiénicas halladas por el Invima en el matadero de La Paz, está la falta de un área de recolección de desechos sólidos y de análisis físico químico del agua empleada en el beneficio bovino.
Entre las fallas higiénicas halladas por el Invima en el matadero de La Paz, está la falta de un área de recolección de desechos sólidos y de análisis físico químico del agua empleada en el beneficio bovino.

En una reunión sostenida recientemente entre representantes de la alcaldía del municipio de La Paz y miembros de Cooinpropaz, cooperativa integrada por 24 ganaderos de la zona, se trató de llegar a un acuerdo sobre el futuro del matadero municipal, que el pasado 27 de enero sufrió su primera clausura temporal, a la que sobrevinieron nuevas visitas de control e inspección por parte del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).

El Invima hizo recomendaciones para el mejoramiento sanitario y como no fueron cumplidas a cabalidad, la Alcaldía de La Paz realizó una clausura temporal total del matadero el pasado 4 de mayo.

En el diálogo conocido por EL PILÓN, la alcaldesa de La Paz, Andrea Ovalle, pidió a los miembros de Cooinpropaz ser realistas ante las transformaciones tecnológicas y renovación de las normas sanitarias que actualmente deben cumplir todos los mataderos del país. Sin embargo, el presidente de la cooperativa, Ramón Sepúlveda, afirmó que ya los corporados habían invertido más de 400 millones de pesos en las adecuaciones que se han venido ordenando con el paso de los años y que no contaban con los recursos para seguir invirtiendo en la planta de sacrificio que, entre otros problemas, ya hace parte del área urbana de La Paz, lo que no es permitido por la ley.

Graves hallazgos
Del acta de control sanitario realizado el pasado 11 de abril, que concebía 56 aspectos a cumplir por parte de la planta de sacrificio manejada por Cooinpropaz, solo seis estaban siendo cumplidos, entre ellos la manga de conducción adecuada para el desplazamiento de los animales y la clara separación física entre las áreas de sacrificio; ocho aspectos más fueron cumplidos parcialmente, como la limpieza de paredes, pisos y techos, pues se encontraron telarañas en el techo, sebo en tubos de colgado y manchas en paredes, y el uso de guantes por parte del personal, ya que solo los que trabajan en el área de evisceración los utilizaban.

Entre tanto, 42 aspectos fueron incumplidos, entre los que se destaca la falta de un programa de calibración y verificación de equipos, no tener un manual de procedimientos escrito, falta de evidencia de exámenes a las reses antes del sacrificio y de evidencia de exámenes a los productos obtenidos de los bovinos luego de su sacrificio.

Además, no se encontró dotación de papel higiénico, toallas para manos y jabón de baño, no hay vestidores, no existe un área de recolección de desechos sólidos, no hay análisis físico químico del agua empleada en el beneficio bovino. Sumado a ello, la planta de sacrificio tampoco cuenta con un programa de manejo y disposición de residuos líquidos ni registros de permiso para su ejecución, no hay un procedimiento escrito específico para la limpieza y desinfección de equipos, utensilios ni instalaciones, entre otras.

El matadero frente al POT
En la mesa de trabajo realizada entre la administración de La Paz y Cooinpropaz, la alcaldesa Andrea Ovalle señaló que frente a las actuaciones en el matadero como en el mercado público se siente maniatada, pues en ambas se deben cumplir los lineamientos elaborados por el Invima en cuanto al manejo de alimentos.

“La administración por omisión puede tener unas consecuencias. El tema más grave aquí es el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que no permite que ahí donde está el matadero siga funcionando, eso no me lo estoy inventando, eso es una ley. La sociedad avanza, todo se transforma y no podemos estar ajenos a esa realidad y nos toca vivirla con el matadero, no puede seguir funcionando ahí porque La Paz creció”, aseveró.

Según la funcionaria, el Invima ha venido manejando un discurso doble, pues a Cooinpropaz le dice que haga mejoramientos, mientras que a la Alcaldía le ordena el cerramiento del matadero ya que no debe funcionar donde se encuentra.

“Yo quisiera dejarle a La Paz una planta de sacrificio digna y dentro de eso ustedes hagan parte. Estoy pensando en que no solamente se mate una vaca o un carnero, sino que podamos tener transformación, podamos hacer embutidos, vender al empacado, que todas estas personas se puedan vincular en eso, pero a veces nos toca sacrificar el tiempo para poder obtener mejores cosas”, así la mandataria le pidió paciencia a los miembros de la cooperativa.

Afirmó la alcaldesa que se encuentra gestionando ante el Departamento Nacional de Planeación (DNP) una planta de sacrificio para especies menores y mayores en La Paz, para lo cual también averigua por lotes donde pueda establecerse, que es el único requisito que le exige el DNP al momento de postular este proyecto.

Inversiones para nada
De acuerdo con lo manifestado por Ramón Sepúlveda, presidente de Cooinpropaz, las adecuaciones que se necesitan en la planta son considerables y requieren apoyo gubernamental.
“Llevamos como 400 millones de pesos invertidos, incluso todavía tenemos un contrato firmado con el ingeniero y todavía le estamos pagando porque hemos estado ahogados para pagar, exigen un sesgo perimetral para que no haya acceso de animales, como a veces sucede porque hay una finquita cerca y a veces se meten perros y gallinas”, explicó.

Sin embargo, defendió los esfuerzos que ha venido realizando la cooperativa para mejorar el matadero. “Tenemos un programa que nos costó 700.000 pesos, pero en la visita del Invima se fijaron en aguas residuales, programas de desinfección para que no entren roedores, cucarachas, entonces se ‘agarraron’ de eso. Cada día exigen un poco más”.

Según Sepúlveda, “siempre sucede con el Invima que vienen dos personas en común acuerdo, luego mandan a otra que no está de acuerdo con lo observado”.

Cooinpropaz está conformada por 24 miembros y ofrece empleo a 70 habitantes de La Paz, cuyas familias dependen de la actividad que se realiza en el matadero y cuyo futuro es incierto.

Por Jennifer Del Río Coronell
[email protected]