Publicidad
Categorías
Categorías
Informes Especiales - 5 agosto, 2016

La Jagua de Ibirico ‘invadida’ de problemas

El municipio del Cesar que ha sido epicentro de grandes problemas sociales, con el auge de la minería, ahora afronta las secuelas de la crisis en Venezuela.

La explotación minera en La Jagua de Ibirico ha generado un acelerado crecimiento poblacional, pasando en menos de 10 años de 12 mil a 40 mil habitantes, lo que ha disparado los problemas sociales, frenando así el desarrollo que debería tener una población rica en carbón.

A este municipio del centro del Cesar llegan personas de diferentes lugares en busca de oportunidades laborales, atraídas por la ‘bonanza’ del carbón, pero muchas encuentran una cruda realidad al no conseguir trabajo por no cumplir con los perfiles y se suman a la cifra de desempleados, que hoy supera la media nacional.

Inseguridad, desempleo, prostitución y pobreza extrema son algunos de los indicadores que no han podido bajar las administraciones de turno, que pese a las millonarias inversiones con recursos de las regalías han sido despilfarrados, dejando a sus habitantes con un futuro incierto.

Hoy el municipio tiene proyecciones de recibir recursos de regalías durante el cuatrienio 2016-2019 por 124 mil 609 millones de pesos, y cuenta con un presupuesto de 240 mil 409 millones de pesos; sin embargo los recursos no son suficientes para suplir las necesidades sociales de toda la población, que cada día es más grande.

Según el DANE, en este municipio hay 22.282 habitantes, de los cuales, 19.010 están ubicados en la cabecera municipal, pero la cifra que maneja la Secretaría de Planeación, a través del Sisbén, revela que ésta fue duplicada y hoy La Jagua de Ibirico cuenta con 40.905 habitantes que con la población flotante llega a los 42.000, para los cuales la administración municipal debe plantear proyectos sociales que hoy no dan abasto.

Orlando Martínez es un habitante de este municipio ubicado en las estribaciones de la Serranía del Perijá, que limita con Venezuela y que en el pasado fue víctima de los grupos guerrilleros y paramilitares que se disputaban el control del territorio. Este hombre dijo a EL PILÓN que a la cabecera municipal están llegando muchas personas de afuera que les están quitando la oportunidad de trabajar, debido a que ofrecen una mano de obra mucho más barata y sumado a eso se ha disparado la inseguridad.
“En La Jagua de Ibirico se están sobreviniendo muchos robos, hoy hay poca seguridad. Además aquí hay muchas necesidades, no hay trabajo y las personas humildes son las que más sufren, por eso pedimos a las autoridades mayor control”, acotó Martínez.

Además de personas que llegan de diferentes regiones de Colombia, están arribando venezolanos, que debido a la crisis en el vecino país, buscan mejores oportunidades territorio jagüero.
“Cuando se agudizó la crisis en Venezuela comenzaron a venirse unas personas, que inicialmente creímos tenían familias en La Jagua de Ibirico y por supuesto a través de un plan de acción les brindamos unas ayudas, pero después nos dimos cuenta que no era así, y hablamos con algunos que nos dijeron que llegaron porque les contaron que aquí podían conseguir un trabajo”, dijo la alcaldesa Yarcelis Rangel Restrepo.

Algunas venezolanos fueron contratados en los proyectos de construcción porque la con ellos la mano de obra es más barata, lo que generó otro problema social, porque comenzó un desplazamiento de la mano de obra local.

La mandataria explicó que con esta situación fue necesario contactar a la oficina del trabajo para que hiciera seguimiento a la situación, “porque nosotros tampoco podemos permitir que se nos dañe el mercado, sobre todo las oportunidades laborales de nuestra gente.

Eso se controló con el Ministerio de Trabajo, llamamos a los contratistas porque son personas indocumentadas que no pueden trabajar, pero también hay personas que se han quedado haciendo oficios varios y mucha de esas personas están viviendo en sectores de invasión”.

La alcaldesa explicó que a las administraciones municipales se les exige a bajar los indicadores en temas de violencia, prostitución y pobreza, pero los proyectos al momento de empezar su ejecución se quedan cortos debido el crecimiento acelerado y descomunal de la población.

Un problema de invasión

Hoy en este municipio existen alrededor de seis asentamientos humanos ilegales o invasiones, que han surgido ante la población flotante que llega al municipio. Según la secretaria de Planeación Municipal, Ismena Cecilia Van-Strahlen Peinado, a diario crecen los ‘cinturones de miseria’ que han desbordado las capacidades de las autoridades locales.

Uno de los problemas más grandes está en la invasión El Bosque, ubicado cerca de la laguna de oxidación. Este sector fue invadido hace varios años y se ha agudizado con nuevas familias que llegaron al lugar.
“Hay 35 familias que estamos investigando de donde vienen, tenemos venezolanos y personas de otras partes del país”, dijo la alcaldesa.

Una solución pensada para estas familias era la reubicación, pero la mandataria aseguró que al municipio le sale mucho más económico trasladar la laguna de oxidación, por la cantidad de personas que hoy habitan allí.
“Vamos a terminar el colector norte y luego sellamos esa la laguna”, aseguró.

La prostitución en aumento

La Jagua de Ibirico nacionalmente está calificada como uno de los municipios con mayores casos de enfermedades sexuales.
“Hemos sido abanderados por mucho tiempo con el tema de VIH, embarazos adolescentes, consumos de sustancias psicoactivas y prostitución”, explicó la secretaria de Planeación.

Las enfermedades infectocontagiosas están en aumento al igual que el número de pobladores atraídos por las minas de carbón. En ese sentido, las autoridades aseguran que muchos de los hombres que buscan satisfacer sus necesidades sexuales han disparado la demanda de prostitutas, a las cuales es casi imposible involucrar con los controles sanitarios establecidos por la administración municipal.

Adicional a los problemas de prostitución y las enfermedades de transmisión sexual, se le suman los embarazos no deseados en adolescentes.
“Con el aumento de la población flotante, el tema de prostitución también se eleva. Hace muchos años aquí se ha venido trabajando para combatir esta situación pero sentimos que en este momento ha aumentado y conocemos casos de mujeres que llegaron de Venezuela y que están trabajando en ese tema. Esa es la población flotante de la que nosotros hablamos y que por mucho que nosotros como municipios queremos bajar esos indicadores, esta es la problemática que no nos permite cumplir al 100% con el cumplimiento de estos indicadores”, explicó la alcaldesa de La Jagua.

Atención en salud

Aunque los problemas del municipio sean endilgados a los foráneos, principalmente a los venezolanos, la Alcaldía no les puede negar el derecho de ser atendidos por una urgencia de salud, por lo que se trabaja en un censo para darle cifras precisas al problema y así sea más fácil diseñar la posible solución a la crisis.

La gerente del hospital Jorge Isaac Rincón, Lilibeth Díaz, dijo que en ese centro asistencial diariamente atienden a extranjeros indocumentados a quienes solo les pueden prestar la atención de urgencias y de primer nivel. “Porque la ley no nos permite más, aseguró la funcionaria.

Aumento de inseguridad

La comunidad en este municipio ve con preocupación, la ola de inseguridad que azota la región. Denuncian que son frecuentes los robos a mano armada, por lo que la semana pasada se realizó un consejo de seguridad en la que participaron los alcalde de los municipios de Chiriguaná, Becerril y El Paso y se determinó que en esta zona hay unas bandas delincuenciales operando y junto al Ejército y la Policía Nacional se tomaron algunas medidas.

Inseguridad, desempleo, prostitución y pobreza extrema son algunos de los problemas sociales que afronta el municipio y que en cuanto a indicadores, no han podido bajar las administraciones que han pasado por esta población.
En La Jagua de Ibirico, sus habitantes denuncian que personas que llegan de afuera les quitan las oportunidades de trabajar debido a que ofrecen una mano de obra barata.

Andreina Bandera / EL PILÓN
[email protected]

 

Informes Especiales
5 agosto, 2016

La Jagua de Ibirico ‘invadida’ de problemas

El municipio del Cesar que ha sido epicentro de grandes problemas sociales, con el auge de la minería, ahora afronta las secuelas de la crisis en Venezuela.


La explotación minera en La Jagua de Ibirico ha generado un acelerado crecimiento poblacional, pasando en menos de 10 años de 12 mil a 40 mil habitantes, lo que ha disparado los problemas sociales, frenando así el desarrollo que debería tener una población rica en carbón.

A este municipio del centro del Cesar llegan personas de diferentes lugares en busca de oportunidades laborales, atraídas por la ‘bonanza’ del carbón, pero muchas encuentran una cruda realidad al no conseguir trabajo por no cumplir con los perfiles y se suman a la cifra de desempleados, que hoy supera la media nacional.

Inseguridad, desempleo, prostitución y pobreza extrema son algunos de los indicadores que no han podido bajar las administraciones de turno, que pese a las millonarias inversiones con recursos de las regalías han sido despilfarrados, dejando a sus habitantes con un futuro incierto.

Hoy el municipio tiene proyecciones de recibir recursos de regalías durante el cuatrienio 2016-2019 por 124 mil 609 millones de pesos, y cuenta con un presupuesto de 240 mil 409 millones de pesos; sin embargo los recursos no son suficientes para suplir las necesidades sociales de toda la población, que cada día es más grande.

Según el DANE, en este municipio hay 22.282 habitantes, de los cuales, 19.010 están ubicados en la cabecera municipal, pero la cifra que maneja la Secretaría de Planeación, a través del Sisbén, revela que ésta fue duplicada y hoy La Jagua de Ibirico cuenta con 40.905 habitantes que con la población flotante llega a los 42.000, para los cuales la administración municipal debe plantear proyectos sociales que hoy no dan abasto.

Orlando Martínez es un habitante de este municipio ubicado en las estribaciones de la Serranía del Perijá, que limita con Venezuela y que en el pasado fue víctima de los grupos guerrilleros y paramilitares que se disputaban el control del territorio. Este hombre dijo a EL PILÓN que a la cabecera municipal están llegando muchas personas de afuera que les están quitando la oportunidad de trabajar, debido a que ofrecen una mano de obra mucho más barata y sumado a eso se ha disparado la inseguridad.
“En La Jagua de Ibirico se están sobreviniendo muchos robos, hoy hay poca seguridad. Además aquí hay muchas necesidades, no hay trabajo y las personas humildes son las que más sufren, por eso pedimos a las autoridades mayor control”, acotó Martínez.

Además de personas que llegan de diferentes regiones de Colombia, están arribando venezolanos, que debido a la crisis en el vecino país, buscan mejores oportunidades territorio jagüero.
“Cuando se agudizó la crisis en Venezuela comenzaron a venirse unas personas, que inicialmente creímos tenían familias en La Jagua de Ibirico y por supuesto a través de un plan de acción les brindamos unas ayudas, pero después nos dimos cuenta que no era así, y hablamos con algunos que nos dijeron que llegaron porque les contaron que aquí podían conseguir un trabajo”, dijo la alcaldesa Yarcelis Rangel Restrepo.

Algunas venezolanos fueron contratados en los proyectos de construcción porque la con ellos la mano de obra es más barata, lo que generó otro problema social, porque comenzó un desplazamiento de la mano de obra local.

La mandataria explicó que con esta situación fue necesario contactar a la oficina del trabajo para que hiciera seguimiento a la situación, “porque nosotros tampoco podemos permitir que se nos dañe el mercado, sobre todo las oportunidades laborales de nuestra gente.

Eso se controló con el Ministerio de Trabajo, llamamos a los contratistas porque son personas indocumentadas que no pueden trabajar, pero también hay personas que se han quedado haciendo oficios varios y mucha de esas personas están viviendo en sectores de invasión”.

La alcaldesa explicó que a las administraciones municipales se les exige a bajar los indicadores en temas de violencia, prostitución y pobreza, pero los proyectos al momento de empezar su ejecución se quedan cortos debido el crecimiento acelerado y descomunal de la población.

Un problema de invasión

Hoy en este municipio existen alrededor de seis asentamientos humanos ilegales o invasiones, que han surgido ante la población flotante que llega al municipio. Según la secretaria de Planeación Municipal, Ismena Cecilia Van-Strahlen Peinado, a diario crecen los ‘cinturones de miseria’ que han desbordado las capacidades de las autoridades locales.

Uno de los problemas más grandes está en la invasión El Bosque, ubicado cerca de la laguna de oxidación. Este sector fue invadido hace varios años y se ha agudizado con nuevas familias que llegaron al lugar.
“Hay 35 familias que estamos investigando de donde vienen, tenemos venezolanos y personas de otras partes del país”, dijo la alcaldesa.

Una solución pensada para estas familias era la reubicación, pero la mandataria aseguró que al municipio le sale mucho más económico trasladar la laguna de oxidación, por la cantidad de personas que hoy habitan allí.
“Vamos a terminar el colector norte y luego sellamos esa la laguna”, aseguró.

La prostitución en aumento

La Jagua de Ibirico nacionalmente está calificada como uno de los municipios con mayores casos de enfermedades sexuales.
“Hemos sido abanderados por mucho tiempo con el tema de VIH, embarazos adolescentes, consumos de sustancias psicoactivas y prostitución”, explicó la secretaria de Planeación.

Las enfermedades infectocontagiosas están en aumento al igual que el número de pobladores atraídos por las minas de carbón. En ese sentido, las autoridades aseguran que muchos de los hombres que buscan satisfacer sus necesidades sexuales han disparado la demanda de prostitutas, a las cuales es casi imposible involucrar con los controles sanitarios establecidos por la administración municipal.

Adicional a los problemas de prostitución y las enfermedades de transmisión sexual, se le suman los embarazos no deseados en adolescentes.
“Con el aumento de la población flotante, el tema de prostitución también se eleva. Hace muchos años aquí se ha venido trabajando para combatir esta situación pero sentimos que en este momento ha aumentado y conocemos casos de mujeres que llegaron de Venezuela y que están trabajando en ese tema. Esa es la población flotante de la que nosotros hablamos y que por mucho que nosotros como municipios queremos bajar esos indicadores, esta es la problemática que no nos permite cumplir al 100% con el cumplimiento de estos indicadores”, explicó la alcaldesa de La Jagua.

Atención en salud

Aunque los problemas del municipio sean endilgados a los foráneos, principalmente a los venezolanos, la Alcaldía no les puede negar el derecho de ser atendidos por una urgencia de salud, por lo que se trabaja en un censo para darle cifras precisas al problema y así sea más fácil diseñar la posible solución a la crisis.

La gerente del hospital Jorge Isaac Rincón, Lilibeth Díaz, dijo que en ese centro asistencial diariamente atienden a extranjeros indocumentados a quienes solo les pueden prestar la atención de urgencias y de primer nivel. “Porque la ley no nos permite más, aseguró la funcionaria.

Aumento de inseguridad

La comunidad en este municipio ve con preocupación, la ola de inseguridad que azota la región. Denuncian que son frecuentes los robos a mano armada, por lo que la semana pasada se realizó un consejo de seguridad en la que participaron los alcalde de los municipios de Chiriguaná, Becerril y El Paso y se determinó que en esta zona hay unas bandas delincuenciales operando y junto al Ejército y la Policía Nacional se tomaron algunas medidas.

Inseguridad, desempleo, prostitución y pobreza extrema son algunos de los problemas sociales que afronta el municipio y que en cuanto a indicadores, no han podido bajar las administraciones que han pasado por esta población.
En La Jagua de Ibirico, sus habitantes denuncian que personas que llegan de afuera les quitan las oportunidades de trabajar debido a que ofrecen una mano de obra barata.

Andreina Bandera / EL PILÓN
[email protected]